Sequía implacable: el caudal del río Maipo bajó un 47 por ciento
Hasta agosto había registrado una disminución grave en comparación con el promedio histórico de 1981 a 2010. Desde 2008 a la fecha se han dictado 111 declaraciones de zonas de escasez hídrica en el país.
Desde el 20 de agosto pasado, cuando la Dirección General de Aguas (DGA) declaró como zona de escasez hídrica a la provincia de San Antonio, solo se han dado malas noticias en relación a la sequía. La últimas: el caudal del río Maipo disminuyó casi a la mitad en comparación con su promedio histórico y el gobierno declaró como zona de catástrofe a toda la región.
Tampoco es una tremenda novedad. La sequía que azota a la zona central es implacable. Cumplió 10 años y, sumado a los efectos del cambio climático -denominado desde junio por universidades chilenas, expertos y medios internacionales como "emergencia climática"-, no parece que vaya a terminar pronto.
Pero mientras el Gobierno, a través de las diversas divisiones del Ministerio de Agricultura entrega ayuda a los agricultores de la zona, las novedades siguen siendo malas.
El último informe de la DGA evidenció el efecto que la falta de lluvias está teniendo en los caudales de los ríos de la zona centro. Y para colmo, en la entidad adelantan que el próximo reporte de deshielos que darán a conocer el 24 de septiembre "no viene bueno", según reportó El Mercurio.
El deshielo permite que en verano aumenten los cauces y así la agricultura tenga un flujo constante de agua dulce. Sin embargo, esta temporada el fenómeno podría ser distinto a los años anteriores. Mucho peor.
Hasta agosto, el caudal del río Maipo ya había registrado una disminución del 47 por ciento en su caudal en comparación con el promedio histórico de 1981 a 2010.
Oscar Cristi, director de la Dirección General de Aguas (DGA) indico que "la situación hoy es grave. Estamos enfrentando una sequía muy profunda, solo comparable con la gran sequía que tuvimos en 1968, y si esto continúa y no hacemos nada, podría ser aún más profunda".
Por ahora en la provincia de San Antonio los efectos solo podrían ser nocivos para el campo. Esval informó que el suministro de agua potable estaría asegurado para el próximo año a pesar de la emergencia.
El reporte de la DGA evidencia el dramático descenso del agua disponible en el país, con la persistente disminución de las precipitaciones y de los caudales de los ríos en las principales cuencas, agudizando los déficits.
"Los resultados cuantifican la disminución de la disponibilidad hídrica en gran parte del país como consecuencia del cambio climático y también de la demanda que se ha mantenido constante, lo que ha provocado que estemos enfrentando una sequía estructural en Chile y una situación más permanente que transitoria", explica Cristi.
"Todos los ríos tienen caudales que están por debajo de sus promedios y, entre los ríos Choapa y Maule, por debajo de su mínimo histórico", explican en la DGA.
La situación más crítica es la que ocurre con el río La Ligua, cuyo caudal marca un -94 por ciento para el mes de agosto, en comparación a su promedio histórico medido entre los años 1981 y 2010; mientras, el Petorca se encuentra -92 por ciento bajo su promedio histórico, y el Mapocho, en la Región Metropolitana, está por debajo de su caudal promedio histórico en un -82 por ciento. Solo Biobío anota una cifra positiva del 1 por ciento.
Escasez hídrica
Desde 2008 a la fecha se han decretado 111 declaraciones de zonas de escasez hídrica en cuencas, comunas y provincias entre Atacama y Aysén.
Actualmente se encuentran vigentes 7 decretos del Ministerio de Obras Públicas que incluyen a la Región de Coquimbo completa, las provincias de Marga Marga, Valparaíso, San Antonio, Quillota y Petorca en la Región de Valparaíso y las comunas de Alhué, San Pedro, Colina y Til Til en la Región Metropolitana.
Esta escasez hídrica no solo afecta a los grandes emprendimientos agroexportadores y mineros, sino por sobre todo afecta gravemente a la población más vulnerable, campesinos, poblados rurales aislados y semiconcentrados, que acceden solamente a escasos litros de agua de mala calidad, provista por camiones aljibe.
Más de medio millón de chilenos vivían esta realidad años atrás, y van aumentando día a día, año a año.
A ellos se suman hoy medianos agricultores que dependen de las lluvias y las aguas superficiales que proveen los ríos en la zona norte y centro del país.