La droga se había tomado la plaza donde artesano mató a su colega
El crimen ocurrido el sábado pasado en Isla Negra ha provocado impacto en la comunidad local.
La tarde del sábado 21 de septiembre debería haber sido una jornada llena de alegría para quienes disfrutaban de un paseo por las inmediaciones de la Casa Museo de Pablo Neruda, en Isla Negra. Ahí el paisaje invita a la tranquilidad y los amantes del poeta, venidos de países de todo el mundo, se emocionan al conocer la que fue una de las más bellas moradas del escritor. Pero ese día quedará marcado como uno de los más tristes de los últimos años.
Pasadas las cuatro de la tarde de aquel sábado, el artesano colombiano Diego Fernando Sánchez González (31) golpeó con un palo en la cabeza a su colega brasileño Peterson Demoraes Santos (34). Ambos se conocían y habían compartido en más de una ocasión. Estos hechos ocurrieron en la Plaza Eladio Sobrino, donde se instalan quienes venden sus creaciones y no tienen permiso para hacerlo.
Demoraes murió la madrugada del domingo producto de la agresión. Sánchez fue detenido y formalizado por el delito de homicidio simple, aunque quedó libre porque el tribunal estimó que existen antecedentes que permitirían validar la tesis de la legítima defensa, ya que, según el parte policial, el brasileño atacó con una espada de hueso de albacora al colombiano, que finalmente reaccionó agrediéndolo.
Unas turistas argentinas que presenciaron la pelea lloraron de impotencia al ser testigos inesperados de un crimen.
A cuatros días del aquel asesinato, ayer no había ni un solo artesano instalado en dicha plaza. El único vendedor que estaba cerca del lugar confirmó que, previo al homicidio, en dicho sector había un descontrol en el consumo de droga y alcohol por parte de algunos artesanos. Este hombre, que no quiso revelar su identidad para no involucrarse en problemas, alegó porque ayer el personal de la Municipalidad de El Quisco lo corrió. "Me acaban de sacar del puesto en que yo me pongo, pero yo no molesto a nadie. Por qué sacan a la gente que trabaja, deberían sacar a los que están drogados o alcoholizados. Acá todos nos conocemos, pero son algunos extranjeros los que dejan la embarrá", afirmó.
Una mujer que también trabaja en ese sector no quiso hablar con Diario El Líder porque, según ella, si contara algo de lo malo que pasaba en la Plaza Eladio Sobrino se expondría a represalias. "Da pena lo que ocurrió", se limitó a decir.
José Pablo Carrera, encargado de los baños públicos que están a un costado de los módulos de artesanías en Isla Negra, aseguró que los problemas de consumo de droga y alcohol son de larga data en esa localidad. Recordó que hasta hace tres años, la Agrupación de Artesanos Amigos de Pablo le había dado un ambiente familiar a la Plaza Eladio Sobrino con eventos culturales para adultos y niños. "Pero de un momento a otro esto se empezó a escapar de las manos en el sentido que empezaron a llegar artesanos de San Antonio, Cartagena, Santiago y Valparaíso para vender sus productos. Se ponían con su mantita, pero en forma ilegal, lo que empezó a generar un ambiente muy malo", sostuvo.
La situación, pese a que fue abordada por el municipio, la junta de vecinos y Carabineros, escapó a todo orden impuesto. "Empezaron a consumir alcohol y droga a vista y paciencia de la gente. El turista que viene a Isla Negra es especial, hablamos de brasileños, norteamericanos, argentinos, europeos, que vienen con otra idea de lo que es Isla Negra", argumentó al señalar que los mismos artesanos de otras ciudades se empezaron a pasar el dato de que en este balneario había poca fiscalización.
Poco a poco, surgieron los conflictos entre los artesanos que llegaban a la plaza. De las agresiones verbales se pasó a los golpes. Y así a un asesinato.
Peterson Demoraes era uno de esos artesanos de la Plaza Eladio Sobrino. Su propia familia, en entrevista con Diario El Líder, reconoce que era adicto a las drogas y al alcohol. A él, algunos testigos le atribuyen ser el responsable de los episodios que terminaron en su propia muerte.
"Hoy (ayer) estuve en el Concejo Municipal y ahora se viene la mano dura con los artesanos, aunque van a pagar justos por pecadores", anunció Carrera.
En efecto, después del homicidio, los patrullajes de Carabineros y de Seguridad Ciudadana se han intensificado en Isla Negra.
Alfredo Marchant, artesano de los módulos que están a un costado de la avenida Isidoro Dubornais en Isla Negra, afirmó que en los últimos años se formó "un desorden muy grande" en dicho sector, pues, según él, llegaron artesanos con malas costumbres y que poco han aportado a la comuna. "Se pasaron a llevar a las autoridades y a la historia", explicó al admitir que muchos creían que "hay chipe libre en Isla Negra".
"Era injusto que uno bajara con su familia y ver que hay personas fumando pitos o tomando copete, incluso algunos son tan cochinos que se daban vuelta y estaban meando", agregó Marchant, conocido como "Flopy" en Isla Negra. Por todo esto, él considera que llegó la hora de que se establezcan normas claras para los artesanos que quieran vender en esa plaza.
Lo más grave
La directora de la Casa Museo Pablo Neruda de Isla Negra, Carolina Rivas, reconoció que "de los nueve años que llevo aquí (en el cargo), esto es lo más grave que ha ocurrido". Añadió que hechos como este no ayudan a que los turistas tengan una experiencia como el museo espera. "Hemos estado preocupados por varios motivos, uno de ellos siempre ha sido la seguridad tanto de las personas que viven en Isla Negra como del turista", señaló.
Según ella, algunos visitantes que llegan al museo sufren robos en sus vehículos. Y si a eso se suman los problemas de consumo de alcohol y drogas en la Plaza Eladio Sobrino, la situación, según su parecer, merece buscar una nueva estrategia, pues aunque ella reconoce que las autoridades locales han hecho esfuerzos para enfrentar esta realidad, no se ha logrado poner control efectivo.
"El problema se produce cuando las personas se instalan sin los permisos debidos y eso genera molestia en el artesano que sí hizo sus trámites", dijo la directora de la Casa Museo.
"Pienso que es el momento de que, ante una situación que ha llegado a este límite, haya una unión de todas las fuerzas posibles: municipales, de la policía y lo que el museo pueda aportar", dijo Carolina Rivas, quien propone dotar de cámaras de televigilancia al sector, aumentar la fiscalización y normar el trabajo de los artesanos. "Cada uno tiene su tarea", recalcó.
Lo más grave
Según la directora de Seguridad Pública Municipal de El Quisco, Carolina Vega, "hemos estado trabajando en un plan piloto de seguridad y medio ambiente en Isla Negra, no es algo a propósito de lo que ocurrió (el sábado)".
Vega declaró que los propios vecinos de Isla Negra habían manifestado que se sienten inseguros y que, por lo mismo, se han elaborado estrategias con metas específicas como avanzar en un programa de instalación de alarmas, que fue postulado sin éxito a los fondos de la Subsecretaría de Prevención del Delito.
Y pese a que muchos en Isla Negra afirman que "todos sabían lo que pasaba en la Plaza Eladio Sobrino", Carolina Vega afirmó que respecto al consumo y tráfico de drogas en el sector, en la Dirección de Seguridad Pública Municipal no recibieron nunca denuncias sobre estas situaciones.
La municipalidad, a través de la Unidad de Fomento Productivo, iniciará una evaluación social y económica de quienes quieren dedicarse a la venta de artesanías en dicha plaza.
"Las personas, para poder estar trabajando juntas, tienen que tener una manera civilizada de relacionarse y de organizarse".,
Carolina Rivas, directora de la Casa Museo de Pablo Neruda en Isla Negra.
La otra versión
Anahí Castillo, la ex esposa y madre de los dos hijos que tenía Peterson Demoraes dijo que la agresión que terminó con la vida del brasileño no fue un acto de legítima defensa. "Ellos tenían rencillas anteriores", dijo la mujer cuya versión es apoyada por su madre Susana Cerón y por uno de los mejores amigos de la víctima, José Carlos Soares. Este último insistió en que Demoraes estaba ebrio el sábado pasado y que bajo ese estado quiso encarar a Diego Sánchez. "Ellos tenían asuntos pendientes", sostuvo este brasileño, que anunció que la familia de Demoraes está analizando acciones legales para que se castigue a Sánchez como un asesino. Los restos del fallecido artesano serán repatriados a Brasil en los próximos días.
34 años tenía Peterson Demoraes, el brasileño que murió en Isla Negra.