En el último Foro Económico Mundial en Davos su presidente ejecutivo basó su discurso en la necesidad de rediseñar los procesos e instituciones existentes para evitar que las fuerzas inexorables del cambio desarrollen sus propias dinámicas y reglas. ¿A qué fuerzas se refería? A las nuevas tecnologías que están transformando nuestra forma de trabajar, de relacionarnos, de aprender y de comunicarnos. En definitiva, está cambiando nuestra sociedad tal y como la conocíamos.
Podemos afirmar que las empresas digitales líderes en el mercado, con sus estrategias y productos, están modificando los patrones sociales, incluso influyendo en el modelo político a través de los denominados algoritmos basados en el análisis de datos y el aprendizaje de máquinas.
Asumiendo que vivimos realmente una nueva revolución industrial, ¿qué la hace diferente de las anteriores? La respuesta es sencilla: la velocidad. Las anteriores revoluciones provocaron cambios que afectaban a varias generaciones. Ahora una misma generación vive varias revoluciones. Los avances tecnológicos se asumen socialmente a un ritmo vertiginoso y esto no ha hecho más que empezar.
Por ello, los sociólogos, filósofos e historiadores hacen sonar la alarma y explican que las cosas podrían no salir bien. Coincidiendo plenamente con su reflexión, hemos querido hacer una apuesta por el humanismo tecnológico, recuperar al humano y colocarlo en el centro con su pensamiento crítico para que sea capaz de dominar la tecnología y repensar el modelo de trabajo y económico, en definitiva, reimaginar filosóficamente nuestra sociedad.
Ariel Vidal
Director académico
Escuela de Negocios The Valley Chile