Cuando 40 años no son nada
El popular payaso "Pelucón", de Mario Celedón, celebra cuatro décadas de actuación y presencia en la escena cultural de San Antonio. Ha sido un periodo de satisfacciones y emociones, pero ¿es hora de un reconocimiento como se merece?
Hubo un momento clave en la vida de Mario Celedón Bustos. Un instante, tan solo un segundo, hizo que su existencia no fuera la misma de antes.
Ese fue el momento en que dio vida al payaso "Pelucón".
Sus días ya no volverían a ser los mismos.
La historia comenzó para el cumpleaños de su hija. Ahí, casi como una humorada, comenzó este personaje que al inicio solo pretendía darle más colorido y entusiasmo a una fiesta familiar.
Con el tiempo "Pelucón" se hizo conocido en la zona y fue un personaje invitado a cuanto cumpleaños se realizaba en la ciudad. Los sanantoninos de más de 30 años sabrán de qué estamos hablando.
El payaso participaba en actividades del municipio durante el verano y navidades; iba a los eventos de la Teletón, asistía a shows en los colegios de la comuna, pero siempre, siempre, con el estilo que Mario Celedón le impregnó a su personaje: mucha alegría para hacer felices a los más pequeños.
"Pelucón" nació casi por casualidad y fue bautizado de la misma manera, cuando una niña en un cumpleaños le dijo que era un payaso pelucón, por la profusa cabellera anaranjada que complementaba el atuendo del clown.
Y quedó así, como el payaso "Pelucón". Nunca cambió.
Este 2019 el personaje cumplió 40 años de actividad y Mario ya no es el mismo de hace cuatro décadas. Han pasado largas temporadas de trabajo en el Departamento de Cultura de la Municipalidad de San Antonio, al que llegó cuando prácticamente no había nada y se debía hacer de todo. Junto a un grupo de funcionarios, Celedón trabajó para que la cultura llegara a todos los rincones de la ciudad.
Y como payaso Pelucón estuvo en muchos eventos con adultos mayores, con niños en plazas, clubes deportivos, sedes sociales, escuelas rurales, juntas de vecinos, en las calles. Es que el gusto de estar en el escenario y siendo el centro de la atención estaba en la piel de este sanantonino próximo a cumplir 70 años.
En las decenas de fotografías que Celedón tiene están graficadas las actividades en las que este payaso estuvo presente. Se ven autoridades de hace dos décadas, niños que hoy deben tener 40 años, con hijos y quizás nietos.
Y también se ve a un Mario joven.
Cuando el Mario de este noviembre de 2019 ve las imágenes, reflexiona y se da cuenta de cómo ha pasado el tiempo. "Sí, han pasado los años. Hace poco en el Bellamar me encontré con uno de estos niños. Me saludó y le decía a su hijo que yo había animado su cumpleaños. Mira, yo podré estar viejo y se nota aquí (apunta a las arrugas de su rostro y a las canas que cubren su cabello), pero soy joven de acá (y apunta a su cabeza como haciendo referencia a su cerebro). Eso es lo importante".
En una entrevista realizada por este diario hace siete años, Mario Celedón caracterizado como su alter ego, reconoció que el mayor premio a su trayectoria es la sonrisa de los niños y el cariño de la gente de esta ciudad, pero en 2016 rechazó el reconocimiento de Personaje Típico que le ofreció la Municipalidad de San Antonio, aduciendo motivos personales.
-Mario, ha pasado el tiempo, ¿le dio muchas vueltas a esa decisión?
-No, lo que sucede es que creo que el programa de Hijo Ilustre se hace si eres amigo del alcalde de turno o de los concejales o perteneces a un partido determinado. He estado varias veces en la lista, pero creo que ese reconocimiento debiera considerar un premio y además un estímulo económico. No es porque uno ande buscando la parte económica, pero sin duda creo que le daría más importancia a esa distinción.
-¿Qué aspectos deben ser considerados en ese premio, entonces?
-Los años de trayectoria. En mi caso, y perdóname que me ponga de ejemplo, le he dado vida a un personaje durante 40 años. Debe existir una comisión que estudie esa nominación. Muchas veces a concejales antiguos les dije que había personas que podrían ser consideradas con ese premio. Además, no está la solemnidad de ese reconocimiento. La municipalidad entrega varios diplomas, pero no hay un premio que sea exclusivo para los hijos ilustres y los diferencie de quienes son premiados por otra razón. Ser Hijo Ilustre de San Antonio es un premio muy importante. Se debe considerar la trayectoria y el trabajo por la comunidad. Quien ha recibido el premio, bien recibido lo tiene. No objeto nada de eso, pero sí creo que debe ser para alguien que tenga trayectoria. No importa que sea joven o viejo. Ahí tienes el caso de Humberto Suazo. El llevó el nombre de San Antonio por todos lados siendo muy joven. Marcó la diferencia.
-¿Se siente profeta en su tierra?
-Pensándolo bien, creo que sí. Quizás no todo el mundo es profeta en su tierra. Yo sí, porque el personaje que creé no existía aquí y tuve programas donde se les daba participación a los niños.
En septiembre del año pasado Celedón vivió uno de los momentos más duros cuando falleció su esposa Sandra del Pilar Valencia Díaz, a los 60 años, producto de un cáncer pulmonar.
Sandra y Mario tuvieron tres hijos: Danilo, Marión y Melissa.
Sandra y Mario se conocieron desde niños ya que eran vecinos de calle Arturo Prat, en San Antonio. "Sandra le dio vida a mi personaje. Ella me confeccionó el traje. Ella lo hizo realidad", reconoce Celedón con orgullo.
De hecho, en una fotografía se ve un payaso "Pelucón" muy distinto. "No dudé ni un minuto en ser payaso. Me perfeccioné en Francia, tuve una gran experiencia y trabajé mucho en San Antonio. Incluso tengo otros personajes como un perro y un conejo de Pascua, pero todos los hago con el mismo cariño.
-Siendo payaso todo no debe ser alegría...
-Mira, debo decir que soy feliz haciendo el payaso, el conejo o el perro. Soy un hombre que tiene alegría en su corazón. He pasado momentos de tristeza como toda persona, especialmente cuando falleció mi padre, mi madre y mi señora. Son instantes difíciles, pero como uno tiene la fuerza y esa alegría de ser payaso tú puedes trasmitir esa energía positiva.
-Es lo que se denomina tener ángel...
-Efectivamente, los niños captan eso. Pintarse y ser un payaso te transforma. Eso marca la diferencia.
-¿"Pelucón" se acaba con 40 años?
-Sigue, me adapto a los tiempos modernos.
-Los niños han cambiado Mario...
-Sí, y lo entiendo. Yo no soy payaso de circo. Ellos son muy buenos. Yo privilegio los juegos, la chispa. Sé que los pequeños han cambiado, pero hay que darle espacio también a la imaginación. Mira, los niños chicos siempre aceptan al payaso. Esto lo he hecho toda mi vida y sabes qué, he perdido a veces, pero también he ganado y eso es importante.
"Una de las cosas más importante es el cariño de los niños hacia el payaso "Pelucón". Siempre busqué la forma de que tuvieran entretención, ya sea pagada o no",
Mario Celedón