David Muñoz Castillo
Solo una deportista rusa puede decir que tiene más fuerza que la santodomingana Marjorie Flores (23). La profesora de Educación Física fue al Mundial de Powerlifting, que se efectuó en la ciudad de Florianopolis, Brasil y obtuvo dos medallas. Se coronó como la campeona planetaria en las categorías de 56 kilos en Open y Junior, pero lo que la tiene más contenta es el segundo puesto en la modalidad push pull.
Y por qué está más feliz por el segundo lugar que con el oro obtenido. "Lo que más me interesa es el premio a la mujer más fuerte, porque ahí incluyen a todas las participantes sin importar su peso", explicó.
Para definir la fuerza se saca un equivalente entre el peso levantado y el peso corporal de la deportista. Una fórmula da un puntaje y el resultado más alto da el primer lugar.
En esa instancia resultó segunda. "Quedé bastante contenta, porque la que sacó el primer lugar fue una competidora de Rusia".
En Florianopolis se dieron cita deportistas de todo el planeta, pero principalmente de América, lo que hace más meritorio el logro de Marjorie.
Para conseguir este rendimiento se preparó desde julio, tras ganar la clasificación al Mundial y se sometió a una nueva planificación de entrenamientos.
El resultado no fue para ella inesperado, porque "uno sabe más o menos cómo le va a ir a en su categoría, porque conoce a las participantes. No es una sorpresa".
De todas formas tenía otras expectativas en cuanto a su rendimiento. "No tuve las marcas que esperaba. En el clasificatorio obtuve 145 kilos en peso muerto y establecí el récord mundial junior. Ahora buscaba los 150, pero no lo pude hacer, me faltó súper poco, casi lo logro. Influyen muchos factores como el clima o los implementos", relató.
A pesar de no cumplir con ese objetivo ganó la categoría Open y Junior. Desde la próxima semana abandonará la última serie, ya que cumplirá 24 años. "Me retiro contenta, porque deje el récord mundial de 145 kilos de peso muerto y el récord total, que lo dejé en 202,5 kilos", precisó.
Competir en el extranjero no fue fácil para esta profesora de Educación Física, quien egresó el año pasado y hoy hace un taller de Powerlifting en la Municipalidad de San Antonio y algunos turnos en el gimnasio Fitnessport. "Pude cubrir mis gastos de inscripción, viaje y hospedaje gracias a un aporte económico que me dio la Municipalidad de Santo Domingo a través de una beca deportiva. Sin ese aporte no hubiera podido viajar. Además el gimnasio Fitnessport de San Antonio me deja entrenar gratis, lo que es un ahorro mensual. Son como mis auspiciadores y mi familia también me aportó", agradeció Marjorie.