El orgullo de ser mapuche en el Litoral de los Poetas
Celinda Mella Malhue se ha dedicado a la divulgación de la cultura ancestral de este pueblo originario. Permanentemente realiza clases de mapudungun en la escuela de Agua Buena donde los niños se entusiasman con la lengua de la "gente de la tierra".
"Inche mapuchengen ayekanlen tañi morfuiñ inche tripapen mapumew, nen kimun elueneu tañi kuifikechellen".
La frase anterior en mapudungun, el idioma mapuche, quiere decir: "Yo soy mapuche y estoy orgullosa de serlo. Soy una persona de la tierra y tengo una cultura que me heredaron mis ancestros".
Así también lo siente en cuerpo y alma, Celinda Mella Malhue, quien se ha encargado de divulgar la cultura ancestral de sus antepasados y que la lleva hoy a dar a conocer a generaciones de sanantoninos todo lo que tiene que ver con la lengua, la gastronomía, medicina y arte mapuche.
Celinda nació en el sector de Bucalemito, en la comuna de Santo Domingo, allí convivió con el campo de nuestro Litoral Central, se empapó de esa vida al aire libre y disfrutando de las cosas simples. Eso era algo natural para ella, creció en ese entorno quizás sin saber que tenía una especie de conexión especial con la tierra, un cable, una atadura indisoluble.
Con el pasar de los años y tras una conversación con su abuela ella descubrió la fuerte presencia mapuche en su sangre. Allí entendió todo. De pronto fue como un abrir de puertas donde todo se iba uniendo y dando razón de ser a muchas de las cosas que ella hacía en el día a día de su vida.
Entendió por fin el porqué de su gusto por la tierra, por disfrutar de las cosas simples, por todo lo relacionado con nuestro pueblo originario, por el pueblo mapuche.
"En cierta manera fue una novedad tremenda saber que yo era mapuche. Yo vivía en el campo con animales y siembras. Lo único que no manejaba era el idioma. Yo no soy hablante. Cuando me enteré de mis raíces empecé a investigar a rescatar la lengua, el idioma, la medicina. Era algo que ya tenía en mi ser", dijo.
Recetario
Recientemente Celinda emprendió el trabajo de recopilar antiguas recetas de preparaciones típicas de la comida mapuche. Se trata de un proyecto del Area de Planes y Negocios de Conadi donde como educadora intercultural presentó una idea para trabajar con los niños y a la vez, hacer un recetario mapuche con preparaciones de la abuela.
"Fue mi mamá quien me motivó a hacer este recetario. Está muy fácil, a las personas no les va a costar nada hacer estas comidas que son tan nuestras, tan de casa. Son recetas que se han traspasado en el tiempo y que quizás ya se hacían en un muchos hogares, pero la gente no sabía que tienen origen mapuche. En ese sentido podría destacar algunas preparaciones como las papas con chuchoca, caldillo de harina tostada, sanco mapuche con harina tostada y que lleva cebolla, un poquito de ajo, etc.", dijo Celinda.
-¿Cómo recopiló estas recetas?
-La verdad es que hace tiempo quería hacer algo como esto. Las fui reuniendo en el tiempo y mi hijo me ayudó en la edición del producto. Los que quieran adquirirlo se puede comunicar al fono 997314296.
Pero este recetario es solo una de las labores de divulgación de Celinda, ya que también imparte sus conocimientos con los niños de la escuela de Agua Buena. Allí de manera entretenida y ágil para los niños, les enseña palabras en mapudungun, canciones y artesanía.
"Allí entrego algunos conceptos de la cultura mapuche a niños de prekinder, kínder y primero básico. Agradezco infinitamente a la escuela de Agua Buena por esta oportunidad de transmitir la cosmovisión mapuche. Los niños están muy entusiasmados, han aprendido bastante e incluso se han incorporado los apoderados a los talleres interculturales. Eso es muy bonito. Es integrar a toda la comunidad en esta labor de dar a conocer la cultura mapuche", agregó Celinda.
-¿Por dónde se comienza este trabajo con los niños?
-Primero el saludo, mari mari pichikeche. Conocerse, decir inche pingen Celinda. Ahora ya saben conocerse como pichikeche (niño) y después vamos avanzando con canciones y cosas entretenidas. Ellos se saludan y despiden cantando. Apenas llego me reciben con mucha alegría. Son pequeñas palabras, no es el objetivo enseñarles el idioma, hay otras personas que se dedican a eso y cumplen una labor muy importante.
-Pero sí le permiten acercarse a nuestra cultura ancestral…
-Y conocernos que también es importante. Estamos vimos ya que algunas veces en libros sale que los mapuches existieron y no, nosotros estamos en todas partes. Somos mapuche, somos gente de la tierra. Un día una niña me dijo: "pero tía, ¿ustedes no se habían muerto?" Noo, le dije, estamos vivos y en todos lugares. Uno les va explicando esos aspectos y también los padres se interesan. Recientemente hicimos una muestra gastronómica mapuche y los apoderados participaron con entusiasmo.
"Lo que hago, lo que enseño, lo entrego con tanto amor y cariño que uno va aprendiendo también de ellos", dijo Celinda.
"Cuando me enteré de mis raíces empecé a investigar a rescatar la lengua, el idioma, la medicina. Era algo que ya tenía en mi ser",
Celinda Mella Malhue