El Rey de las Calientes tiene su trono en la feria
Este sanantonino ha salido adelante a punta de esfuerzo. Hizo frente a serios problemas de salud, a vicisitudes familiares que le han dejado una huella en el alma, pero que no han hecho que se apague su sonrisa. En esta crónica sepa por qué este "pobre hombre" se quema las manos todos los sábado en Tejas Verdes.
"¡Oiga caseraaa, con dos empanás y una sopa ya tiene listo el almuerzo!... ¡son de pino, con merkén y sin merkén!... ¡están calientes, oiga...!"
"¡¡¡Me quemo, me quemo!!!. ¡¡¡Estas sí que están calienteeessss, caseraaaaaa...!!!"
La inconfundible voz de David Serrano Norambuena suena fuerte todos los sábado desde muy temprano en uno de los ingresos a la feria libre de Tejas Verdes. Allí, en la intersección de las calles Arrayán con México, este entusiasta comerciante instala su puesto, sus cajas y sus canastos desde donde sale un vaporcito cargado a los condimentos que anticipan el potente sabor de las empanadas que reposan apiladas en su interior. A un costado, un parlante invita a la clientela a acercarse con la promesa de no arrepentirse de adquirir "la mejor empanada" de la feria libre.
Un par de quitasoles brinda la sombra necesaria en pleno diciembre y un cartel que reza "El rey de las calientes, empanadas, chaparritas" completa toda la puesta en escena.
David parece estar en un frenesí constante. Ofrece sus empanadas, chaparritas y dobladas, atiende a sus clientes, saca una bolsa de papel y echa la empanada, recibe el pago, da vuelto... atiende a otra persona, saca una bolsa de papel, echa el producto al interior, recibe el pago y da vuelto... Entremedio de todo, vocea las de pino, responde al saludo de alguien que lo conoce, habla con un amigo que está sentado a un lado, toca un pito que lleva al cuello para hacerse notar, va a buscar más empanadas, responde el celular... ¡uf! y se da el tiempo de responder las preguntas impertinentes de este periodista.
Trayectoria
David Serrano, también conocido como "Pajarito" en algunos círculos más cercanos, tiene un espíritu y empeño que sobresalen.
Los puso a prueba desde joven cuando en septiembre de 1982 ingresó a trabajar al hospital Claudio Vicuña a través de una empresa externa. Allí se encargaba junto a otras personas de hacer el aseo en pasillos y baños, luego fue portero y después camillero. Fue tanta su dedicación que poco a poco fue efectuando otras labores donde siempre fue reconocido por quienes laboraban junto a él.
En 1996 postuló a un cargo de auxiliar de servicio en pabellón y quedó contratado; posteriormente, en el año 2002, se perfeccionó para trabajar como auxiliar de enfermería, empleo que mantiene hasta hoy.
En sus ratos libres Serrano dedicó su espíritu y músculos al ciclismo. Compitió como amateur en diversas instancias comunales, provinciales, regionales y nacionales.
Sobre las dos ruedas se sentía a sus anchas hasta que el destino le deparó una de las pruebas más difíciles de superar.
En el tercer trimestre de 2016 David comenzó a sentir molestias de salud, se cansaba más rápido de lo esperado y sufría dolores en el pecho. Fue en noviembre de ese año cuando le dieron un diagnóstico médico lapidario: tenía un aneurisma aórtico que ponía en serio riesgo su vida.
Y tuvo que dejar el ciclismo de sus amores.
"Mira, fue terrible. Fue como si me hubieran cortado las piernas, fue como si a un pianista le cortaran las manos. El ciclismo era lo que más me gustaba y de un día para otro lo tuve que dejar. Esa cuestión fue tremenda... Además que la dilatación de la aorta ha ido aumentando. Cuando me la detectaron tenía un rango de dilatación de 4,0, ahora tengo 5,0 y si llego a 5,5 podría optar a una operación en Viña del Mar para hacer un recambio de válvulas. Estoy en permanentes controles, cada seis meses voy a Valparaíso", comenta con resignación mientras no deja de trabajar atendiendo a sus clientes y con una sonrisa imborrable.
Empanadas
El tema de hacer y vender sus empanadas surgió como una forma de conseguir más recursos para el hogar. El mismo que se vio golpeado por el fallecimiento de su esposa producto de un cáncer.
"Fue una etapa muy dura también, fundamental en mi vida. Estuvimos 34 años juntos y después tuve un proceso de unos cinco años donde anduve como una hoja seca de allá para acá y buscando dónde poder refugiarme", relata.
Junto a su actual pareja, Rossana, David mantiene este negocio de empanadas que han sido ampliamente reconocidas por sus clientes que cada sábado llegan a la feria de Tejas Verdes para comprar verduras y de paso servirse una caldúa o llevárselas para la casa cuando se han atrasado con el almuerzo o cuando simplemente no quieren cocinar.
"Mira, esa es la idea, ofrecer un producto de buena calidad y a un buen precio. Eso permite que la gente vuelva y te compre otra vez. Con Rossana este proceso comienza los jueves dejando todos los materiales listos para hacer las empanadas. Luego los viernes en la tarde hacemos el pino y dejamos todo okey para que de madrugada empecemos a cocinar. Yo a las 5.30 de la mañana ya estoy en esto y llego muy temprano a la feria", señala.
-¿Y tienen que estar calientes... las empanadas?
-Claro, esa es nuestra oferta. Acá al principio yo era casi el único que vendía empanadas. Después han llegado otras personas, pero creo que hay espacio y clientes para todos. ¿Cómo me diferencio yo? Ofreciendo las mejores empanadas que pueda, nada más. El cliente sabe que conmigo encontrará algo bueno. Es que además son tantos años en esto. Yo llego más de 30 años de comerciante. Primero andaba a pie, luego en moto y así voy de lado a lado. Traigo mis productos a la feria y si no vendo todo, recorro las canchas de fútbol amateur de Llolleo y ahí termino de venderlas todas.
-Supe por ahí que usted también canta lotas...
-Sí, lo que pasa es que cuando mi señora estaba enferma allá por 2012 la vecina Cristina Valdenegro nos ayudó organizando una lota solidaria. Allí vi que se podía hacer mucho por gente que lo necesita y quise aportar. Ahora cuando hay lotas para colaborar con personas que no tienen recursos y sufren enfermedades ahí yo también coopero. En otras ocasiones he participado en lotas de juntas de vecinos o clubes deportivos y me hago mis moneditas también, jajaja. Esto me ha llenado el espíritu y el alma porque se hace algo por gente que lo necesita.
-Incluso alguna vez lo tentaron para ser candidato a concejal...
-Efectivamente, tuve esa oportunidad, pero al final no se concretó. Yo pensé: ¿qué puedo ofrecer al pueblo de San Antonio? Y concluí que soy un tipo honrado y trabajador. Si puedo ayudar lo hago. No se hizo nada al final, pero quién sabe...
-Oiga, ¿y estas empanadas de verdad son calientes?
-¡Pero claro! ¡son las más calientes! Es más, si te toca una empanada fría te regalo el canasto entero, te llevai las cajas también, jajaja.
-¿Y no se quema las manos?
-Ah no si no... todos los sábado me quemo las manos, ¡cacha cómo las tengo todas llenas de ampollas, jajajaja!
"¡Oiga caseraaa, el día está especial para una sopa y una empanada por si acaso llega la suegra a pegar en la pera sin avisar, oiga!",
David Serrano