Familias en toma: el feliz Año Nuevo que esperan los vecinos
Ilusionadas con la casa propia, cientos de familias sufren las inclemencias de no contar con agua, luz y baños donde hacer sus necesidades.
"Me da pena estar viviendo esto a mi edad. Estar viviendo sin luz, agua y no tener dónde ir al baño, que es lo más básico. Es duro para nosotros con mi esposo y sobre todo cuando son estas fechas".
Ximena Salazar tiene 58 años y está casada con Andrés Llanos (58). Ambos forman una de las tantas familias que durante este último tiempo decidieron tomarse un terreno en la comuna de San Antonio, en el marco del estallido social que comenzó el 18 de octubre.
Ellos están ubicados en la toma de Camino Viejo, en el límite de las comunas de Cartagena y San Antonio. Allí cientos de familias trabajan por estos días en la construcción de sus modestos hogares, entre el polvo y la basura acumulada.
"Es duro, pero a la edad que estamos solo nos queda 'aperrar' hasta el final y en esa parada estamos con todos los vecinos", afirmó Salazar a Diario El Líder.
El esposo de la mujer asegura que "nosotros no queremos nada gratis, queremos pagar por el terreno un precio justo".
"La gran mayoría de los vecinos somos gente de trabajo y esfuerzo, aunque siempre hay personas que se aprovechan, pero acá estamos unidos, nos ayudamos entre todos", contaba Llanos, ayer, en la toma junto a otros vecinos.
Todos ellos se habían reunido a comer algo alrededor de una parrilla. No era un asado, ni mucho menos alguna olla común, sino más bien un par de papas a las brasas para engañar al hambre y al destino.
"Para nosotros no ha sido bueno últimamente. Hemos tenido hartos problemas económicos. Para la Navidad no pudimos hacer mucho, porque no teníamos nada qué hacer. Algo comimos y estuvimos en la fogata conversando, hablando, como se hacía antes", recordó Salazar tratando de encontrar el lado positivo
La mujer aseguró que "el otro día hicimos pan y cada uno de los vecinos puso algo y salió harto. Eso nos da una enseñanza de que a veces la vida es de otra manera, porque uno siente empatía". Y su voz, ya quebrada, se corta cuando comentó que "es doloroso para una y mi esposo, que además sufre artrosis, porque para personas de nuestra edad no hay oportunidades. Cuesta decirlo, pero es así".
Su esposo bien lo sabe. Llanos afirmó que "cada vez es más difícil encontrar pega. Más aún para mi edad, y si hay, pagan muy poco, pero había que hacerlo porque no hay plata, ni siquiera para arrendar".
Atraso del arriendo
Carlos Quinteros (32) confesó que "me da lata lo que le pasa a mis vecinos. Esos abuelitos están solos y siempre estamos compartiendo con la señora Ximena y don Andrés".
Este pescador sanantonino llegó hace más de un mes a esta toma para hacerse de un terreno que le permita vivir junto a su esposa y dos hijos, uno de 7 meses y una de 5 años.
"Yo estaba arrendando. Soy pescador. Había pesca, pero no nos podían pagar, porque los bancos no estaban atendiendo, por esto del estallido social, y entonces nos echaron de la casa donde estábamos arrendando", relató.
Quinteros junto a su familia llegó hasta esta toma solo "con una carpa y acá estamos tratando de levantar mi casita, que por ahora es una pieza de 3x3 donde vivimos todos".
Este trabajador, por esos días, sabía que el futuro no se veía nada de alentador. Sin agua, luz, baño y una improvisada vivienda, solo le faltaba que algo peor. "Me robaron los palos que había comprado para armarme la casa", denunció.
Quinteros contó que "después que me pagaron, fui a comprar los palos y me los robaron acá. Igual fue 'penca', pero cuando fui a la Ferretería Armijo de Santo Domingo, de nuevo a comprar palos, me ayudaron porque me regalaron más, me ayudaron harto, así que aprovecho de darles las gracias".
El gran problema que tiene la mayoría de estas familias que han decidido tomarse un terreno es con el vital elemento, sobre todo, por la gran cantidad de niños que hay en varias tomas de la comuna.
Quinteros explicó que "da lata no tener agua, porque uno anda con las manos sucias y tienes que tomar al niño para lavarlo. Además se nos resfrían, porque acá estamos a la intemperie y entonces nos insolamos, andamos todos sucios".
"Yo le pido al alcalde que se ponga la mano en el corazón y nos ayude con el agua. Sabemos que estamos en un terreno de un particular, pero no por eso no nos van ayudar, creo yo. Además tenemos mucha basura", recalcó.
Precisamente este es otro de los temas que tienen que enfrentar estos pobladores del sector alto de Bellavista.
Arañas, ratones, alacranes y gran cantidad de basura son también parte del panorama que viven cientos de familias en estos terrenos.
Extranjeros
María Guerra es dirigenta de la cuadra, que es como dividieron los territorios en Vida Nueva. Ella está a cargo de coordinar 20 familias en las que hay algunos extranjeros. Se trata de ciudadanos haitianos y colombianos que también necesitan una vivienda.
"La verdad es que no hay nada que decir de ellos. Siempre que hay que reunirse o se necesita dinero para hacer arreglos comunes ellos siempre están disponibles. Así han sido porque todos necesitamos una casa y vemos en estas tomas una oportunidad", dijo la mujer.
Guerra explicó que "es complicado estar así en estas circunstancias, sobre todo en estas fechas. Acá hay gente que se queda y otra que viene a construir su casa de a poco. Somos muchos que vivimos de allegados y a nadie le gusta estar así".
Quieren una solución
En la toma Villa Esperanza hay 18 familias levantado sus viviendas en la esquina de calle Nápoles con Manuel Montt. Este terreno está destinado a un Centro de Salud Familiar (Cesfam) y la presidenta de esta agrupación de vecinos aseguró que no dejarán este lugar.
"Ha sido complicado estar en estas condiciones sobre todo porque es Navidad y se viene Año Nuevo. Nos hemos reunido y siempre hemos dicho que mientras no haya una solución no nos moveremos de acá".
"Nos hemos reunido y siempre hemos dicho que mientras no haya una solución no nos moveremos de acá",
Cristina Becerra, dirigenta toma Villa Esperanza.
"Para personas de nuestra edad no hay oportunidades. Cuesta decirlo, pero es así",
Ximena Salazar.