Funcionario se despide tras 41 años trabajando en la municipalidad de el Tabo
Rolando Espinoza ingresó en 1976 a trabajar a la municipalidad tabina y el pasado martes 31 de diciembre se acogió a retiro voluntario tras más de cuatro décadas como funcionario municipal.
El pasado martes 31 de diciembre será una fecha que seguramente el funcionario municipal Rolando del Carmen Espinoza Cerda no olvidará muy fácilmente. Después de 43 años trabajando en las oficinas de la municipalidad de El Tabo, se acogió a retiro voluntario y puso punto final a su labor municipal.
Fueron justamente su esposa, Elelonor Aguirre Jara, y sus tres hijos, Alejandra, Loreto y Rolando, además de sus tres nietas, quienes lo esperaron a la salida del edificio consistorial que se encuentra en avenida Las Cruces Norte. Con carteles de apoyo y alegría, su familia le entregó el último homenaje a don Rolando.
"Ingresé el 1 de julio de 1976 a trabajar en la municipalidad de El Tabo. Me llevó el alcalde designado por el gobierno militar que estaba en esa época, Luis Giannini Núñez, para trabajar primero por el empleo mínimo y tras aceptar esta propuesta comencé a desempeñarme como secretario del Juzgado de Policía Local. Paralelamente también estaba encargado de llevar la contabilidad gubernamental de la municipalidad", hace memoria Rolando Espinoza, actualmente de 71 años de edad (11 de noviembre de 1948) que es nacido y criado en la comuna de El Tabo.
Tabino de siempre
"Junto a mis padres Roberto Espinoza Hidalgo y Sara Luis Cerda Catalán, además de otros seis hermanos, vivíamos en el sector de la terraza donde se encontraba la cancha antigua de fútbol del Club El Tabo. Estudié en la escuela de El Tabo hasta sexta preparatoria y después de eso ingresé a la Escuela Industrial de San Antonio, donde estuve hasta cuarto humanidades, sacando el título de auxiliar de mueblista. Pero mis intenciones eran desarrollarme en otras áreas en lo laboral y me cambié al Instituto Comercial de Llolleo, cuyo director en ese entonces era don Carlos Witting Ortega. En el Instituto Comercial ingresé a la carrera de Contador, ya que me gustaba todo lo que eran los números y las matemáticas. Aparte en esos años se podía sacar el título de Contador en los institutos comerciales, ya que después esa carrera pasó a la Universidad", recuerda don Rolando, que con el título de Contador comenzó a desempeñarse en el ámbito laboral.
-¿Cuál fue su primer trabajo como Contador?
-Lo primero que hice cuando tenía 18 años fue irme a trabajar a Santiago en una empresa privada que se llamaba Ingeniería y Construcciones Andes Sociedad Anónima. Durante la semana arrendaba una pieza en Santiago en el centro en calle Bandera donde vivía con otro colega y las oficinas de la empresa estaban en calle Matías Cousiño. Fue un cambio bastante fuerte y diferente, porque yo venía de El Tabo, que es una comuna muy tranquila y pequeña comparada a Santiago. Pero uno es animal de costumbre así que me fui adaptando. Lo que sí todos los viernes cuando terminaba el trabajo me iba a El Tabo y volvía los lunes en el bus de las 7 de la mañana a la oficina, así que aprovechaba lo que más podía para estar en la casa con la familia. Incluso mi madre me mandaba con todas las camisas limpias que había ocupado en la semana.
-¿Hasta cuándo trabajó en Santiago en la empresa privada?
-Debido a que la empresa trabajaba con el Gobierno en la construcción de caminos y puentes, cuando ocurrió el Golpe Militar cambió totalmente el trabajo y la decisión que tomaron los jefes, debido a que la empresa estaba yéndole mal, fue despedir a todos los que éramos más jóvenes y estábamos solteros. Lo que sí nos pagaron todo, así que pude salir bien de aquella empresa.
-¿Qué hizo luego de que lo finiquitaron?
-Me devolví a la comuna de El Tabo y estuve un mes buscando trabajo. Hasta que apareció la oportunidad de trabajar en la municipalidad tabina en 1976.
Trabajador municipal
El 1 de julio de 1976 es una fecha que recuerda de memoria Rolando Espinoza, ya que aquel día comienza su vínculo por 43 años con la municipalidad de El Tabo. Tras su primer trabajo como secretario del Juzgado de Policía Local, sumaría otras responsabilidades en diferentes oficinas municipales.
"Luego de ser secretario del Juzgado llegó otro alcalde que me sacó de ahí por problemas que tuvimos y me nombró como Jefe de Control de la municipalidad. Posteriormente pasé a ser Jefe de Aseo y Ornato. Hasta que finalmente tuve la oportunidad de llegar a la Tesorería municipal, que era mi área, se podría decir. Ahí estuve como tesorero desde diciembre del 2011 hasta el 31 de diciembre del 2019. En esta labor me sentía bien, ya que había que ver todo lo que eran los depósitos, los cheques, todo lo que fuera del área contable", explica Rolando Espinoza.
-¿Cuándo comenzó a gestionar su retiro voluntario don Rolando?
-En marzo de este año me postulé al retiro voluntario porque me convenía, ya que podría sacar la indemnización de gobierno y también la municipal. Entregaron 1.100 cupos para todo el país respecto al retiro voluntario y a mí me asignaron el 1.071. Y de los cinco que postulamos de la municipalidad de El Tabo fui el único beneficiado. Tras haber recibido la resolución me preguntaron qué fecha quería para mi retiro y así acordamos el 31 de diciembre de 2019.
-¿Cómo evalúa sus 43 años en la municipalidad de El Tabo?
-Para mí fue muy positivo este trabajo, ya que aprendí muchas cosas de oficinas. Hice cursos de contabilidad en la Contraloría Regional, además de seminarios de diferentes temas, por lo que pude ir especializándome de buena forma. Cuando me tocó estar en la Tesorería de la municipalidad también realicé varios cursos sobre temas que no conocía.
-¿Sabe qué hará ahora que terminó su función como trabajador municipal?
-Todavía no tengo muy claro, porque recién estoy saliendo de la municipalidad. Lo que no quiero es tener un trabajo con un horario rígido o muy exigente. Lo que quiero es disfrutar con mi familia y poder también salir con mi señora.