¡Qué dolor!: Multitudinaria despedida a primitas de Llolleo
Ayer se realizaron los funerales de Mayte Sanzana (7) y Fernanda Troncoso (14), quienes perdieron la vida en el río Rapel.
El ambiente ayer en el colegio Espíritu Santo era de tristeza, dolor y llanto. El recinto educacional de la comuna de San Antonio estaba repleto para despedir con pena a dos de sus alumnas, Mayte Sanzana (7) y Fernanda Troncoso (14), las primas que el pasado domingo encontraron la muerte de manera trágica en el río Rapel, en la comuna de Navidad.
En el patio principal del plantel educacional sus compañeros de cursos, apoderados, familiares y asistentes en general no escondieron su tristeza y sus lágrimas a la hora de brindar el último adiós a estas dos niñas, cuya partida ha conmovido a toda la provincia de San Antonio.
Huella imborrable
El responso comenzó pasadas las 13.30 horas y fue encabezado por el padre Tulio Villanueva, sacerdote de la iglesia Santa Luisa de Marillac de Barrancas.
Tras resaltar las bondades e inocencia de ambas primas y encomendarse a Dios para que les dé fuerza a los padres de Mayte y Fernanda, profesores y alumnos recordaron a estas dos menores sanantoninas que, como mencionaron, dejaron una huella imborrable en quienes las conocieron.
Una de estas personas fue la entrenadora de básquetbol del recinto educacional y del club Esparta de San Antonio, Sonia Zúñiga, quien conoció a la "Fefi", como le decían cariñosamente a Fernanda, cuando tenía ocho años y daba sus primeros pasos en el deporte cestero que tanto la apasionaba.
"Se inscribió en mi taller de básquetbol acá en el colegio y a ella le gustó mucho este deporte. Últimamente estaba jugando en el Esparta y la recordaré como una niña muy tierna, buena compañera, luchadora y competitiva, siempre le gustaba ganar", dijo Zúñiga, al borde de las lágrimas, en el momento de recordar a Fernanda.
La entrenadora agregó que "toda esta tragedia ha sido terrible. Todos estos niños y niñas del básquetbol son como mis hijos. Ellos saben todo el amor que uno les tiene, por eso esto ha sido muy doloroso. Hay mucha tristeza y pena".
Esos sentimientos también los comparte Pía Moya, una de las mejores amigas de Fernanda, quien ayer reconoció que "esto ha sido muy fuerte para todos porque nadie se lo esperaba".
Ambas se conocieron en el taller de básquetbol que imparte el colegio. Pía Moya afirmó que la "Fefi" "siempre nos decía bromas para alegrarnos y le gustaba mucho la música".
"Teníamos planes con ella para salir en el verano y estábamos preparando su cumpleaños. Y ahora ya no hay nada de eso", reveló esta alumna del colegio Espíritu Santo con la voz entrecortada por la emoción.
Esforzada
Mayte, a sus cortos siete años, llenó de vida, alegría y solidaridad a sus compañeros y profesores del primero básico. Su maestra Haeidy González ayer la describió en la ceremonia religiosa como una "niña inocente, traviesa y conversadora".
"Todas las mañanas nos esperaba junto a sus amigas y aguardaba con paciencia su turno para saludar y ayudarnos a cargar cualquier cosa que trajéramos. Además, terminaba sus tareas de manera hacendosa y siempre esforzándose mucho más", comentó González.
Esta lamentable tragedia no solo caló hondo en las personas que conocían a estas dos niñas de Llolleo alto, sino que en la comunidad entera.
Así es como ayer llegaron cientos de personas a solidarizar con el dolor de sus padres en este difícil momento.
"Yo soy de acá del sector y me enteré de lo que pasó por el diario. Qué terrible. Solo les doy mucha fuerza a sus padres. Yo como papá empatizo mucho más con su dolor, porque uno siempre piensa que podrían ser sus hijos. Mucha fuerza para la familia", pidió Ricardo Villarroel.
Luego de la emotiva ceremonia religiosa, que se extendió por casi dos horas, y mientras los cuerpos eran llevados hasta las pompas fúnebres, los globos blancos, en señal de pureza e inocencia, cubrieron el cielo sanantonino para despedir a estas dos niñas.
El cortejo continuó su recorrido por la comuna de San Antonio hasta el centro de la ciudad. Luego tomó rumbo hasta el cementerio Parque del Sendero de Llolleo, donde los padres y cercanos les brindaron el último adiós a estas niñas que de manera inesperada y trágica se despidieron de este mundo, dejando un dolor inconmensurable en toda la comunidad.
"Teníamos planes con ella para salir en el verano y estábamos preparando su cumpleaños. Y ahora ya no hay nada de eso",
Pía Moya, amiga de Fernanda.
"Todas las mañanas nos esperaba junto a sus amigas y aguardaba con paciencia su turno para saludar y ayudarnos a cargar cualquier cosa",
Haeidy González, profesora de Mayte.