Estefano Acevedo, la promesa quisqueña del bodyboard chileno
Con solo 14 años este adolescente ya es el mejor en su categoría en el país, pero como ocurre con la mayoría de los deportistas, la falta de apoyo económico hace que su lucha por llegar a la cima sea aún más difícil, pero no imposible.
A pesar de sus cortos 14 años, Estefano Acevedo Castillo es un claro ejemplo de que el que la sigue la consigue.
En muchas ocasiones le dijeron que no servía para el bodyboard y que era mejor dedicarse a otra cosa, pero este joven quisqueño sabía que tenía potencial y que algún podría llegar alto en este deporte. Reconoce que estuvo a punto de dejarlo todo, pero finalmente optó por enfocarse en su carrera y en lo que realmente le gusta hacer: bajar las olas.
Sussy Castillo, madre de Estefano, cuenta que a su hijo, desde muy pequeño, le gustó el mar. Tenía solo cuatro años cuando se arrancó, por primera vez, a la playa Hanga Roa o también conocida como "Los Ahogados", en Punta de Tralca, para ver "a esos patos" que observaba desde su casa.
"Se ponía en la ventana a mirar. De nuestra casa se veía la playa de Los Ahogados y a él le llamaban mucho la atención lo que se movía en el agua. Me decía 'mamá y esos patos'. Yo le explicaba lo que era pero al final un día no aguantó más y partió solo a la playa para ver a los patos", recuerda, entre risas, su madre.
En la playa conoció a su entrenador Cristóbal Aranda, quien ha potenciado la carrera del adolescente que, en este momento, lo mantiene en el primer lugar de su categoría (14 años) en el país.
"El tío (Cristóbal) lo vio y me preguntó si el Estefano podía entrenar. Yo le dije que no había problema porque él le enseñaba a niños y, como vieron que mi hijo era constante, le regalaron una laicra, una polera, una tabla y unas aletas que lavaba todo el día (ríe)", relata Sussy, con el pecho inflado de tanto orgullo.
En su familia siempre encontró apoyo, sobre todo porque el bodyboard le ayudaba a canalizar toda la energía que tenía. "Estefano es híper, hiperactivo, así que esto le ayudaba a botar la energía. Por eso siempre lo dejamos, además que esto nos llena de orgullo a todos", dice su progenitora.
Estefano es el sexto de ocho hermano. Su madre reconoce que ese gusto que siente por el mar lo heredó de ella, ya que desde muy pequeña vivió en sectores costeros. "Jamás viviría en un lugar sin playa", afirma Sussy.
Carrera
Por estos días este alumno de primero medio se prepara para lo que será su participación en el torneo de Quintero, que se desarrollará el 25 y 26 de enero, mientras que en febrero empieza nuevamente el tour nacional y la primera fecha es en Iquique.
El deportista tiene muchas ganas de competir en el norte del país, pero la falta de apoyo económico es un tema que le preocupa.
"Tengo ganas de ir pero me complica el tema de la plata. Hay auspiciadores que me ayudan mucho y yo estoy muy agradecido de ellos, pero igual necesito más apoyo", confiesa el alumno del colegio Clara Solovera, quien añade que "quiero seguir compitiendo para mantener mi nivel porque actualmente soy campeón de Chile en mi categoría y este año debo defender mi puesto".
Desilusiones
Cuando Estefano tenía ocho años muchas personas le dijeron que no reunía las condiciones para convertirse en un destacado deportista. Esto lo llevó a tomar la determinación de alejarse del bodyboard.
"Ese año paré. Me sentí bajoneado y me salí. Algunas personas me decían que no servía, que era malo, que buscara otra cosa que hacer y eso al final me fue bajoneando, por eso decidí dejar todo", detalla.
En ese momento, Cristóbal, su entrenador, jugó un rol muy importante en la vida de este adolescente quisqueño, ya que gracias a su insistencia, Estefano retomó su carrera.
"Un día el profe me fue a buscar a la casa. Estuvo toda la tarde conmigo y me decía que tenía que volver, que no podía perder algo que me gustaba tanto y que mi pasión tenía futuro, pero yo le decía que no. Al final me convenció y ahí le prometí que nunca más me iba a rendir y eso es lo que he hecho hasta ahora", explica.
Desde ese momento, la carrera de este joven solo supo de triunfos. Atrás quedaron esos malos recuerdos y hoy solo piensa en llegar a la cima de la ola.
"Desde chico me gustó la sensación que da el "bajar una ola" y cuando estoy compitiendo solo pienso en lo que estoy haciendo y en hacerlo lo mejor posible porque quiero lograr más cosas", indica.
-¿Alguna vez le tuviste miedo al mar?
-Al principio, pero creo que el típico miedo que le tiene la gente. Después me fui dando cuenta que cuando me caía no me hacía tanto daño. Igual me he esguinzado los pies, pero nada grave.
-¿Para ti cuál es la mejor playa para practicar bodyboard en el litoral?
-A mí me gusta mucho la playa de Los Ahogados y la de "Los Tubos" en Algarrobo.
-Pero la playa de Los Ahogados tiene mala fama...
-Sí, pero para mí es la mejor, además yo tengo una conexión especial con esa playa a pesar del nombre. Gracias a Dios y a mi abuelo, que me cuida desde el cielo, nunca me ha pasado nada.
- ¿Cuál es tu meta?
-Me gustaría seguir compitiendo y encontrar un buen auspiciador que me ayude a sacar mi carrera adelante porque sé que con esfuerzo puedo llegar muy lejos, además que el tío Cristóbal siempre será mi profe.
Agrega que "he tenido ofertas para irme a otros lados y a otros países, pero me quedo con él (Cristóbal Aranda) porque le prometí que si llegaba a ser campeón mundial él sería el primer invitado para ir conmigo".
Para este adolescente, el apoyo de su familia ha sido fundamental, por eso también espera invitarlos al viaje de sus sueños.
"Me gustaría invitarlos a todos a viajar en un crucero. Siempre me han llamado la atención. Si más adelante yo no pudiera vivir del bodyboard me gustaría estudiar hotelería, aprender inglés y así poder trabajar en un crucero", comenta.
Según lo explicado por el rider, el obtener buenos resultados en los torneos le abre puertas en su carrera. "Me ayuda para seguir avanzando, tener un buen nivel y para que también reconozcan mi talento".
Este adolescente sabe que aún le quedan muchas olas por recorrer, por eso se toma su carrera con calma. Sabe que nada de esto sería posible sin el apoyo incondicional de su familia y de sus cercanos.
"Cuando compito solo pienso en que tengo que avanzar, pero todo esto no sería posible sin el apoyo de mi familia, del profe Cristóbal, de mis auspiciadores, del profe Andrés que me consigue los permisos para faltar al colegio y de todos quienes creen en mí", recalca.