A puro corazón familia enfrenta enfermedad de niño de 8 años
El pequeño Máximo sufre un mal que le provoca tumores.
Camila Arancibia (30) llega todos los días de verano, tipo 11 de la mañana, a la playa de San Sebastián, perteneciente a Cartagena. Lejos de ir a disfrutar de las refrescantes aguas del Litoral de Los Poetas, esta vecina de la comuna instala con ilusión y esperanza su minibazar en una de las esquinas de este balneario.
En avenida Central con Costanera del Mar, se encuentra esta madre vendiendo artículos de playa: trajes de baño, juguetes, juegos de cartas, pelotas y un montón de productos para hacer más entretenidos los paseos.
"Ha estado media lenta la cosa en este verano, pero en años anteriores me ha ido bien juntando plata para mi hijo", dijo Arancibia mientras los turistas comienzan a llegar poco a poco a la playa de San Sebastián.
Esta vecina de Cartagena, junto a su esposo Rodrigo Sandoval (31), tiene un hijo que padece linfoma. El pequeño Máximo, de ocho años, sufre constantemente la inflamación de sus ganglios, algo que no es fácil de tratar.
"Mi hijo hace su vida normal hasta que le aparecen los ganglios. Se supone que estos ganglios se tienen que desinflamar con medicamentos, pero a él no le hacen efecto. Le salen tumores, entonces hay que operarlo. Y en clínica, porque en la salud pública aún estamos esperando la hora hace tres años", afirmó esta madre de dos niños.
Arancibia explicó que "esta enfermedad, que es muy común, no está en el Auge. A los niños les da por infección. La complicación que tiene Maxi es que no se le desinflama. Ni la biopsia ha podido establecer las causas de la enfermedad de mi hijo".
Operación
La primera operación de Máximo fue durante sus primeros años de vida. Varios exámenes y ninguna causa concreta de la aparición de estos ganglios obligaron a a este estudiante del Liceo Eugenia Subercaseaux a entrar al quirófano.
"El gasto de la enfermedad es relativo. El primer año pagamos una biopsia de un $1.300.000 y después tuvimos que operarlo y nos salió casi lo mismo. Lo operamos en la pierna izquierda porque le salió un ganglio inguinal", describió Camila Arancibia.
Para esta madre y su esposo esta enfermedad de su hijo ha sido desesperante, sobre todo porque "no sabemos qué pasará con él, si le saldrán o no estos tumores".
"Todavía ni siquiera nos han llamado desde la salud pública para que lo examine un especialista. Tuvimos que hacer bingos y eventos para reunir dinero. Así llegamos a la municipalidad y el alcalde nos dijo que él nos daba la opción de entregarnos una patente para así trabajar y juntar dinero para las operaciones", agradeció esta mujer.
Hoy este matrimonio se encuentra estudiando en la educación superior, "porque es la única forma de salir adelante".
6 funcionarias participaron en el curso en La Ruca mapuche.
8 años tiene Máximo y ya ha tenido que entrar a pabellón por sus ganglios.