El Vaticano sondea a sus primeros atletas para llegar a unos JJ.OO.
Como próximo objetivo, el pequeño país busca conformar un Comité Olímpico y para eso necesita cinco federaciones reconocidas. Tiene atletismo y ya piensa en dos disciplinas más, ambas artes marciales.
Jorge Reyes Patuelli
En el Vaticano están trabajando duro para poder ser parte de unos Juegos Olímpicos. Pero no es fácil. Alrededor de 500 personas residen en el pequeño país y solo algunas son deportistas.
Religiosos y funcionarios comparten día a día en la Ciudad del Vaticano y algunos son representantes deportivos en diferentes competiciones amistosas que se han llegado a realizar ahí. El secretario de Estado en el Pontificio Consejo para la Cultura y comisionado deportivo del Vaticano, Melchor Sánchez de Toca, explicó al medio alemán Deutsche Welle que existe la intención de promover la creación de grupos deportivos para así crear finalmente un Comité Olímpico.
"Para que esto suceda, deben existir al menos cinco federaciones reconocidas internacionalmente", dijo Sánchez. El año pasado, el Vaticano creó Athletica Vaticana, la federación de atletismo del país. Ahora las autoridades piensan sumar dos modalidades nuevas para acercarse al Comité Olímpico: el taekwondo y el judo.
Es difícil ver a un sacerdote dedicado a las artes marciales. Por lo mismo, según Sánchez, las personas que se dedican a este tipo de deporte provienen de las gendarmerías y los guardias suizos, cuerpo militar encargado de la seguridad del Papa. "El taekwondo y el judo solían ser parte del programa de capacitación de la Gendarmería del Vaticano", comentó el hombre de 53 años.
Pese a ser un trabajo a largo plazo, el religioso, que a la vez también es atleta, confía en poder cumplir con la tarea. Sin embargo, ellos no quieren ganar medallas olímpicas compitiendo, sino que "lo importante es participar en competiciones internacionales con valor agregado o espiritual".
Lo más cerca que han estado de unos Juegos Olímpicos fue en los de invierno hace dos años, cuando el Comité Olímpico invitó a una delegación vaticana a la ceremonia inaugural en Corea del Sur 2018.
Esa vez la presencia de la delegación fue calificada como histórica y el propio Sánchez de Toca tuvo la misión de representar a la Santa Sede como observador. "Entramos a un mundo que no es el nuestro", dijo entonces el enviado y reconoció la intención de su país por entrar a las citas olímpicas. También pudo participar de un encuentro amistoso entre los equipos de taekwondo de Corea del Norte y Corea del Sur. Varios norcoreanos, contó, por primera vez pudieron saludar a alguien del Vaticano.