EN LAS REDES
Los que quieran conocer más del trabajo de Jaime González lo pueden buscar como "Cultivos Limpios" en Facebook e Instagram . "La gente puede concertar una visita al taller-huerto", sostuvo el artesano de las mesas.
Los que quieran conocer más del trabajo de Jaime González lo pueden buscar como "Cultivos Limpios" en Facebook e Instagram . "La gente puede concertar una visita al taller-huerto", sostuvo el artesano de las mesas.
CCon sus mesas relucientes y hechas con madera de ciprés, el artesano sanantonino Jaime González Ulloa (64) se instaló en la pasada Expo Rural de Santo Domingo, donde sus creaciones se llenaron de elogios. Es que la gente parece ávida de tener en sus casas muebles rústicos…Llegó el tiempo en que la vida no solo sea en serie.
En sus manos hay experiencia para hacer un trabajo que pocos son capaces de cumplir. "Esto es carpintería ancestral y se trata de una técnica de trabajar la madera sin usar clavos ni tornillos de fierro. Mi idea es rescatar eso de antes de la mueblería ancestral", contó a El Líder Dominical.
Fue hace 30 años que Jaime descubrió que tenía el don de transformar la madera en hermosas mesas que hoy hace a pedido o según lo que dicta su propia imaginación. "Yo primero dibujaba, después fui haciendo cosas de madera para el uso personal, pero ya después quise hacerlo en forma más pública", detalló este hombre nacido en San Antonio que hoy vive en la localidad de San Enrique, en la comuna de Santo Domingo.
Consigue maderas en bosques arrasados por incendios o en lugares donde habían quedado listas para ser usadas como leña. Sus amigos le dan datos de dónde ir a buscar esos tesoros. "A esas maderas yo les doy una vida nueva al dejarlas vivir en una mesa", afirmó al señalar que rescatar esos recursos forestales a veces es tan caro que no vale la pena hacerlo porque aunque venda la mesa no alcanzaría a recuperar la inversión de contratar una retroexcavadora y un camión para transportarla hasta San Enrique.
Parte de lo que hace hoy como artesano de la madera lo aprendió de Luis Tapia, un vecino que él tuvo cuando vivió en su juventud junto a su familia en Villa Italia. "Don Lucho era carpintero y él me dejaba usar su taller para que yo hiciera pinceles, yo tenía 12 años. Mi abuelo Nicolás Ulloa también era carpintero y nos hacía juguetes de madera, entonces yo crecí observando todo ese quehacer, el cual practico ahora. Así pasé de hacer un dibujo que es bidimensional a hacer una obra de madera que es tridimensional, y ahí uno ve el equilibrio de las cosas".
Es en esa zona rural donde tiene su proyecto de casa y vive solo. Allí creó un sistema en que siembra y cosecha sus propias verduras. Vida sana para tener mente sana. Para él la búsqueda del equilibrio es una constante, y así lo recalcó en esta entrevista. Jaime parece envuelto de ese aire de paz que traen aquellos que ya pasaron por todo en la vida y vienen a mostrarnos a los demás lo necesario que es hacer una pausa cuando el consumismo nos abraza y no nos suelta. "Soy ermitaño transhumante, soy súper tranquilo, quitado de bulla", confirmó.
Explicó que sus mesas, algunas de las cuales cuestan $1.600.000, son valoradas por quienes saben cuánto trabajo hay detrás de su fabricación. Un día, un cliente le cambió su automóvil por una mesa. Él tomó el Fiat Palio Weekend que ahora lo tiene sin usar porque tiene una falla técnica. "Mis mesas no quedan en panne", dijo mientras soltaba una carcajada.
En Villa Italia, donde creció, aún vive su madre, "la señora Lila", muy conocida por las empanadas que hace en la calle Génova. Ella le enseñó muchas de las cosas que él hoy practica a diario.
30 años han pasado desde que este artesano aprendió su cotizado oficio.