Anita Peña, la algarrobina que lidera la lucha por los derechos de las mujeres
Esta administradora pública de la Universidad de Valparaíso asumió en diciembre pasado como directora ejecutiva de la Corporación Miles, que promueve los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Anita Peña Saavedra no ha perdido tiempo. Desde sus años en el colegio, en el Fernández León de Llolleo, que tiene interés por superar la desigualdad social y la pobreza, especialmente de las mujeres.
Nacida y criada en la comuna de Algarrobo, aprendió de pequeña a trabajar duro. Se levantaba a las 5.30 de la mañana para cruzar la provincia de San Antonio y estudiar.
Luego, en la Universidad de Valparaíso se esforzó aún más y, en paralelo a los estudios, comenzó un colectivo feminista.
Desde entonces no ha dejado la lucha por los derechos de las mujeres. A partir de diciembre pasado es la directora ejecutiva de Miles Chile, una de las principales agrupaciones en la promoción de los derechos sexuales y reproductivos del país.
Inicios en Algarrobo
Pero vamos por el principio.
"Estudié la enseñanza básica en el Colegio Teresa de Los Andes y la enseñanza media en el Fernández León. Me levantaba a las cinco y media de la mañana. Mi papá me preparaba el desayuno y me iba a dejar al paradero. De Algarrobo estudiábamos unas tres personas a ese colegio, así que nos íbamos en grupo", cuenta en conversación con Diario El Líder.
La primera vez que apareció en este medio fue en 2001, cuando gracias a un convenio entre la Municipalidad de Algarrobo y Chilquinta se vio favorecida con una beca para pagar el transporte escolar entre Algarrobo y Llolleo.
Después, para la enseñanza superior, otra vez contó con un valioso aporte.
"Me becó la agrupación La Candelaria de Algarrobo y me pude ir a vivir a Valparaíso y terminar mis estudios de pregrado ahí. Al quinto año de mi carrera la misma fundación me dio una beca para que fuera a México, en una especie de intercambio estudiantil", recuerda.
-¿Cómo fue la experiencia en México?
-Fue súper linda y eso me reveló un panorama inmenso porque pude hacer un diplomado sobre América Latina y Desarrollo y una práctica para Naciones Unidas en la organización que trabajaba en la promoción y adelanto de la mujer, que es lo que hoy se llama ONU Mujeres; además de conocer lo que estaba pasando en México cuando recién en el mundo se estaba hablando del femicidio.
Carrera
Regresó a Chile y se tituló como administradora pública con una tesis sobre "violencia institucional, específicamente en cuál es el rol que tienen los agentes del Estado para prevenir la violencia y atender los casos".
De ahí en adelante "todos mis años de experiencia profesional en las ONG, en la academia o en el gobierno han estado ligados a las políticas de género y los derechos humanos".
-¿Cuándo nace el interés por estos temas?
-Mi familia siempre dijo 'esta niñita va a ser abogada' porque reclamaba por las cosas y eso me fue generando una inquietud. En el colegio, además, la profesora de historia nos mandó a hacer un trabajo sobre la pobreza y con mi compañera nos dimos cuenta que en Chile los más pobres eran las mujeres. Viendo los datos uno se daba cuenta que incluso las niñas estaban en una situación de mucha más vulnerabilidad que los niños, y ahí me cuestioné un montón.
-¿Cómo?
-Me dije 'por qué pasa esto' y empecé a tener una inquietud respecto a los problemas sociales y a las injusticias estructurales que se demuestran de manera brutal con la pobreza.
-Y eso continuó en la universidad...
-Con esa inquietud llegué a la universidad y ahí con otras compañeras de la carrera de Administración Pública, Derecho, Trabajo Social y Medicina generamos una organización, un colectivo de mujeres en la Universidad de Valparaíso, en el 2004.
"Esto se genera en parte por un caso de acoso, que es algo que hoy está muy presente en la conversación, pero que en 2004 no se hablaba. Fue algo que levantamos con campañas internas. En ese momento no tuvimos la oportunidad de generar protocolos como los que existen hoy. Las instituciones educativas no estaban tan abiertas al cambio como lo están hoy", dice.
"Siempre estuve en la misión de ser vocera o de comunicarme con las demás agrupaciones, entonces eso fortaleció la capacidad de generar redes, integrarme, realizar talleres. Cuando egresé me vinculé completamente a una de las organizaciones que tienen alcance nacional en estos temas como la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres", prosigue.
Miles
-¿Cómo llegas a la Corporación Miles?
-La Corporación Miles se generó el 2010, es una organización muy visible de los derechos sexuales y reproductivos. Me enteré de este proyecto en su gestación porque siempre me pareció súper importante este tema: fiscalizar lo que hacen las instituciones del Estado, pero al mismo tiempo proveer servicios.
-¿Y cómo se dio la posibilidad de asumir como directora ejecutiva?
-En junio se abrió el concurso para postular el cargo de directora ejecutiva. Por varias redes me llegó la oferta diciendo 'Anita este cargo es para ti' y creí que sí tenía las capacidades en distintos ámbitos y este cargo me venía como anillo al dedo.
En diciembre finalmente la confirmaron en el cargo de directora ejecutiva de la Corporación Miles Chile.
-En otra entrevista te describías como ecofeminista, ¿de qué se trata eso?
-El movimiento feminista es una corriente de pensamiento y social con varias líneas, en lo económico, de los derechos humanos, por ejemplo, y una de ellas es el ecofeminismo que da cuenta de cómo se ha devastado el medio ambiente en la búsqueda de riqueza económica, y la tierra y el agua han sido arrasados.
"Hoy decimos que hay que cambiar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza, no puede privilegiarse el dinero sobre la vida, porque si no hay agua no hay vida", explica.
Estallido social
-En el último tiempo la sociedad ha cambiado bastante o por lo menos se ha tomado conciencia de los problemas. ¿Cómo ves estos cambios?
-Hay varios hitos. Como el mayo feminista cuando los movimientos al interior de distintas universidades comienzan a manifestarse y generan una alerta de lo que está pasando, de lo importante de agruparse entre las mujeres, y se demostró la fuerza que tienen.
"Además, cuando el gobierno comienza a desarrollar políticas que son estigmatizadoras para la comunidad estudiantil, con el aula segura, se busca sancionar a los alumnos por tener un pensamiento distinto", continúa.
-Hasta el alza del Metro...
-Cuando vemos a Santiago, donde la desigualdad es tremenda, y se sube el precio del Metro, los jóvenes dicen que esto es suficiente, además de restringirnos, ahora esto. Es una expresión de la desigualdad que viene hace mucho tiempo, las autoridades han tenido mucha ceguera al respecto. Nosotros en la provincia lo vemos cuando se puede acceder a la salud solo cuando se mueve la lista de espera, cuando no se puede acceder a una clínica, o se puede hacer endeudándose.
-¿El estallido lo veías venir o te tomó por sorpresa?
-El estallido social no me pilló por sorpresa. Siempre conversamos con distintas mujeres de que esto era algo que iba a suceder, pero no esperaba que tuviéramos la oportunidad de cambiar la Constitución, me siento afortunada de estar en este momento en Chile.
-¿Entre todo lo que se incorporará a la nueva Constitución crees que hay algo que deba sumarse sí o sí?
-El derecho a la vivienda es muy importante. Hoy los comités son integrados por las mujeres; los derechos sociales, sexuales y reproductivos, que se les eduque al respecto a su edad, que decidan cuándo y cómo quieren tener a sus hijos, la violencia sexual afecta en un 90 por ciento a la mujeres. Eso entre otras cosas más, pero lo importante antes de redactar la Constitución es que la gente vaya a votar en abril.