Escultor quiere dejar su legado a las nuevas generaciones de sanantoninos
Jorge Lara Bravo, con una trayectoria de más de 20 años en el ámbito artístico, está entregando sus conocimientos a niños y jóvenes que participan en un taller en la Biblioteca Pública Vicente Huidobro.
Asus 44 años, Jorge Lara Bravo está convencido de que una de sus misiones en esta vida es dejar un legado a las nuevas generaciones de sanantoninos.
Por eso, y con el respaldo de la Biblioteca Pública Vicente Huidobro de San Antonio, este verano comenzó a dictar un taller de la disciplina que lo apasiona y con la cual se gana la vida: la escultura.
"Para mí poder enseñar a los niños tiene una importancia muy grande, porque uno puede ser autorreferente. Tengo que aportar y entregar los conocimientos adquiridos en los últimos 20 ó 25 años de mi vida", comenta Lara, mientras con el mazo y el formón esculpe un trozo de madera ante la atenta mirada de Julio (14) y Génesis (11) González, dos hermanos venezolanos, alumnos de la Escuela Cerro Placilla, que están participando en el taller que dicta en uno de los patios de la biblioteca.
"Espero que este taller sirva para difundir el arte de la escultura y descubrir nuevos talentos en San Antonio. A veces el arte es muy excluyente y aquí damos la posibilidad para que los alumnos puedan adquirir conocimientos sin importar su clase social", añade.
Sus inicios
Oriundo de Villa Italia, este artista visual sanantonino tuvo a temprana edad sus primeros contactos con la escultura. "Yo estudié en la Eisa y ahí hice mi primera obra. Fue una mano de yeso, a la cual yo, por cuenta propia, le agregué la figura de una mujer", recuerda.
De ahí en adelante no paró más. De manera autodidacta al principio, comenzó a trabajar la madera y el metal, y también a pintar. En el 2006 hizo un curso de Forjas en Metal en la Universidad de Chile, lo que le entregó nuevas herramientas para seguir especializándose en su pasión.
"He hecho exposiciones en Valparaíso, en el barrio Yungay y algunas galerías de Santiago, y algunas de mis obras han llegado a otros países, como Estados Unidos", comenta con orgullo.
Uno de sus trabajos en madera está en el nuevo Museo de San Antonio. Se trata de un mural tallado donde cuenta la historia de la cultura Llollehue, correspondiente a los primeros habitantes de esta zona del Litoral Central.
Reciclaje y estallido
Jorge Lara ha abordado diversas temáticas a lo largo de su carrera como escultor. Reconoce que siempre ha tenido una especial sensibilidad por el cuidado del medio ambiente y que, por eso, intenta trabajar con materiales reciclados. "Actualmente, junto a los alumnos del taller, estamos trabajando con trozos de madera que recogemos en la desembocadura del río Maipo. Es una buena madera y además ayudamos a la naturaleza".
Desde octubre pasado, empezó a fijar su mirada artística en el estallido social. Siempre con el afán de reciclar, en los últimos meses ha recolectado envases de bombas lacrimógenas, palos y alambres que se han transformado en los elementos de sus últimas obras.
Una de las más llamativas es una que representa una ciudad alambrada que desde lo alto está siendo observada por una extraña cabeza cuyos ojos son dos envases de bombas de gas lacrimógeno. "Acabo de participar en un concurso de la galería Isabel Croxatto de la capital con una obra del estallido social".
-¿Cuál es su mirada sobre el estallido social?
-Como artista trato de abstraerme y no tener una posición política. Yo por su puesto que tengo mi postura, pero no la traspaso a mis obras. En mi trabajo intento ocupar lo que está en la calle y que mis obras perduren en el tiempo.
Uno de sus grandes sueños es abrir al público la "Galería de Arte Anormal", en la que ya está trabajando junto al escultor Gabriel Miranda en la población San Pedro.
"Espero que este taller sirva para difundir el arte de la escultura y descubrir nuevos talentos en San Antonio",
Jorge Lara