Sector turístico de San Antonio va en picada por culpa del coronavirus
La ausencia de visitantes y el temor por la propagación del covid-19 provocaron que muchos servicios decidieran cerrar sus puertas.
Pese a que el Gobierno no ha decretado un aislamiento nacional ante los casos de covid-19, la ciudadanía ha optado por realizar cuarentenas preventivas y así salir de sus casas lo menos posible, situación que ha complicado los ingresos de los comerciantes sanantoninos que dependen en gran medida del turismo.
Varios han sido los locales y servicios que han paralizado sus funciones como medida preventiva y también por la falta de público.
Uno de los rubros más afectados es el de los paseos en lanchas, una verdadera tradición en el sector Puertecito de San Antonio.
"Como a todo trabajador independiente esto nos afecta mucho, sobre todo en la economía del rubro. Si bien hay quienes tienen un trabajo además de las lanchas, para muchos esto es su único ingreso, por lo que con la situación que vive el país se vuelve más difícil. En gran medida funcionamos con las visitas de los turistas no solo de cruceros, sino que de otras zonas del país. Ahora es imposible que todo ese público venga como antes", indicó Rodolfo Mena, presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes de Botes Fleteros o, simplemente, de las lanchas de paseo de Puertecito.
Este sindicato está conformado por 23 socios, los que detrás cuentan con sus familias, ya que más de un miembro por familia se ha dedicado a este negocio.
"Si bien en el sindicato hay 23 socios, estamos hablando de 23 familias afectadas, eso es más de 100 personas, porque esto suele ser un esfuerzo familiar y a esas personas hay que sumarles los trabajadores de botes a remo. Otro punto es que si estamos esperando que alguien venga, gastamos en traslado desde nuestras casas o bencina de las lanchas, entonces es mejor no realizar paseo alguno", agregó Mena.
Alimentación
Otro de los rubros que se ha visto afectado durante las últimas semanas es el de la comida. El food truck El Rincón de Mery, ubicado en el paseo Bellamar, decidió cerrar el jueves pasado, luego de las bajas ventas que estaban obteniendo.
"Toda esta situación por la que estamos atravesando es muy desafortunada para nosotros, ya que prácticamente dependemos de los turistas y que quieran probar nuestros productos. Uno pierde bastante en instancias como esta al no vender, además hay que tener en cuenta gastos fijos que tienen que salir de los ahorros, los cuales se van mermando con el paso de los días", admitió Nelson Muñoz, administrador del local gastronómico.
"El jueves pasado decidimos cerrar porque tuvimos ventas muy malas. Al día siguiente fuimos a ver qué pasaba o si mejoraba el trabajo, pero estaba más vacío y cerramos después de un par de horas. Tenemos insumos que no se pueden guardar por mucho tiempo, como masas de empanadas y verduras para relleno. Esa es plata que claramente se pierde", explicó Nelson Muñoz.
Cierre del museo
El Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa) tomó la decisión de cerrar sus puertas al público hace dos semanas debido al alto riesgo que corrían sus trabajadores ante el contacto con los turistas que visitaban las instalaciones ubicadas en la parte alta del cerro Cristo del Maipo.
"Los turistas de los cruceros visitan el museo, también lo hacen personas de distintas partes del país, lo que nos ponía en un gran riesgo. Preferimos resguardar a nuestros trabajadores. Así fue como le expresamos al municipio la intención de suspender nuestras actividades, medida que fue acogida de inmediato. Estamos haciendo turnos para poder alimentar a nuestros animales y que no les pase nada, además del cuidado de nuestros jardines, pero no se atiende público", expuso José Luis Brito, director de Musa.
Junto a la determinación de suspender las actividades y establecer días de turnos para el cuidado y alimentación de los animales, el equipo del museo decidió que los trabajadores mayores de 60 años se mantengan en sus casas para evitar cualquier riesgo de enfermedad.
"Es importante el autocuidado. Nosotros mismos lo hacemos cada vez que venimos, se llaman medidas de bioseguridad para mantener sanos a nuestros animales y a nosotros mismos. Siempre hay que hacer un llamado a la gente a que no salga y que por más que venga al museo, las puertas no se abrirán para que ellos lo visiten, porque lo primordial es cuidarse", detalló Brito.