Carritos de comida hacen malabares para subsistir
Comerciantes confiesan que las ventas han caído en más de un 80% debido a la cuarentena y el toque de queda.
El estallido social del 18-O ya los había afectado de sobremanera. Y ahora el coronavirus los complicó todavía más. Los carritos de comida rápida de la comuna de San Antonio también están sufriendo los efectos de la cuarentena y el toque de queda, que los obliga a cerrar más temprano de lo habitual.
Los problemas que han debido enfrentar estos pequeños empresarios suman y siguen. Además de las bajas ventas -producto del poco público que circula por las calles-, tienen que lidiar con sus propios compromisos, como pagos de sueldos, servicios básicos y arriendo, entre otros.
Megadificultades
En 2008 el carrito Mega Bajón abrió sus puertas en calle Luis Reuss, frente al hospital Claudio Vicuña. Hoy, ubicado en Diego Portales 881, en el mismo sector, vive uno de sus momentos más difíciles, pero su encargado tiene fe en que podrán seguir adelante.
"Hemos pasado por harto con el carrito. En el 2010 fue el terremoto y ahí estábamos de todos modos, atendiendo a nuestros clientes. El año pasado vino lo del estallido social y continuábamos atendiendo, tratando que al carro no le hicieran nada. Ahora estamos con el tema del coronavirus y todo se vuelve un poco más complicado. Tenemos que cerrar antes y tomar otras medidas. Si nos lo pidieran, cerraríamos, pero hay muchas cosas que pagar", dice Waldo Benavides, administrador de Mega Bajón.
Benavides explica que además de los sueldos de los trabajadores, que son cuatro, deben continuar pagando el arriendo y cubrir gastos como el agua y la luz.
"Trabajamos con cuatro personas y como ahora estamos atendiendo hasta más temprano por el toque de queda, hacen dos turnos. Dos personas están en el primero, que es de 8 de la mañana hasta las 14.30 horas, y después llegan las otras dos, desde las 14.30 hasta las 20.30 horas Un horario que en circunstancias normales nunca habríamos tenido, ya que durante la semana estábamos hasta la una de la mañana, y viernes y sábado podíamos estar hasta las tres. Ahora eso es impensado. Los ingresos que se generan tampoco son muchos. Si antes vendíamos un 100%, ahora llegamos a un 15% y con mucho esfuerzo", agregó Benavides.
Negro panorama
Un panorama muy similar atraviesa el carrito Entre Fronteras, ubicado en calle Del Canelo, en Llolleo, el cual está viviendo uno de sus peores periodos.
"Tuvimos que enfrentarnos al estallido social y ahora, cuando nos estábamos recuperando y pensando que tendríamos un súper buen invierno como otros años, nos pasa esto. Cerramos mucho más temprano que antes, a las 20.30 horas, y las ventas solo llegan a un 20% de lo que ganábamos antes. Incluso hay días en que no vendemos nada. Abrimos, pero claramente no con las ganancias de antes", detalla Alejandro Pezoa, dueño del local.
Nuevas medidas
Ambos carritos tienen su especialidad. En Mega Bajón son los completos, el chacarero y los churrascos, mientras que en el Entre Fronteras, las hamburguesas y la pizza.
"Ahora solo funcionamos con pedidos para llevar. Los clientes están el menor tiempo posible en el carrito, todo por su seguridad y la nuestra. Seguiremos aquí trabajando esperando a que pronto todo vuelva a ser como antes", señala Pezoa.
Por su parte, en el Mega Bajón atienden por una ventanilla y solo pedidos para llevar. Los clientes "pueden hacer sus pedidos al teléfono 352408372 y luego retirar", dice Benavides.
2008 abrió sus puertas al público el carrito Mega Bajón, en el sector Hospital.