La madre e hija que fusionaron sus gustos y los convirtieron en un emprendimiento
Ambas se complementan en la creación, confección y ventas de productos manuales, pese a que la situación actual del coronavirus ha complicado sus ingresos.
Lo que partió como una idea para conseguir un accesorio a la moda, se convirtió en el emprendimiento que Bárbara Ortega (21) y su mamá Mónica Jiménez (50) crearon a fines del 2018 y que hoy es Mobar.
Los llamados scrunchies son accesorios para el pelo elaborados con géneros de distintos diseños y con diversas modalidades. A eso apuestan estas dos sanantoninas.
"Cuando empezaron a estar de moda este tipo de colets o coletas, como también les llaman, compré uno y me pareció una súper buena idea empezar a venderlos yo. En San Antonio ningún emprendimiento hacía algo así y dije por qué no", recuerda Bárbara Ortega sobre la génesis de su emprendimiento.
-¿Cómo surgió el proceso creativo de Mobar?
-Bárbara: Le propuse la idea a mi mamá y empezamos a buscar un molde. Muy rápido supimos cómo se hacían. Al principio solo les vendía a mis amigas o a conocidas de la universidad, poco después nos creamos el Instragram que es donde más nos contactan.
-¿Creen que así pueden ofrecer un producto dentro de la zona?
-Bárbara: Sí, de todas maneras. San Antonio de todas formas es chico y la gente para tener cosas como esta tiene que optar por comprar en Santiago o en Valparaíso, entonces de alguna forma los recursos no quedan aquí mismo y uno al final termina pagando mucho más por temas de envío.
Fusión
Esta familia emprendedora ha fusionado dos áreas para sus creaciones. Bárbara está encargada de los diseños de los scrunchies, siempre buscado innovar, para que su madre pueda confeccionarlos. Por otra parte, Mónica ha incorporado una técnica de tejido que pocos saben.
"Cuando era niña, mi mamá y mi abuelita me enseñaron la técnica del tejido tunecino. Ellas dictaban clases en Cema Chile y lo que hacían era algo que en la actualidad es poco visto, es poca la gente que sabe hacerlo y ahora no se enseña mucho. Busco innovar con eso y mantener vivos esos recuerdos, ya que es algo que ellas me enseñaron. Soy muy apegada a las manualidades como hobby", confiesa Mónica Jiménez.
-¿Qué es lo característico de esta técnica?
-Mónica: Es una técnica de crochet como a lo largo y queda más plano, el punto es diferente. A la gente le causa curiosidad y me gusta más hacerlo en cosas infantiles, es más lindo aún.
-¿Todo partió desde los scrunchies?
-Mónica: No, ahí partió un poco el negocio más fuerte, pero de alguna forma partimos cuando Bárbara entró a la universidad. Estaban de moda los top o poleras cortas que eran tejidas y como yo sabía hacer, le hice algunas, después en el invierno fueron las bufandas y así empezó a ocurrir que sus amigas preguntaban si podía hacerles también. En ese momento vimos la oportunidad con los tejidos y la aprovechamos.
-¿Cómo ocurrió el tema de la fusión de ambas áreas?
-Bárbara: Mi mamá hace cosas tejidas y el fuerte eran los scrunchies, pero cuando nos comenzamos a presentar en las ferias de emprendedores decidimos incorporar los trabajos que ella confecciona. La gente comenzó a notar más esto y le sugerí a mi mamá que tuviera su propio Instagram para que la gente de otros lugares la pudiera contactar para un tejido, pero siempre promocionamos las dos cosas.
Apoyo
Uno de los puntos vitales para el buen funcionamiento del emprendimiento y para que este pueda persistir en el tiempo, ha sido el apoyo familiar que ambas han recibido, además de su constante presencia en ferias de emprendedores.
-¿Les ha servido mucho este emprendimiento?
-Bárbara: Sí, sobre todo en el tema de los ingresos. Yo soy joven y estudio, pero igual me gusta poder tener mi propia independencia económica por si quiero darme un gusto sin tener que pedirles a mis papás, porque no siempre uno cuenta con tanto dinero.
Mónica: Yo soy dueña de casa y claro que a uno estos ingresos le sirven, además que uno se puede mantener haciendo cosas, estar en constante movimiento por así decirlo. Uno ve algo que innova y prueba hacerlo para ver si después tendrá buena llegada con el público.
-¿Cómo ha sido el apoyo de su familia?
-Bárbara: Vital, ha sido muy importante porque al final nos apoyamos entre todos. Mi hermana y mi sobrina usan los productos, entonces también es una forma de promocionar. Mi papá, por ejemplo, nos ayuda mucho en el tema de hacer todo lo que sea necesario en la casa cuando nosotras vamos a las ferias de emprendedores.
Para esta estudiante de Pedagogía en Inglés de la Universidad de Playa Ancha, las ferias de emprendedores representan un medio mucho más práctico para desarrollar su negocio.
"Muchas veces el tema de las entregas presenciales resulta un poco engorroso porque hay que coordinar que la persona pueda y yo también, y eso no siempre se da. En cambio, cuando nos hemos instalado en las ferias de emprendedores, lo anunciamos días antes y la gente prefiere hacer reservas. Si nos instalamos en un solo lugar, la gente puede venir a la hora que desea y es más práctico", dice Bárbara.
Otro de los grandes beneficios que les ha traído este emprendimiento y la presencia de Mobar en las ferias es que Mónica pudo comenzar a hacer talleres dentro de estas y así enseñar esta técnica que tan atractiva le parece.
"Los mismo encargados municipales de las ferias ofrecieron comenzar a hacer talleres y yo soy la única que sabe del tejido tunecino, así que acepté. Subimos fotos a redes sociales e incluso había un hombre. La gente se entusiasmó y se crearon fechas para poder realizar talleres en distintos sectores de la comuna", agregó Mónica Jiménez.
Sin embargo y pese a todos los proyectos, las cosas se han complicado debido a la crisis sanitaria por el coronavirus, ya que las ferias y talleres han sido suspendidos hasta que finalice la cuarentena.
"Seguimos haciendo entregas, usamos siempre el servicio de Starken, sobre todo buscando que los envíos no salgan caros. Con toda la situación actual ha sido complicado, las ventas bajaron, ya que las ferias nos ayudaban bastante por la facilidad que se tenía para los clientes y nosotras para concretar la venta. Usualmente muchas nos reservan colets o algún tejido, y las ferias eran el punto de encuentro para el retiro. Ahora no estamos haciendo eso por el tema del coronavirus, ya que no queremos exponer a nadie y nosotras tampoco. Por ahora solo estamos concretando reservas para cuando todo esto pase. Además los talleres de abril tuvieron que ser suspendidos hasta nuevo aviso", detalla Bárbara Ortega.