Vecinos del colectivero que fue apuñalado por un niño de 13 años están aterrados y exigen ayuda
Vecinos dicen que el menor agresor se pasea con armas insultando a la gente y exigen una intervención. Sergio Álvarez sigue internado con riesgo vital en Valparaíso
La angustia se apoderó de los vecinos de calle Ginebra entre Letelier y Zapahuira, en la Viuda 9 de Llolleo alto, luego que uno de sus vecinos fuera salvajemente apuñalado por un niño de 13 años. A la misma hora que Sergio Álvarez Carrasco (34) se debate entre la vida y la muerte en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso, su mujer, embarazada de 8 meses, y su hijo de 12 años se reúnen en la puerta de la casa con un grupo de pobladores que en señal de respaldo a la familia viene a denunciar el temor en que viven tras el feroz incidente.
Pronta a dar a luz, Romina Matamala repasa la rutina que ha tenido que asumir mientras su esposo se encuentra con un coma inducido y en riesgo vital. "Mi hijo ahora no puede salir a la calle, tiene que estar encerrado, ni siquiera puede ir a comprar, entonces mientras mi hijo está encerrado y mi marido en estos momentos luchando por su vida, tengo que ver al niño de 13 años que lo apuñaló paseándose por la calle muerto de la risa. Es una situación súper difícil porque además estamos esperando nuestra guagüita que está muy próxima a nacer y este que debiera ser un momento súper bonito que es la espera de un bebé está marcado por todo lo que estamos pasando".
Y sobre la marcha agrega que "lo único que queremos en este momento es que Sergio salga adelante, que él se recupere para que vuelva a estar con nosotros que somos su familia y lo estamos esperando. Pero también es muy importante que los adultos responsables de este niño se hagan cargo y si viene de un hogar o estuvo en un programa del Sename; bueno que la autoridad se haga cargo porque es un niño que es un delincuente porque si es capaz de andar con un cuchillo y atacar a otra persona es un peligro porque si ahora le pasó a mi marido esto le puede pasar a otra persona".
Mientras conversamos han ido llegando algunos pobladores en señal de apoyo y sobre ellos Romina Matamala cuenta que "los vecinos aquí están muy preocupados y atemorizados porque puede ser cualquier persona la que sufra algo parecido y más ahora que se sienten con el derecho de que pueden hacer daño, que pueden lastimar y que eso no va a tener ninguna consecuencia".
Una de las que llegó junto a una decena de residentes es la señora Marta Arriagada, quien de inmediato comenta que "hay mucha pena con lo que pasó porque el Sergio ha sido toda la vida de este sector y es un hombre trabajador, un buen padre, una buena persona. Lo conocemos como un niño más de los que creció en este lugar y los vecinos tenemos mucha pena por todo esto ya que él tiene a su señora esperando guagüita y está tan grave en Valparaíso. El Sergio para mí es como si fuera mi hijo y da mucha impotencia porque yo veo que ese niño anda para allá y pasa muy tranquilo como si no hubiera pasado nada".
La vecina Masiel Maulén no solamente solidariza con la familia de Sergio Álvarez, sino que ella misma ha sufrido con la violencia de los problemáticos vecinos a cuyo grupo pertenece el niño de 13 años que apuñaló al colectivero.
Tal es la sensación de impunidad que Masiel relata que el pequeño agresor "anda en la calle gritando, insultando a los vecinos. El otro día se paseó con un rifle, anda con una cadena con un candado en la punta y en la noche dan las dos de la madrugada con él gritando y por más que llamamos a Carabineros no sacamos nada porque se entran y después salen riéndose".
En el grupo también está Héctor Rubio, primo hermano de Sergio Álvarez, para quien "esto se volvió un pueblo sin ley, aquí es como la selva. Imagínate el daño que le han hecho a Sergio, a su familia, su mujer está embarazada, su mamá dejó de trabajar y se fue arrendar en Valparaíso para poder estar más cerca suyo y mi primo está muy mal, está con riesgo vital".
Y a la violencia que los vecinos denuncian en este tramo de Ginebra se suma la comprensible sensación de impunidad que este caso ha dejado. Para Héctor Rubio, por ejemplo, "esto no funciona, aquí tenís que tener un apellido Larraín, Matte o Luksic y ahí vas a tener justicia. Yo al niño no lo conozco pero si intentó matar a una persona es porque tiene algún problema y aquí se demuestra que para los pobres no hay justicia, hay que tener lucas para tener justicia".
Un par de casas hacia el oriente de la vivienda del colectivero apuñalado vive la señora Carmen Toro, madre de José Santis Toro, "El Rambito", quien fue asesinado en noviembre del año 2013. Para ella, especialmente, todo lo que está pasando en su barrio es "muy terrible porque imagínese a mí me pasó que nunca supe lo que ocurrió con mi hijo y ahora le pasa esto al vecino, entonces necesitamos que haya más protección, que las autoridades se hagan cargo porque aquí estamos todos atemorizados".
Al cierre de esta edición Sergio Álvarez Carrasco seguía en condiciones de extrema gravedad en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Carlos van Buren de Valparaíso. Su salud no había mostrado ninguna mejoría.
"Lo único que queremos en este momento es que Sergio salga adelante, que él se recupere para que vuelva a estar con nosotros que somos su familia",
Romina Matamala, esposa del chofer apuñalado.
"Yo al niño no lo conozco pero si intentó matar a una persona es porque tiene algún problema",
Héctor Rubio, vecino.