Comerciantes prevén que será la Semana Santa "más mala" de los últimos años
En los puestos de pescados y mariscos están pesimistas sobre lo que pasará en los próximos días. Los precios se han mantenido, pero, al menos hasta ahora, no hay clientes para los productos del mar.
En el mercado del mar Esfuerzo y Trabajo, junto a la caleta de pescadores de San Antonio, hay pocos locales abiertos. Es raro ver los pabellones prácticamente vacíos. A la falta de público se suma la escasa oferta de pescados y mariscos porque la incertidumbre que ha dejado el confinamiento por la emergencia sanitaria ha espantado a los clientes que en Semana Santa eran habituales.
A Teresa Avendaño la encontramos en el puesto "Jorgito", entrando al mercado del mar. Es el único local abierto en la primera línea de comercios y, según esta conocida comerciante sanantonina, "la gente no quiere venir porque estamos todos con miedo, entonces es imposible trabajar así. Estamos aquí a lo que Dios quiera porque no se ve gente y los otros negocios no van a querer abrir".
Buenos precios
Respecto a los valores de los productos, que también se sabe tendían al alza en esta época, Teresa Avendaño cuenta que los "están buenos, no va a subir ningún producto. Así como estamos no se pueden estar subiendo los precios y, si eso pasara, sería muy malo así como están las cosas, sin público y con muchos locales cerrados. De hecho la merluza la tenemos a dos mil pesos el kilo y estamos dando tres kilos en cinco mil".
Claro que sin clientes ni los precios bajos sirven porque "a pesar que está muy barato, no se vende. Si ahora mismo nosotros estamos separando para llevarle pescado a la gente amiga, a la familia, porque si no se vende no se puede perder", dice resignada esta comerciante.
Precauciones
Más adentro en el mercado Esfuerzo y Trabajo hay un par de negocios abiertos. Entre esos pocos encontramos a Miguel Gómez, de la tradicional pescadería "Lo Vásquez".
Ordena con entusiasmo unas robustas lisas mientras cuenta que aquí, además de tener productos frescos, están "tomando todas las precauciones correspondientes y por eso invitamos a que la gente venga a comprar porque igual vamos a tener productos frescos y además los precios van a estar en el rango normal. Así que esperamos que le gente también tome resguardos cuando venga porque aquí vamos a estar esperando para atenderles".
Gómez no pierde el entusiasmo ni la fe. También confirma que este año no habrá alzas en los precios de los productos del mar. "Con la contingencia los precios se van a mantener y la gente tiene que estar tranquila porque todos los productos que tenemos aquí son frescos y fiscalizados", afirmó.
Agregó que los mariscos "van a estar todos en su rango de precio normal. Los choritos los tenemos a 1.000 pesos el kilo; las almejas están tres kilos en $5.000; los choros maltones a $2.000 el kilo y 3 kilos en $5.000 igual. En pescado tenemos la merluza, que es tradicional de la zona, a precio normal, o sea, $2.000 el kilo; también hay lisa a $3.000 el kilo".
Problemas con reineta
Con un entusiasmo algo extraño para los días que se viven en el mercado del mar, Miguel Gómez explicó que hay problemas con la apetecida reineta. "Como es un pescado que no es de la zona, no sabemos si es que va a poder llegar, ni a qué precio va a llegar".
Avanzando por la caleta de pescadores llegamos hasta el puesto de Horacio Godoy, en el local 8, frente al muelle de la caleta Pacheco Altamirano.
Tampoco hay buenas noticias en estos negocios. "Está muy mala la cosa, si la gente ya no sale con el coronavirus y nosotros igual tenemos que trabajar porque mientras las autoridades no nos digan que paremos, vamos a seguir trabajando, porque nosotros vivimos al día", sostuvo Horacio Godoy sin que nadie se acerque a su local ni a preguntar por los precios siquiera.
Y ahí este comerciante reveló que hasta ahora no han "comprado nada, ni menos vamos a estar guardando. Estamos trabajando al día nomás, calculando lo que se puede vender, porque no sacamos nada con guardar si no sabemos si se va a poder trabajar".
Valientes
Sobre los precios, Horacio Godoy confirmó lo que han dicho todos por aquí. "Tenemos pescada baratita. Estamos dando ocho o diez pescadas en tres lucas, eso es como a luca el kilo. Y esos precios no van a subir si no anda gente de afuera. Nosotros de valientes estamos aquí, arriesgándonos y dándole una atención a la gente que quiera comerse un pescadito".
Y si la venta de pescados y mariscos para preparar ha bajado a un mínimo histórico nunca visto en la caleta de San Antonio, también ha mermado la venta de platillos listos para el consumo, como los ceviches y mariscales.
Así lo confirma Patricia Ronda, propietaria de uno de los puestos de mariscales y ceviches del mercado del mar. "Venimos a trabajar solamente para tener algo para llevar y poder vivir el día porque ya no da para más este negocio", dijo resignada.
Respecto a la Semana Santa que comenzó el domingo pasado y lo que podría pasar con las ventas el resto de los días, Patricia Ronda manifestó que no tienen ninguna "expectativa porque además ahora están diciendo que van a cerrar la pasada (para ingresar a la provincia) para Semana Santa, entonces ni siquiera sabemos si vamos a poder trabajar. Uno espera esta fecha porque con la ganancia queda para dos o tres meses, pero así como estamos apenas alcanza para vivir el día".
No van a subir los precios, pero sin clientes, las medidas como que dan lo mismo. Así lo detalla tras el mesón Patricia Ronda: "Nosotros tenemos $1.500 los mariscales y a $2.000 los ceviches. Ese precio se ha mantenido y no va a subir porque no sabemos si vamos a poder trabajar, imagínese que estamos haciendo 30 mariscales y 10 ceviches diarios y para Semana Santa lo normal era hacer diariamente unos 800 mariscales fuera del ceviche. Ahora usted ve que esto es lo único que tenemos y dos máquinas (congeladoras) que están vacías porque incluso estamos con riesgo de no poder pagarles a los proveedores".
Ya pasa el mediodía en el mercado del mar y los locales junto a la caleta de pescadores de San Antonio siguen vacíos. Es como si un feriado extraño se hubiera quedado atrapado en el calendario confinando a la gente en sus casas, ahuyentándola de los lugares públicos.
Hay pocos clientes, poca oferta. Hay poca esperanza que esto cambie, a pesar de la Semana Santa.
"La gente no quiere venir porque estamos todos con miedo, entonces es imposible trabajar así",
Teresa Avendaño,, comerciante de pescados y mariscos
"Con la contingencia los precios se van a mantener y la gente tiene que estar tranquila porque todos los productos que tenemos aquí son frescos y fiscalizados",
Miguel Gómez,, comerciante de pescados y mariscos