El sanantonino que subasta sus obras para ir en ayuda de hospitales en Italia
Hace 13 años el dibujante y tatuador Jonathan Arancibia se radicó en el país europeo, cuya población se ha visto afectada gravemente por el covid 19-, con más de 16.500 muertos.
El domingo pasado Italia retomaba un poco la esperanza frente al covid-19. Ese día registró 522 fallecidos a causa del virus, la cifra más baja que ha tenido desde el 19 de marzo. Frente a ese posible descenso en la curva, por fin las autoridades veían la posibilidad de entrar a la segunda fase de lucha contra la pandemia y acabar progresivamente con el confinamiento a nivel nacional.
Ayer, en cambio, las cifras oficiales volvían a ascender, con un total de 636 víctimas fatales. De todos modos, los italianos mantienen un poco de esperanza debido a que disminuyó la cifra de nuevos enfermos a 1.941 (el día anterior era de 2.972 nuevos casos) y descendió la cantidad de pacientes en cuidados intensivos, con una caída por tercer día consecutivo.
En ese incierto escenario vive Jonathan Arancibia Silva, un tatuador llolleíno que arribó hace 13 años al país mediterráneo. Desde el 9 de marzo se encuentra con su novia, en su hogar de Ancona (una ciudad al centro de Italia), cumpliendo la cuarentena determinada por el gobierno, la que durará al menos hasta el próximo 12 de abril.
Alza inesperada
Sobre cómo comenzó el virus en el país mediterráneo, comenta que en un principio la población e incluso las autoridades percibían los casos como aislados, tan solo de personas que viajaban a China o de país en país. "Yo, como muchas personas, pensé 'ya será otro invento más' y no le tomé el peso que había que tomarle y el gobierno hizo lo mismo. Se hablaba del tema, pero ahí quedaba", confiesa.
Recuerda que durante alrededor de tres semanas todo continuó normal, hasta que se dio un aumento explosivo de los infectados. "A la cuarta semana empezó a haber casos por todos lados, sobre todo en el norte de Italia, y un montón de gente muerta. Después cerraron un par de regiones del norte, los pusieron en cuarentena y les prohibieron la salida hacia otras regiones y, de hecho, también aplicaron cuarentena en ciudades pequeñas. Pero se empezó a expandir en todo el país y cuando ya había pasado un mes de los primeros casos, dieron la cuarentena nacional, porque vieron que esto no paraba", cuenta.
"Hace un mes había 600 muertos y ahora hay más de 16 mil fallecidos y más de 132 mil contagiados. Puede que el virus no hubiese matado a todas esas personas, pero el problema es que no hay sistema sanitario en el mundo que aguante tanta gente enferma", comenta.
-¿En qué consiste la cuarentena en Italia?
-Al inicio se podía ir a comprar, salir por ciertos trabajos y se permitía ir a caminar un rato. Por ejemplo, yo con mi chica intentábamos salir a caminar un poco. Dos veces a la semana íbamos a un lugar donde no hubiese gente. Después decidieron poner más aislamiento social y solo dejaron abiertos los supermercados, fábricas que producen comida y las farmacias.
-¿Cómo lo hacen para las compras?
-Intentamos hacerlo lo menos posible. Tiene que salir solo una persona por familia y debes tener un autocertificado, que dice a qué hora saliste de la casa, la fecha y el motivo por el que sales. Y solo puedo ir a locales que queden a 1 km alrededor de mi casa.
Solidaridad
Las noticias que han llegado desde Italia han estremecido al mundo. El número de muertos más la imposibilidad de las familias de despedir o darles un entierro ha conmovido a todos. "No se pueden hacer funerales, entonces si te mueres en este tiempo no pueden despedirte. Es súper feo", comenta.
"En Bérgamo, ciudad al norte de Milán, los militares iban a ayudar a resguardar y se llevaban camiones y camiones llenos de ataúdes. Salían unas filas inmensas de ataúdes hacia a otras regiones porque allí no tenían siquiera espacio donde cremarlos", afirma.
El colapso del sistema fue total, siendo el área de la salud, por supuesto, la más afectada. Debido a esto, Jonathan y un grupo de artistas decidieron poner su granito de arena en la lucha contra la pandemia.
El sanantonino ha participado en destacados eventos de tatuadores en diversos países de Europa y también en Estados Unidos, donde estuvo el año pasado en la convención de San Diego (California), la más grande del país norteamericano.
-¿Cómo te hiciste parte de esta iniciativa solidaria?
-Un artista del circuito de tatuadores, que me conocía porque hemos pintado juntos, me invitó a participar porque de seguro sabía que mi respuesta sería positiva. La primera subasta de nuestros dibujos originales fue a beneficencia de los hospitales de Bérgamo, donde está más colapsado el sistema sanitario.
La semana antepasada más artistas se unieron a la causa para contribuir a sus propias regiones. "Tiempo atrás los políticos recortaron un montón de plata que iba para los hospitales del país, como ha pasado en todos lados. Como había varios hospitales mal, se decidió hacer otra subasta en ayuda de ellos", cuenta.
Esta semana, los dibujos de Jonathan serán parte de otro beneficio que ayudará a la Cruz Verde (institución voluntaria de primeros auxilios) y otras entidades "que están muy mal. No tienen casi insumos y son los más expuestos, porque a veces van a buscar pacientes que no saben que están infectados y ellos tienen contacto directo con estas personas".
Mirando hacia Chile
Desde Italia, Jonathan ha estado atento a la expansión del virus en su tierra natal y al comportamiento de los sanantoninos frente a este. De hecho, hace algunas semanas escribió un post en un grupo de Facebook de San Antonio contando la experiencia italiana, pero quedó con la sensación de que "hay un montón de gente que parece no entender que esto es serio, que el hecho de quedarse en la casa, una medida tan simple, puede que resuelva esta situación. Quizás sea la única medida que lo haga".
Según él, en Chile "la cuarentena se la toman como quieren. Por ejemplo, tengo una amiga que regresa desde Australia a Italia y ella tiene que estar dos semanas aislada y eso quiere decir sola; alguien tiene que llevarle la comida, pero debe estar aislada. Yo escucho que allá hay gente que dice que está aislada, pero está con su familia en la casa, después su papá va a trabajar o su hermano sale y ellos pueden estar contagiados".
-¿Qué le aconsejas a la gente en Chile?
-Hay que seguir los consejos de higiene que parecen las 'tonteras' de siempre que estábamos acostumbrados a escuchar, pero eso de verdad ayuda un montón. Pero sobre todo lo que ayuda es intentar aislarse, no estar en contacto con gente, porque nadie sabe si está contagiado o no con covid-19.
Jonathan agrega que "como se sabe, es un virus que se contagia súper fácil. A lo mejor alguien que lo tenía se subió a una micro, tú lo vas a tener, pero no presentarás síntomas y se lo vas a contagiar a tu mamá y ella va a tener problemas de salud. Es un ciclo que no para, así que quedarse en la casa es lo mejor".
El tatuador dice sentirse "extraño" dando estos consejos, porque sabe cómo es Chile: "Yo hablo con mis amigos y hermanos y me dicen que van a estar en la casa, pero después salen donde el vecino. Para ellos estar en la casa es estar en el barrio. Igual como está hecho el país es súper complicado aislarse de verdad, por ejemplo, yo soy de la Viuda 9 y son pasajes tan estrechos, donde la gente vive tan apretada y de repente entre una ventana de una casa y otra hay menos de un metro".
"Pensar que la gente se aísle de verdad es difícil, pero el pueblo chileno está desamparado por el Estado y por los que deberían estar ahora preocupándose de este problema. Lamentablemente, la solución es la conciencia de la gente, nada más que eso", comenta desde su confinamiento Jonathan, a la espera, al igual que la mayoría de todos los ciudadanos del mundo, que esta pandemia pase pronto.