Los emprendedores que hacen que sus mochilas recorran el mundo
Comenzaron en San Antonio y son cada vez más los clientes que prefieren sus diseños para viajar.
La sanantonina Scarlent Berríos (30) y el melipillano Pablo Soto (32) se conocieron estudiando diseño gráfico en DuocUC, en la sede de Melipilla.
Al poco tiempo, dicha carrera tuvo que ser trasladada hasta uno de los edificios de Santiago de esa casa de estudios. No pasaron muchos meses y Pablo se retiró de la carrera. Sin embargo, Scarlent continúo hasta terminar sus estudios. Para ese momento, ya estaban pololeando.
Hoy, la pareja se ha posicionado en las redes sociales con la venta de sus mochilas, ideales para aquellos que viajan y realizan deporte.
"Cuando terminé la carrera, Pablo me contó que podíamos incursionar en este emprendimiento. Comenzamos con otra área que era la serigrafía, algo que Pablo conocía muy bien. Nos lanzamos con eso en poleras y con las totebags que son una especie de bolso", cuenta ella.
-¿Ahí empezó su marca de mochilas "Chakal"?
-Algo así. Ahí se llamaba Fauna y de a poco fuimos buscando hasta que llegamos a este concepto de "Chakal". Lo vemos como algo entretenido, atrevido y que llama la atención. De alguna forma partimos con esto en 2013, pero más o menos en 2015 tomó más fuerza.
-¿Cómo llegaron a la idea de hacer mochilas?
-Cada una de nuestras innovaciones suelen surgir por los mismos comentarios o preguntas que nos hace el público. A Pablo se le ocurrió la idea de las mochilas, me pareció un poco arriesgada, pero esto tiene que tener una cuota de riesgo, así que lo hicimos.
-¿A qué apuntan con este tipo de innovaciones?
-Todo también tiene que ver con los comentarios y sugerencias que nos hacía el público. Como empezamos con esto aquí en San Antonio, cuando participábamos en una feria de emprendedores y nos compraban un producto nos daban sugerencias y las tratábamos siempre de incluir. Una de ellas fue que las mochilas fueran impermeables. Comenzamos a averiguar y donde comprábamos las telas, en Santiago, tenían. Nos sugirieron que una costura tenía que quedar bien cocida y nos dijeron que un caballero hacía ese trabajo en Santiago. Hasta el día de hoy él nos ayuda con eso, para que las mochilas sean ciento por ciento impermeables.
-¿Fue bueno comenzar a emprender en San Antonio?
-Al principio sí, totalmente. Sin embargo, el público sanantonino no compra tanto estas cosas, como sí pasa en Santiago. Partir aquí nos abrió muchas puertas y nos enseñó mucho, pero era inevitable que en algún momento nos tuviéramos que ir a Santiago.
El traslado
En el 2018 la pareja tomó la decisión de trasladarse a la capital en un afán por expandir el negocio.
Para ambos, vivir en Santiago presentaba una oportunidad. Todo estaba más a mano y el público potencial era mucho mayor.
-¿Qué oportunidades veían en Santiago?
-Eran varias cosas, la verdad. Fue un poco por la accesibilidad, la materia prima la teníamos más a mano en Santiago, teníamos también más público allá, porque es una ciudad más grande de todos modos. Cambiarnos a Santiago era una buena oportunidad de incursionar en otras cosas, pero claramente nunca dejamos San Antonio por completo.
Pese a que "Chakal" representa una parte importante en su historia como pareja, Scarlent no dedica todo su tiempo a este proyecto personal.
"Yo trabajo en una agencia digital, por lo que estudié. Sabía que también quería ejercer la carrera que había estudiado en profundidad, pero Pablo ve la tienda a tiempo completo, porque él es la mente del diseño, es él quien se dedica a coser las mochilas, las bolsas o los bananos. Yo me estoy dedicando más a la gestión de todo esto y al contenido web", agrega la emprendedora sanantonina.
En un colectivo
La pareja, además, forma parte de un grupo sanantonino llamado "Ombú colectivo creativo", el cual reúne a distintos emprendedores jóvenes de la ciudad que, con sus ideas, buscan sacar adelante sus proyectos.
-¿Cuál ha sido el momento más difícil por el que ha atravesado "Chakal"?
-Yo creo que fue cuando comenzamos a vivir juntos en San Antonio. Nos arriesgamos y recién estábamos empezando con "Chakal". Al iniciar un emprendimiento, uno tiene muchas incertidumbres y hay que gestionar muchas cosas, por lo mismo después decidimos empezar a estar más en Santiago, porque trabajábamos juntos, somos pareja y además vivíamos juntos. Lo mejor era comenzar en Santiago, ya que todo estaba más a la mano y teníamos menores complicaciones.
-¿Qué les parece que sus productos son a veces catalogados como viajeros?
-Esa fue una denominación y un concepto que la misma gente le fue dando a "Chakal". Nos comenzaron a mandar fotos de los productos que nos habían comprado y que se los llevaban de viaje. Nos ayudó mucho a darle como un formato a la marca y también a saber a quién teníamos que apuntar. A veces nos preguntan si nosotros hemos hecho los viajes donde salen los productos, pero siempre respondemos que esas son fotos que los clientes envían y que agradecemos mucho.
A la fecha, el emprendimiento sanantonino cuenta con más de cuatro mil quinientos seguidores en Instagram, que es donde mayor promoción tiene la marca. Pese a ello, la pareja busca expandirse aún más sobre todo en tiempos que las ventas bajan.
-¿Cómo enfrentan la situación actual en sus ventas?
-Es un poco complicado, porque las ventas bajan y además no se pueden hacer las ferias de emprendedores, que generan muchos ingresos. Lo único que nos queda claro es que este será un periodo difícil, pero hay que trabajar más duro, porque "Chakal" no muere.
-¿Cuáles son sus planes a futuro?
-Bueno, ahora habíamos estado realizando talleres en las ferias de emprendedores que solían hacerse en Llolleo. Eran de serigrafía y de pintura a mano tratando un poco que sean con nuestro estilo de diseños, inspirados en la flora y fauna chilena. Sin embargo, lo ideal es que "Chakal" crezca y así poder tener un equipo con el que podamos ser una oportunidad laboral para la gente.
-¿Qué dicen sus familias sobre este emprendimiento?
-Creen que somos muy valientes. En este rubro lo que se debe tener en cuenta, como consejo, es que hay que arriesgarse para poder concretar las metas. Nuestras familias nos promocionan harto igual y eso es súper bueno, notan que rindió fruto el esfuerzo y el estudio. Los emprendedores no siempre se atreven a formalizarse después se transcurrido el tiempo, pero hacer eso, abre muchas puertas y oportunidades.