La joven emprendedora que llena de colores con originales accesorios que ella fabrica
"Disfruta de las pequeñas cosas" es el lema de Camila Martínez Cornejo y su emprendimiento @mimi.scrunchies donde fabrica colets, cintillos, colgantes y hasta bandanas para las mascotas.
Con telas, elásticos, agujas, hilos y mucha determinación, Camila Martínez Cornejo (21) comenzó su emprendimiento a través de Instagram, su principal canal de ventas.
Empezó con scrunchies o colets artesanales, luego agregó cintillos, colgantes para mochila y bandanas para mascotas. Todo hecho con sus manos y hasta creó que su propia etiqueta para diferenciarlos.
"Al ser una tienda online, siempre quise que tuviera un sello característico. El lema de @mimi.scrunchies es 'disfruta de las pequeñas cosas' y es el mensaje que quiero transmitir con cada producto que hago. Intento llevar a cada una de mis clientas un pequeño granito de felicidad, porque sé que mis productos son un accesorio que acompaña a las chicas durante todo el día", explica.
Camila cobró gran notoriedad con su tienda en la reconocida red social porque, lo que comenzó como hobbie en septiembre de 2019, en menos de siete meses ha conseguido más de mil seguidores en su perfil.
"Recuerdo que estaba tan concentrada en mi carrera universitaria, que en un comienzo fue como una distracción y me motivé porque me empezó a ir bien. Ahora no lo veo como un trabajo porque disfruto mucho lo que hago", dice.
Creatividad
Camila cuenta que siempre tuvo ganas de hacer un emprendimiento. Por su cabeza pasaron muchas ideas, pero se autoimponía el compromiso de que si quería vender tenía que ser "algo original y de buena calidad".
"Cuando pensé en los scrunchies, fue principalmente porque me gusta mucho crear. Cuando me decidí, el primer paso fue aprender a utilizar una máquina de coser, conocer los tipos de telas, para luego poder ir creando diferentes cosas que buscaba a través de tutoriales en Youtube y leyendo un poco. Experimenté con ropa que ya no utilizaba y practiqué hasta que aprendí", señala.
-¿Fue difícil emprender?
-El comienzo tuvo situaciones tragicómicas donde siempre conté con el apoyo de mis papás, mis amigas y amigos. Luego de un largo tiempo de pensar cómo y cuándo hacerlo, me decidí y fui a comprar telas a Valparaíso, me conseguí la máquina de coser con mi abuela e hice unos pocos scrunchies, comencé a subir fotos a redes sociales y espere. Mis primeros clientes fueron familiares, amigos de la universidad que les compraban a sus pololas, mis amigas, todos muy cercanos y eso, a pesar de que me dio ánimo de seguir, siempre creí que lo hacían solo por cooperar y pensé que hasta ahí llegaría mi emprendimiento.
A las semanas de haber comenzado, llega un correo de la universidad invitándonos a participar de una feria universitaria de emprendedores, yo me emocioné muchísimo y dije: este es mi momento, para que me conozca más gente. Hice muchos productos, mis papás y una amiga me ayudaron a comprar telas y en lo que podían en la fabricación. Estuve más de una semana a tope, cuando quedaban dos días para la feria fue el estallido social, entonces se canceló.
Fue chistoso porque me había esforzado mucho y, a pesar de lo cómico, me desmotivé, dejé de subir fotos y tuve todos los productos en una caja durante mucho tiempo. En eso llegó mi amiga Ana Flores a motivarme para que subiera fotos con los productos hasta que me convenció. Le hice caso, subí las fotos a la página de Instagram, sin tener ninguna fe y de a poco me comenzaron a llegar mensajes de niñas que quería mis productos.
-¿Y comenzó a aumentar la venta?
-Al comienzo había chicas que realizaban pedidos de un scrunchie ($1.000), las entregas las hacía en la Plaza de Llolleo en un horario que a la clienta le acomodara. De mi casa bajaba y subía caminando para no gastar la plata que había ganado de mi venta. Cuando iba caminando siempre pensaba "quizás ahora es un scrunchie, pero gracias a ese scrunchie me conocerá más gente y quizás mañana o pasado baje por dos".
Desde el momento que alguien que no fue cercano a mí confió en mi tienda, siempre me mantuve súper optimista, porque me gusta hacerlos y no quería dejarlo tampoco. Realizaba la entrega y que luego me dijeran "oye está super bello, te recomendaré con mis amigas" era una sensación super reconfortante.
Llegó diciembre de 2019 y la invitaron a participar de un showroom y una expo. "En el showroom éramos cuatro emprendedoras y fue en una casa. Fue una experiencia muy linda y reconfortante. Luego tuve la oportunidad de participar en la expo navideña en el Boulevard de La negra Ester donde me emocionó que llegaran niñas buscando mi tiendita, ya que no pensaba que habían chicas que confiaran tanto en ella", señala orgullosa.
Emprendedora
Camila realizó sus primeros estudios en el colegio Padre André Coindre; la enseñanza media en el colegio Nueva Providencia, desde donde egresó en 2016 y hoy está cursando el cuarto año de Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, carrera en la que asegura tener un excelente desempeño gracias a la dedicación que le presta.
Vive en el sector de altos de Llolleo junto a sus padres, Andrea y Eduardo, y su hermano Nicolás.
-¿Cómo se hizo popular el perfil de la tienda?
-En verdad yo no soy muy popular en redes sociales y pensaba que mi tienda tampoco lo sería. Comencé a ganar seguidores gracias a las fotos que subía, donde intento que los productos se vean como son realmente, con un fondo que resalte el producto, que los colores luzcan; también me ayudó un montón el hecho de que mis clientas suben fotos utilizando sus productos. La mayoría llega a Mimi porque su amiga me compró o porque lo vio en alguna historia.
Desde el momento que me hablan y hasta entregar el producto, intento transmitir el cariño que pongo en la fabricación de lo que comercializo, quiero que se sientan cómodas a la hora de comprar. Mis clientas son las que me han ayudado a crecer como emprendedora, es por ello por lo que siempre intento entregarles un detalle en cada compra: los productos van en bolsitas personalizadas y antes de realizar la entrega les envío fotos para ver si realmente les gustó el pedido. Creo que es una forma de recompensar su preferencia y es agradable ver que ellas disfrutan esos pequeños detalles.
¿Emprender por redes sociales es una buena ida?, ¿crees que falta iniciativa?
-La mayoría puede tener cierto miedo al fracaso, las redes sociales están llenas de gente con diferentes pensamientos y aunque a veces nos ayudan, otras no. A mí me pasó que una niña mandó mensajes muy mala onda a mi tienda y fue un momento super incómodo, pero no lo tomé en cuenta porque sé que no le hago daño a nadie con mi trabajo. Yo les diría que se atrevan, que hagan lo que quieran, somos personas libres, podemos hacer lo que queramos mientras no dañemos al de al lado.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
-Espero terminar mi carrera universitaria con éxito, finalmente es lo que me gusta y a lo que quiero dedicarme. Quisiera poder hacer una carrera profesional basada en la empatía y respeto, ya que el día de mañana como ingenieros estamos llamados a ser líderes de grupos de personas. Quisiera que el rubro en el cual planeo desempeñarme exista más conciencia de género, ya que es un área donde predominan hombres; los cambios ya están ocurriendo, se está tomando conciencia, pero queda camino por recorrer
También espero seguir con @mimi.scrunchies y entregar sonrisas a cada clienta y persona que sigue mi perfil; espero seguir creciendo poco a poco. Creo que más que nada quiero vivir el momento, disfrutar de las entregas y conocer gente nueva; llenar mi alrededor de energías positivas ha sido y seguirá siendo mi foco.
"A los emprendedores les diría que se atrevan, que hagan lo que quieran",
Camila Martínez,, emprendedora.
Búsquela en instagram
Si quiere ver el trabajo de Camila Martínez puede visitar el perfil de Instagram @mimi.scrunchies donde encontrará todos sus productos disponibles en abundante fotografías que sube a diario con sus hermosas creaciones. +