Con los secretos de infancia armó su propio emprendimiento de fabricación de tortas caseras
Paola Vásquez buscó entre sus recuerdos los secretos que le enseñó su madrina cuando era pequeña y que asegura son el toque especial de sus preparaciones.
Cuando Paola Vásquez (48 años) quedó sin trabajo en agosto de 2019 no se imaginó cómo cambiaría la contingencia en el país y en el mundo durante los meses posteriores. Estaba en pleno proceso de búsqueda de empleo cuándo vinieron las inéditas manifestaciones que se desarrollaron en las calles marchando por un Chile más justo e igualitario. Cuando todo comenzaba a calmarse, llegó marzo con la detección del primer brote de covid-19 la nación, una pandemia sin precedentes a nivel planetario.
Pasaban los meses y Paola necesitaba generar dinero para seguir manteniendo su hogar, ya que tiene dos hijos que viven con ella, Sofía de 26 años y Gastón de 16. Por lo mismo, no se dejó amilanar por la coyuntura, se decidió y comenzó a fabricar tortas a pedido para vender desde su casa.
Aunque siempre estuvo haciendo pasteles para la familia, está vez, debía hacer algo más elaborado, con sabores y olores especiales, algo que encantara a sus clientes. Hizo memoria y recordó todo acerca de la repostería que le enseñó su madrina y uno de sus principales consejos fue: "siempre, a todo, debes ponerle mucho amor y cariño, ese es el secreto".
"Todo lo que sé de repostería es la herencia que me dejó mi madrina Margarita, que era la tía de mi mamá y como una segunda madre para mí porque nos cuidaba cuando ella salía a trabajar. De ella aprendí este tipo de cosas y nunca pensé que me serviría tanto", señala con nostalgia.
"Mi madrina me enseñó a hacer tortas, pie de limón, kuchen, partiendo desde la masa que me queda como galleta y el bizcocho esponjoso. Siempre me inculcó que debía ponerle amor y cariño a las cosas. Dijo que siempre había que hacerlo pensando como si fuera para la familia. Eso está presente en mis productos, tienen la esencia de lo que ella me transmitió", explica.
LA REPOSTERíA
Paola Vásquez es analista de sistemas de profesión. Trabajó durante 15 años en una empresa del rubro del transporte. Luego, en una empresa de camiones donde renunció por temas económicos. Posteriormente se cambió a una clínica donde estuvo tres meses y no le renovaron el contrato.
"Esa vez estuve dos meses sin trabajo y fue ahí que me llamaron de un restorám que está en el sector norte del paseo Bellamar para hacerme cargo de la administración. Yo no tenía idea qué era trabajar en un restorán. Alguna vez en la vida, como a los 17 años, un tío instaló uno en San Antonio y trabajé dos temporadas de verano que me sirvieron mucho para poder estudiar durante el año, esa había sido toda mi experiencia en restoranes", recuerda.
Ahì estuvo durante 9 años, hasta el 3 de agosto de 2019, fecha en la quedó cesante y desde ahí que no ha vuelto a trabajar apatronada.
"Haber quedado sin trabajo fue como un balde de agua no fría, si no que congelada. Yo tenía tantas expectativas y nunca me habría imaginado que me iban a despedir, pero son cosas de la vida y en verdad siento que no me hizo tan mal", asegura.
-¿Cómo tomaste el hecho de estar sin trabajo?
-Al principio, obviamente con mucha preocupación e incertidumbre, pero al poco tiempo me di cuenta que en mi trabajo estaba muy estresada, debido a todo lo que tenía que hacer, a la alta responsabilidad y a todas las preocupaciones que debes estar atenta en un restorán, que a las pocas horas me relajé y tomé el tema de una manera algo más positiva. De hecho, ese sábado 3 de agosto había una comida familiar a la que, después de muchos años, tuve el tiempo de participar; ya que antes no podía estar nunca en Navidad, Fiestas Patrias o Año Nuevo. Durante 9 años trabajé prácticamente los 365 días al año. Si bien es cierto tenía mis días libres, nunca calzaban con las fiestas o cuando necesitaba estar con mi familia.
No tenía vida, salía en la mañana al restorán y volvía pasadas las 21 horas. Era full trabajo, pero aprendí muchas cosas ahí. Si ahora tuviera los medios para instalar un restorán lo haría sin ningún problema.
Secretos
Son muchos los que disfrutan de un bizcocho esponjoso. Es más, al imaginar uno casero, se viene a la mente uno que incluso cuesta morderlo de tan alto que ha quedado. Ese es el tipo de bizcocho casero que hace Paola Vásquez para sus tortas.
"Un bizcocho tiene todo un procedimiento especial. Mi queque es esponjocito y para armar la torta, por ejemplo, éste no puede estar caliente. Le doy sus tiempos a la preparación", explica la repostera.
"Las tortas que hago son caseras y clásicas. He ido implementando cosas porque ahora la gente es más sofisticada, pero en general mis tortas son tradicionales, incluso la que más vendo es la de biscocho, manjar y mermelada, pero a mí me quedan distintas. He probado en otros lados y me quedo con la que preparo yo", agrega.
Asegura con nostalgia que logró que el bizcocho tenga el mismo sabor que el de su tía madrina. "Esa es la esencia, no sabría describirlo, pero siento que logro el sabor y la consistencia de los bizcochos de mi tía Margarita porque siempre he usado el mismo procedimiento que ella me enseñó".
-¿Cuáles son los secretos de un buen bizcocho?
-El amor y el cariño que se le pone a lo que se cocina. A cada cosa le doy su tiempo, bato suavemente todos los ingredientes y mantengo las ventanas y puertas cerradas cuando hago bizcochos, porque mi tía me enseñó que cuando los hiciera no debía haber corrientes de aire, porque el viento rompe las burbujitas que crea el merengue cuando lo estás batiendo y si les entra aire, las rompe y ahí es donde se baja el bizcocho.
Me preocupo de eso, hago suavecito la mezcla: bates las claras, le pones azúcar, las yemas y al final le pones la harina y cuando es con chocolate, este se pone al mismo tiempo con la harina, revolviendo cucharada tras cucharada, con movimientos envolventes. Todo eso me lo enseñó ella.
-¿Qué tipo de tortas haces?
-Hago lo que me pidan. El otro día me preguntaron si podía hacer una torta Catalina y yo no sabía cuál era, así que la busqué en internet. Es una torta que va con bizcocho intercalado con hojarasca, mermelada, crema, pastelera y manjar. La hice y quedaron felices.
Hago tortas de chocolate con licor que queda como si fuera trufa; pie de limón, kuchen de nuez, torta de mil hojas con hojarasca; de discos de merengue; tortas de frutas con mermeladas naturales; de lúcuma, frambuesa. Hago muchas cosas y no he hecho ningún curso, todo lo hago con lo que aprendí de mi tía.
-¿Qué planes tienes para el futuro?
-Mi idea es juntar dinero para comprar un horno industrial y también una mantenedora para poder guardar tortas, porque a veces me llaman para ver si tengo algo listo, pero como no tengo donde conservarlas, trabajo solo a pedido. También vendo por trozos, el pie, kuchen o lo que tenga, lo voy promocionando en Instagram o Facebook.
En verdad me adapto a lo que el cliente pide y hasta el momento me ha ido bien. Igual le pongo harto cariño, siempre trato de que sea una torta única y cada torta es diferente según el gusto del cliente.
Si quiere conocer el trabajo de Paola Vásquez puede ver su perfil en Facebook; en Instagram buscarla como @tortitaspao o al celular +56 9 97363004.