Sueño americano en pausa: exferiante enfrenta la pandemia en Estados Unidos
Viviana Miranda y su familia están en cuarentena hace más de un mes en su hogar de Nueva York, el estado más golpeado por el covid-19.
Hace dos años, Viviana Miranda Sáez, su esposo Abelardo Castro, su hija, su yerno y su nieta partieron rumbo a Nueva York, Estados Unidos. Tiempo antes su hijo, Antonio, se había establecido en dicha ciudad y ellos decidieron sumarse a esta búsqueda del sueño americano.
El plan de este matrimonio de Colinas del Mar parecía simple. "Nos vinimos pensando en quedarnos unos cuatro o cinco años y regresarnos (a San Antonio) a empezar de cero. En la vida muchas veces se puede empezar así, son etapas que uno tiene que ir pasando sin importar la edad. Nuestra idea fue venir a hacernos un capital, porque lo que se gana acá en Chile se valora, por el cambio", explica Viviana, de 57 años.
Durante estos dos años ella se ha dedicado a mantener la casa donde viven todos, cuidar a su nieta y trabajar haciendo aseo dos veces por semana en una clínica dental. Los hombres de la familia trabajaban, como muchos latinos, en la construcción. El sueño americano parecía estar al alcance de la mano... hasta la pandemia.
"Nos cambió la vida de la noche a la mañana. Todo lo que ya teníamos armado se nos vino abajo en un cerrar y abrir de ojos. Aquí estamos todos sin trabajar y como ilegales no percibimos nada del gobierno. Estamos subsistiendo con los medios que tenemos", comenta.
Al igual que muchos inmigrantes latinos, señala, ingresaron con visa de turista al país, por lo que, a pesar de que pagan impuestos, no han podido recibir los subsidios gubernamentales.
-¿Cómo es ser ilegal en Estados Unidos?
-Mientras usted no cometa una imprudencia o un delito su vida es normal. Uno no puede andar en la calle perseguido, porque no sería vida tampoco, entonces uno le deja esto a Dios. Para nosotros siempre él está sobre todas las cosas y si quiere que pase algo... Si nos devuelven o deportan, eso lo tenemos claro desde el momento que pisamos el país.
Añade que incluso "en este estado a los ilegales les dieron la oportunidad de obtener su licencia de conducir, que acá es la identificación de las personas. Usted va a un banco, presenta sus documentos y le otorgan la tarjeta de crédito. Si fuera tan malo ser ilegal, no tendría esos derechos".
La cuarentena
Viviana, quien antes de partir tenía un puesto de artículos de cocina y menaje en las ferias libres, lleva más de un mes en cuarentena en su hogar. Sobre los días previos a esta medida, cuenta que "cuando se dio una pequeña alarma (respecto al virus), salimos y fue algo extraño para nosotros llegar al supermercado y encontrarlo totalmente pelado, como se dice. Nos repartimos por los pasillos buscando las cosas primordiales, como los alimentos, agua, papel higiénico, que es lo primero que se acabó en este país. Después esto ya se fue normalizando".
Al igual que en otros países, en NY solo se mantienen abiertos las farmacias, bencineras, supermercados y locales de alimentos para llevar. "Tenemos un poco de pánico, con mi esposo no salimos a la calle, quienes hacen las compras son mis hijos o mi yerno", señala.
El pánico de Viviana y su familia es totalmente comprensible. Nueva York es el estado más afectado de EE.UU., con 13.869 muertos y 242.817 contagiados por covid-19 hasta el 20 de abril, según la base de datos The New York Times. En todo EE.UU, de acuerdo a la misma fuente, la cifra de muertos era de 36.109 y la de contagiados ascendía a más de 753 mil, siendo el país con más casos confirmados de covid-19 en todo el mundo.
-¿Cómo ha afectado la pandemia a Nueva York?
-Es atroz ver por televisión la forma en que sacan los cuerpos. Los llevan a unos camiones que tienen unos container refrigerados y ahora están preparando parques para hacer fosas comunes. Dicen que con el tiempo se los va a entregar a sus familiares, aunque yo no lo creo, porque a la mayor parte de las personas las están cremando, porque ya no hay espacio. Imagínese, en un solo día mueren más de 700 y tantas personas. ¿Dónde se puede acumular esa cantidad de cuerpos?
-¿Cómo ha reaccionado la gente a las medidas?
-Acá hay personas que salen a trabajar, porque no tienen ahorros o porque llegaron hace muy poco, usted sabe que cada persona conoce su bolsillo. Ellos se están exponiendo a lo que puede suceder, pero salen por una necesidad, no porque quieran salir.
La familia vive en el Condado de Nassau, a 45 minutos de Manhattan. Viviana destaca la conducta de las personas: "Acá cuando hay vida anda toda la gente circulando, vehículos en las calles, es una locura el tráfico. Ahora usted sale y no hay ningún vehículo afuera. La mayoría de la gente acá es mayor, entonces, con mayor razón se cuida. Hay conciencia".
Pausa obligada
"La forma en que se dio todo esto es muy extraño, de un momento a otro se terminó la vida normal que uno llevaba, como el salir a trabajar, de compras o a las lavanderías", señala. En su voz se percibe la angustia.
Aunque por ahora la familia tiene cómo subsistir, la preocupación es evidente y no solo por el plano económico. "Lamentablemente cuando uno no está en su país no cuenta con el apoyo familiar en la parte anímica y económica. Allá (en Chile) si usted va donde un familiar y se sienta a la mesa, lo van a invitar, mientras que acá es diferente, cada uno vive en su casa y no hay vida familiar. Acá se trabaja, se trabaja y se trabaja. Se pierde el descanso, el entorno familiar y uno es un elemento de trabajo solamente".
Viviana reconoce que la pandemia le ha ocasionado un cansancio mental, no logra conciliar el sueño antes de las 3 de la mañana y duerme poco, pero ha encontrado un refugio para acortar los días: "Me encanta la cocina y entonces trato de pasar mi tiempo ahí. Todos me alaban lo que yo hago".
La exferiante se ha vuelto una experta en comida chilena. "Cocino todo lo que es la cocina de Chile, porque la americana no la comparto, aquí son muy cochinos para comer (se ríe). Mucho tocino, mucho embutido, mucha mantequilla de maní y frituras. Los alimentos no tienen el mismo sabor que en Chile, pero uno trata de hacerlo igual. Yo aquí hago legumbres, cazuela, pollo asado, charquicán, pancutras, la carbonada y el pan".
Corazón en Chile
A más de 13.200 kilómetros de distancia, Viviana sigue con el corazón puesto en su tierra natal. "Me preocupa mi país y San Antonio. Este es un país que tiene recursos y ahora están diciendo que no tienen insumos, que se están terminando. Imagínese lo precaria que es la salud en Chile, entonces no pueden ponerse la venda en los ojos y, por lo mismo, les pido que se cuiden, no salgan a la calle", recalca.
A través de las redes sociales y de sus familiares se ha enterado de las conductas de sus compatriotas. "Tengo un sobrino que trabaja en locomoción colectiva y por la necesidad que existe, porque tiene niños, sale a trabajar, tomando sus resguardos. A esas personas uno dice 'sí, la puedo justificar', pero salir a pasear, ir al borde costero o andar en Centenario, no", señala enfática.
Cariño a distancia
Estos días, la familia ha recibido muestras de cariño. "Tenemos muchos amigos que están muy preocupados de nosotros. Todos los días nos escriben y les digo a ellos: 'así como ustedes están preocupados por mí, yo me voy a entrar a preocupar por ustedes'... y ya lo estoy".
Incluso sus clientes de las ferias, donde trabajó ocho años, están pendientes de ella. "Todavía la gente me extraña y pregunta por mí, porque tengo compañeros que me envían saludos de gente que era mi clientela, preocupada porque saben que estoy acá".
"Uno se hace querer porque es como es. Como matrimonio fuimos muy solidarios con gente que realmente lo necesitó, ayudamos y nos hicimos amigos de muchos inmigrantes haitianos y colombianos ante de venirnos, porque sabíamos la condición a la que íbamos a llegar acá. Yo no puedo ser una malagradecida, hemos tenido harta ayuda", manifiesta Viviana, que en medio de la crisis sanitaria aún se da el tiempo para agradecer.
"Nos cambió la vida de la noche a la mañana. Todo lo que ya teníamos armado se nos vino abajo en un cerrar y abrir de ojos",
Viviana Miranda
"Tenemos un poco de pánico, con mi esposo no salimos a la calle, quienes hacen las compras son mis hijos o mi yerno",
Viviana Miranda
"Es atroz ver por televisión la forma en que sacan los cuerpos. Los llevan a unos camiones que tienen unos container refrigerados",
Viviana Miranda