Marco Aurelio, el carpintero trovador que se convirtió en "La voz del Litoral"
Ha cantado en las grandes orquestas de la zona y su voz lo llevó dos veces a Europa. Padre de tres hijos, mueblista y carpintero, el intérprete popular abrió su canto y su corazón para los lectores de Diario El Líder.
Las gaviotas juegan a columpiarse en el viento que viene desde el mar y las olas infinitas se quiebran en los roqueríos que custodian San Antonio en el Camino a Cartagena. Un poco más arriba, en la población El Coral del sector El Faro, cualquier ventana sirve para ver el espectáculo marino.
Aquí, en una de estas casas con vista privilegiada a este pedazo del océano Pacífico, Marco Aurelio Valdés Loyola pasa sus días con Corina Zúñiga, el amor de su vida y madre de sus dos hijas y su hijo de 14 años. Tuvo que dejar de cantar en eventos y en el "Regata Pub" de Algarrobo porque la emergencia sanitaria lo exige.
Dedicado de lleno al taller de muebles a medida y carpintería que lo sustenta, este cantante popular sanantonino que fue reconocido como Patrimonio Vivo de este pueblo repasa para esta crónica sus más de 30 años como cantante, sus dos viajes a Europa y la vida de carpintero y trovador que lo convirtió en la "La voz del Litoral".
Sus inicios
Era la mitad de la década del ochenta y Marco Aurelio Valdés tuvo que quedarse de semanero para hacer el aseo en la sala que ocupaba con sus compañeros de la Escuela Industrial de San Antonio. Nunca pensó que esa tarea que asumió con tanto desgano le abriría las puertas a su gran pasión: el canto.
"Empecé a cantar tarde, cuando estaba como en tercero medio porque antes de eso bailaba nomás y un día que me tocó quedarme de semanero con un compañero de curso yo me puse a cantar, así como tarareando. Ahí mi socio me tiró a los leones porque cuando hicieron las alianzas organizaron un festival y gané ese concurso cantando el "Rin del Angelito", de la Violeta Parra", relata recordando cómo casi por accidente empezó a cantar.
Y luego de esa improvisada participación en el festival de su escuela, se animó a más. Y fue así como dio un paso crucial que marcaría para siempre el resto de su vida. "A finales de los años ochenta hicieron un festival en la Radio Sargento Aldea con estudiantes de toda la provincia. Llegaron alumnos de Algarrobo hasta Santo Domingo. Éramos como 300 y duró como cinco meses porque ahí nos íbamos eliminando", rememora.
En esa competencia Marco Aurelio no solamente llegó a la final, sino que además la ganó. "Me acuerdo que fue la primera vez que canté con una orquesta en vivo en el antiguo cine Rex de Llolleo, fue una experiencia tremenda porque ese festival lo gané cantando 'Getsemaní', la versión de Camilo Sesto para Jesucristo Superestrella", dice reviviendo sus primeros pasos como artista.
Es que nada indicaba que este sanantonino se dedicaría al canto, pues estudiaba Mecánica en Máquinas y Herramientas, en la Escuela Industrial de San Antonio cuando de pronto se descubrió cantando. Sobre esa época decisiva, que es la salida del colegio, confiesa que no le gustó "la mecánica, así que fui chofer de panadería un tiempo y después de eso empecé a dedicarme a la carpintería que se me hizo muy fácil gracias a la numeración que tiene la tornería que es milimétrica, porque ya sabía lo que era una escalera, una hipotenusa, cuadrar. Me sabía las medidas porque tenía los estudios de tornería mecánica y eso lo traspasé a la carpintería".
Vertiginoso paso de la mecánica a la carpintería y de la carpintería al canto. Paulatinamente se fue convirtiendo en un trovador local, en un cantante de música latina, en un intérprete de los grandes de la música en español.
"Estuve 15 años cantando en orquestas como la Cocaleca, la banda Eclipse y otras agrupaciones. Estuve muy metido ahí, me tocó cantar en muchos matrimonios y fiestas como cantante de orquestas. Después de eso llevo otros 15 años de solista o armando grupos, todos los veranos cantando en el "Regata Pub" de Algarrobo, donde soy el cantante exclusivo y también voy a eventos en Santiago. De hecho, canto más afuera que aquí en San Antonio", explica Marco Aurelio Valdés repasando sus más de 30 años de trayectoria artística
-¿En tantos años cantando no ha tenido la inquietud de crear sus propias canciones?
-Yo soy un cantante intérprete, cualquier canción que me pasen yo la canto, la interpreto. He escrito algunas cosas, tengo por ahí algunas letras pero nunca las he mostrado y eso es lo que me falta. Eso es lo que quiero hacer ahora porque, de hecho, se me ha criticado que canto bien, pero que no hago mi propia música y ese es un desafío que quiero enfrentar ahora. Me quiero meter en la creación de música y de canciones. De hecho, ya hay algún amigo por ahí que me va a pasar algunas letras para hacerlas canciones.
-¿Cuál es su estilo entonces?, ¿cómo se define?
-Yo creo que soy un trovador, un cantante intérprete de todo lo que es la música latinoamericana, todo lo que sea cantar en español porque la música en inglés la escucho pero no la canto; o sea, puedo guitarrear alguna canción en inglés pero lo mío es cantar en español. La trova, la salsa, el bolero, la cumbia, las cuecas, baladas, merengue, música mexicana, sones cubanos, sones venezolanos, todo eso es lo que yo canto.
En Europa
Marco Aurelio Valdés estuvo dos veces en Europa, adonde llegó la primera vez para trabajar en carpintería pero su lado artístico hizo que inevitablemente terminara cantando.
Sobre esos viajes recuerda que fue a Europa "a hacer trabajos de carpintería y me vi en la obligación de buscar donde cantar. En eso se dio el cumpleaños de un chileno donde había más de setenta personas y de ahí pude cantar en otros lados".
La primera vez llegó como el carpintero que es y la segunda vez, en Noruega, fue como el cantante que también es, porque Marco Aurelio Valdés ha demostrado todo su talento sobre los escenarios recorridos en más de tres décadas.
"La segunda vez representé a Chile en el Festival Costumbrista de Música y Gastronomía que hacen en Kristiansand (sur de Noruega) porque uno de los organizadores me vio en Oslo y me llevaron a cantar allá. Pasó que les gustó tanto que me pagaron dos veces y me dejaron toda la semana que duraba el festival alojado en un hotel de cinco estrellas con todo pagado. Me sentí artista en la suite que me pasaron, con lo que me pagaron y todo lo que pude cantar. Es lo más lindo que me ha pasado cantando", recuerda.
-Luego de esos recuerdos y ya de vuelta en San Antonio, ¿cómo lo hace ahora con la emergencia sanitaria?, ¿cómo se las está arreglando?
-Con la contingencia se paró el canto, imagínate que yo cantaba todos los fines de semana en el Regata en Algarrobo y con los eventos que siempre me salen en Santiago donde está mi fuerte, pero todo eso se paró, así que reabrí mi taller y tuve que dedicarme a la carpintería nomás. Así que ahora estoy en eso, haciendo muebles a medida, porque soy carpintero en terminaciones y también en mueblería.
Siguen jugando las gaviotas con el viento y Marco Aurelio Valdés vuelve a su taller, a las herramientas del carpintero. Mientras trabaja canta como ha cantado más de la mitad de su vida. Canta con el corazón este trovador intérprete cuyo canto lo convirtió en "La voz del Litoral".
"Ese festival (en el cine Rex de Llolleo) lo gané cantando 'Getsemaní', la versión de Camilo Sesto para Jesucristo Superestrella",
Marco Aurelio, recordando sus inicios en la música
"Estuve 15 años cantando en orquestas como la Cocaleca, la banda Eclipse y otras agrupaciones",
Marco Aurelio
"Se me ha criticado que canto bien, pero que no hago mi propia música y ese es un desafío que quiero enfrentar ahora",
Marco Aurelio