La joven cosmetóloga que embellece a las sanantoninas
Con sólo 21 años, Karla Díaz comparte su rol de madre con su profesión, a través de la cual busca enseñar y entregar un servicio de calidad a sus clientas.
Cada vez son más los locales de belleza que existen en San Antonio. Ya no causa extrañeza ver cómo aparecen nuevos salones, peluquerías o barberías. Por lo mismo son cada vez más los sanantoninos que deciden especializarse en esta área.
Karla Díaz Hinojosa (21) es una de ellas. Esta joven sanantonina estudió Cosmetología en el Instituto Profesional Aiep, en su sede de Providencia, en la capital. Hace menos de un año egresó y se tituló, y ya es contactada por sus clientes para distintos servicios de belleza.
"Cuando entré a estudiar, en el 2017, de inmediato empecé a trabajar en esto. Fue más o menos en julio de ese año. Esperé a tener un poco más de conocimientos y comencé a hacer trabajos, más que nada de maquillaje y esmaltado de uñas", cuenta la cosmetóloga.
Uno de los principales servicios que ofrece es el de manicura y lifting de pestañas, y asegura que es un espacio en el que cada vez más personas buscan internarse y aprender, lo que genera, además, mucha competencia.
"Hay bastante demanda en este rubro, la gente busca hacerse estas cosas. El problema es que hay harta competencia. Cada vez uno ve más centros o personas que hacen esmaltados de uñas, por ejemplo, entonces ahí se complican las cosas. Hay que tener siempre cuidado también, sobre todo en los productos que se utilizan", afirma la emprendedora.
- ¿En qué aspectos debería fijarse la gente que solicita este tipo de servicios?
-En los procedimientos, por ejemplo, en los productos que se utilizan. Uno no debe usar productos chinos, porque no se sabe a ciencia cierta qué componentes contienen. Uno podría hacerle daño a la clienta y eso no es bueno, menos si hablamos de algo como el rostro o pestañas con lifting.
-En ese sentido ¿es difícil emprender en San Antonio?
-Súper. Emprender en general puede resultar difícil, pero en San Antonio puede ser peor. Antes hablaba de que cada vez hay más competencia y eso es un factor. Otra cosa importante es que la gente acá no está tan acostumbrada a pagar por servicios como estos. Suelen parecerles hasta caros y se van por una alternativa más económica que no siempre es la mejor. Esto no suele ocurrir en Santiago, pero en San Antonio tiene que existir mayor conocimiento del rubro. La gente que realiza estos trabajos no siempre tiene los estudios necesarios para un buen trabajo y eso es algo vital.
-¿Es importante el apoyo familiar para desarrollar tu trabajo?
-En todo sentido, sobre todo en el tema de estudiar, de invertir en la carrera porque implica mucho. Y también me han apoyado después de estudiar. La familia ayuda mucho también pasando el dato de lo que uno hace y eso es lindo. Algo que me llena mucho de mi trabajo es que mis clientas se vayan felices, porque uno se da cuenta que hace las cosas bien.
Entre los servicios cosmetológicos que ofrece están el ondulado, lifting y tinte de pestañas, esmaltado permanente de uñas, tratamientos faciales, hidrataciones cutáneas y depilación.
Los inicios
Karla Díaz cuenta que desde muy pequeña sintió que debía estudiar Cosmetología. Sin embargo, al principio su familia no estaba del todo segura de que esta fuera su mejor opción.
"Cuando salí de cuarto medio, insistí en que quería estudiar Cosmetología, pero a mis papás no les parecía mucho la idea, así que me tomé un año. Hice un preuniversitario para buscar otra opción, que era la educación general básica, pero sabía que no me llenaba tanto como esto. Cuando di la PSU en el 2016 quedé en esa segunda opción", recuerda.
Pese a ser seleccionada en la carrera de Pedagogía General Básica, la joven, contra todo pronóstico, decidió estudiar lo que realmente la apasionaba, aunque tuviera que bajar todos los días a Santiago.
-¿Hubo algún cambio en lo que pensaban tus padres de esta carrera?
-Completamente, fue algo inmediato. Esta carrera no implica solo saber maquillar o hacer manicura. Hay que tener mucho conocimiento de biología, principalmente, y requiere estudiar mucho porque hay que aprender sobre cuidados y técnicas. Cuando empecé a estudiar y llegaba a mi casa solo a estudiar o trabajar, mis papás vieron que esto no era como ellos pensaban.
-¿Se rompió un prejuicio de alguna forma?
-De todos modos. La gente igual no conoce bien todo lo que conlleva esta carrera. Hubo un cambio en mí también y eso generó que mis papás entendieran mi pasión. En el colegio no era tan buena para estudiar o no me iba tan bien, pero todo eso cambió cuando entré a la estudiar Cosmetología. Mi mamá siempre dice que esto es lo mío y que es algo que se nota que me hace feliz.
Servicio especial
En el verano del 2019, cuando estaba embarazada de su hijo Emiliano (que ya va a cumplir un año), fue contactada para un baby shower masivo que se realizó en Santo Domingo con su servicio de Belly Paint, que consiste en pintar el vientre de las embarazadas con diversas temáticas. Esta es una de las experiencias que más la llena en su trabajo.
"Me contactaron semanas antes de un evento y me preguntaron si quería participar. Yo estaba embarazada y cuando me dijeron que participaría fue una alegría muy grande. Eran mamitas que quizás no pueden pagar un servicio como este en su baby shower y por lo mismo fue lindo participar. Al estar embarazada siento que pude tener una sensación distinta porque compartimos experiencias o entregué consejos a las que tenían menos meses que yo. Esas son las cosas que te alegran de este trabajo. Haber visto sus caritas llenas de felicidad me llenó", confiesa.
-¿Se han complicado las cosas al tener un hijo?
-Claro que sí, de todas maneras. Por ejemplo, ya no puedo tomar la cantidad de horas que tenía antes porque mi hijo es pequeño y por lo mismo me necesita gran parte del tiempo. Tengo una red de apoyo súper grande para cuidar a mi hijo, me ayudan con él mi mamá, mi hermana o mi suegra en la semana. Durante los fines de semana mi pareja me puede ayudar más y ahí tomo horas en la mañana.
-¿Ha disminuido el trabajo desde que eres mamá?
-Un poco. Yo trabajo en mi casa, entonces si lo cuida mi mamá o mi hermana, mi hijo igual está en la casa y si llora por supuesto que me da un poco de pena o lata, porque es mi bebé. Los primeros meses después de que nació podía trabajar muy poquito, entonces me tengo que organizar, sobre todo porque también hago clases.
Enseñar
Desde hace un tiempo esta cosmetóloga sanantonina realiza clases en el centro de capacitación Eduka Hitu, lo que también ha generado que pueda concretar otra de sus pasiones: enseñar.
"Una colega que trabajaba conmigo en el centro de capacitación me comentó de las clases personalizadas y decidí que era una buena idea hacerlo. Generaba más ingresos y además puedo enseñar, que es algo que me apasiona", manifiesta.
-¿Es importante que la gente aprenda en San Antonio?
-Sí, totalmente. Algo que me gusta mucho es poder enseñar lo que yo sé y que la gente pueda adquirir conocimientos y que le sirva para que así puedan exigir un buen servicio en cosmetología.
-¿Cuáles son tus principales planes a futuro?
-Me gustaría tener mi propio lugar para trabajar, que sea fuera de mi casa. Quién sabe, me gustaría enseñar de forma más establecida. Que los conocimientos que yo adquirí en Aiep en Santiago, los tenga la gente acá, para poder realizar trabajos de excelente calidad, que dejen felices a los clientes, porque eso es lo primordial. Algo importante es que aquí se invierte mucho dinero, pero todo es por la seguridad del cliente. Otra de las áreas en las que me gustaría capacitarme ahora es en los masajes y tratamientos con el pelo, que son cosas que se solicitan bastante.
"Hay bastante demanda en este rubro, la gente busca hacerse estas cosas. El problema es que existe harta competencia",
Karla Díaz,, cosmetóloga
"Emprender en general puede resultar difícil, pero en San Antonio puede ser peor",
Karla Díaz