Las horas de angustia de Julio Castillo, el portuario que dio positivo por covid-19
El 13 de abril pasado el dirigente sindical supo que estaba contagiado y ahora, tras la cuarentena, no le conforma que sin haberle tomado ningún examen le digan que está libre del virus.
En su casa de la Villa Miramar, el dirigente portuario Julio Castillo Castañeda (58) vive su confinamiento desde que el 13 de abril pasado un segundo examen para detectar el temido covid-19 confirmó que estaba contagiado.
Desde ese minuto la angustia se apoderó del dirigente que además temió lo peor para su familia, a la que, sin querer, expuso tras haberse infectado en el hospital de San Antonio.
"Se me vino el mundo abajo, tengo 58 años, acabo de dejar la "embarrá" en mi casa, con mis hijos, con mis nietos. Pasa que todo el aspecto anímico de la familia se vino abajo porque, por estar tratando de ayudar a los que más lo necesitan, jodí poh", se lamenta Castillo provisto de mascarilla y guantes para efectos de la conversación.
Contagio
Sobre su contagio recuerda que a principios de abril "tuvimos una reunión del Comité de Emergencias de Muellaje del Maipo (de STI), donde decidimos colaborar con el hospital y de ahí se me encomendó reunirme con los dirigentes para conocer la realidad de lo que estaba pasando y ver cómo podíamos ayudar".
A los pocos días este luchador social sanantonino se trasladó hasta el hospital Claudio Vicuña, donde se reunió, según su propio relato, "con los dirigentes Juan Recabarren y Patricio Velásquez, y conversamos con la enfermera de turno del Servicio de Urgencia sobre los requerimientos que tenían y cómo nosotros podíamos ayudar".
En total fue poco más de una hora de diálogo y "al día siguiente la empresa me mandó a hacer los exámenes, que salieron negativos. Días después, debido a la gran cantidad de contagios que había en el hospital, nuevamente me mandaron a hacer el examen y salí positivo".
Aislamiento
A partir de ese momento y hasta ahora todas las rutinas de este trabajador portuario cambiaron.
Confinado en el segundo piso de su vivienda, hizo la cuarentena y, como él mismo cuenta, quedó "aislado, y todo mi círculo familiar más cercano se hizo los exámenes por cuenta de la empresa. De parte de la oficina del Seremi de Salud local nunca tuve ningún contacto, de San Antonio nunca nadie me llamó para nada, yo llamé a Valparaíso".
Cumplida la cuarentena correspondía entonces tener la versión médica de su real estado de salud y aquí lejos de encontrar certezas vinieron más dudas. "Aquí se ve lo nefasto que es el sistema de salud que tenemos. Yo di positivo y el martes (de esta semana) llamé a Valparaíso para saber cuál era el procedimiento porque jamás de la oficina de la Seremi de Salud de San Antonio me llamaron. Al encargado que tienen ahí lo he llamado más de 14 veces (muestra las llamadas en el celular) y puedo corroborar que ninguna llamada me ha contestado. Entonces, desde Valparaíso me dicen que tengo que pedir una hora en la clínica donde se me detectó el virus para ver al médico. Fui donde el doctor, me auscultó y cuando le pregunté por el examen, me dice que lo tienen prohibido por parte del Ministerio de Salud y que con su revisión se va a saber".
Y sigue son su relato explicando que ya en la clínica el doctor le revisó "el tórax y me mira la laringe y me dice: 'en estos minutos usted no tiene nada" y me dio un papel (foto de esta crónica) que dice que estoy libre del virus sin hacer el examen. Entonces, yo creo que eso es falso, esto es el acabose de la inconsecuencia y de lo nefasto que es nuestro sistema de salud y lo nefastos que son los encargados de nuestros sistema de salud".
"No me pescan"
Julio Castillo y su familia están intranquilos. Reclama que nadie del Ministerio de Salud, ni en San Antonio ni en Valparaíso ha seguido su evolución. "Aparte de mis colegas, las jefaturas y la gerencia de la empresa, las autoridades de San Antonio me han estado llamando. La gobernadora me ha llamado tres o cuatro veces, de la Municipalidad de San Antonio día por medio me llaman, de la Empresa Portuaria me hablan casi todos los días; pero la autoridad sanitaria local y regional no me pescan. Imagínate si ahora que estoy sin síntomas me voy a trabajar, donde somos 250, 280 personas en un turno, y ni siquiera sé si estoy contagiado o no".
Y sus dardos paran ahí. Alega que el propio "ministro de Salud dijo en una entrevista que un asintomático por día puede contagiar a 30 o 35 personas, pero cómo nos aseguramos si el mismo ministro no nos manda a hacer el examen. Ahora no tengo manera de saber si esto o no estoy contagiado, si tengo o no tengo el bicho y no me queda más que esperar hasta el lunes para ver si alguna clínica nos puede hacer el examen a mi y mi familia para saber de verdad si estamos o no estamos contagiados".
"Aquí se ve lo nefasto que es el sistema de salud que tenemos",
Julio Castillo