El testimonio del sanantonino que afrontó el covid-19 en Estados Unidos
Hugo Carcad Vargas emigró al país del norte cuando tenía 18 años y hace unas semanas le tocó estar en cuarentena por coronavirus junto a su madre, que también dio positivo en el examen.
"Es difícil saber dónde me contagié ya que por mi trabajo estoy muy expuesto, ando viajando por distintos sectores y estoy en muchos lugares públicos".
Así comienza su relato Hugo Carcad Vargas (44 años), el sanantonino que sobrevivió al covid-19 para contar su experiencia con la pandemia en un país donde la situación ha sido crítica con más de 1.230.000 contagiados y más de 72 mil muertes por coronavirus.
Hugo decidió partir a Estados Unidos al igual que varios de sus familiares que lo habían hecho años antes. En 1994 llegó a Nueva York para luego, radicarse definitivamente en Texas. Hace 15 años trabaja en una compañía dedicada a la instalación de muebles, paneles y equipos de oficina, lo que lo obliga a viajar constantemente.
"Mi mamá fue la primera persona en la casa que dio positivo al contagio de covid-19, pero lo más sorprendente es que su esposo salió negativo, al igual que un primo que llegó de vacaciones desde Chile. Además de mi mamá, Cristina, la señora que trabaja hace muchos años con nosotros, y yo dimos positivo", afirma desde Estados Unidos.
"Rodrigo, el esposo de mi mamá, estuvo con graves problemas a los pulmones -bronquitis y líquido- pero le hicieron cinco veces el examen y siempre salió negativo al contagio. En realidad, hay muchas cosas inexplicables de este virus que ni los doctores entienden y como dicen ellos, cada cuerpo y persona es diferente", agrega.
Hugo recuerda que los primeros síntomas que sintió fueron los escalofríos típicos de un resfrío, perdió el olfato y el gusto durante tres días. Aparte de eso, no tuvo ninguna otra señal de estar contagiado.
"No estuve resfriado, tampoco tuve fiebre ni dolor de cabeza. El médico dijo que mis defensas estaban muy bien y por eso el virus no me había producido ningún otro malestar", recuerda, a diferencia de su madre, Magaly Vargas, que estuvo tres días en cama con síntomas de gripe, además de tos, dolor de cabeza y fiebre.
"Justo cuando pensábamos que estaba mejorando, volvió a recaer y decidimos llevarla donde el doctor que la atiende hace más de 20 años. Le hicieron muchos estudios y luego de unos días, nos llamaron para informarnos que tenía el virus", señala.
Luego de eso, estuvieron 30 días en cuarentena y hoy, un mes después, están totalmente sanos.
"Debo decir que nunca estuvimos hospitalizados. Toda la enfermedad la pasamos en casa. A mi Mamá le recetaron algunas medicinas para contrarrestar la enfermedad, ya que hasta hoy no hay cura para esto", explica.
Agrega que "para una pronta y rápida mejoría, desinfectamos todo lo que utilizábamos e hicimos varias cosas que nos recomendaron, como por ejemplo, tomar mucho té caliente, manzanilla, jengibre con limón y miel; también hicimos a diario gárgaras de bicarbonato, vinagre de manzana, limón y miel, hervimos hojas de eucaliptos inhalando el vapor con una toalla puesta en la cabeza y siempre estábamos limpiando y desinfectando todo, no sé si realmente fue efectivo, pero creo que nos ayudó"
Forma de vida
El condado donde vive Hugo Carcad se llama Carrollton, pertenece a la ciudad de Dallas, es un lugar muy tranquilo y con un ritmo de vida pausado a diferencia de las grandes urbes como Nueva York, Los Ángeles o California.
"Llegué en el año 94 a Nueva York a la casa de unos tíos que me ayudaron a establecerme en este país, me recibieron en su casa y trabajé con ellos. Es algo de lo que estaré eternamente agradecido. Luego de un tiempo me fui donde mi madre al estado de Texas, donde me estabilicé y actualmente es donde tengo mi vida", detalla.
Añade que "tuve la oportunidad de venirme a este país y la tomé. Fue una buena decisión. Aunque en Chile no estaba mal, mi futuro no se veía muy prometedor, más aun si ni siquiera había terminado la enseñanza media. En Chile faltan oportunidades hasta para los profesionales, en cambio en este país puedes aprender un oficio y tener una mejor calidad de vida".
¿Cómo es la situación en la ciudad donde reside?
-La vida acá, en general, es buena. Vivimos en un lugar muy tranquilo, residencial, con vecinos muy responsables y cuidadosos con relación a todo esto del coronavirus. Aquí no se ven grupos grandes de personas, solo algunos haciendo sus rutinas de ejercicios, caminando o paseando a sus perros; y por lo general la gente de la tercera edad no sale de sus casas. Hay una buena convivencia, creo que en este sector somos pocas las familias hispanas y claramente nos sentimos integrados al barrio. Salimos con mascarillas, guantes y cuidándonos mucho porque sabemos que esto no termina. La vida ha cambiado como en muchas ciudades y la gente está asustada. Después de esto, esperamos volver a retomar la vida que teníamos antes.
Pocos contagios
Hugo cuenta que en su sector no han habido muchos casos de contagio, a diferencia de otros lugares con sobrepoblación donde sí hay más gente enferma.
"En un principio, si no tenías fiebre no te hacían el test, pero una vez que esto fue aumentando, en cualquier centro público o pagado comenzaron a hacer exámenes sin tener los síntomas. El sistema de salud es bueno, aunque se han visto sobrepasados en algunas ciudades porque no estaban preparados para esto", señala, junto con aclarar que "hay que destacar que acá cualquier persona que se sienta enferma, no importando su situación migratoria o en qué condiciones está en este país, es atendida en el servicio de salud".
-¿Ha vuelto alguna vez a Chile?
-Desde que estoy en este país solo he ido una vez, en el año 99. Me quedé aproximadamente un año y medio en Chile y recuerdo que no quería regresar a Estados Unidos, pero tuve que hacerlo porque en verdad no tenía nada más que hacer en San Antonio, pero siempre está en mi mente volver algún día.
-¿Hay algo que extrañe de Chile, específicamente de San Antonio?
-Son muchos años fuera de mi tierra y siempre la extraño. Cómo no extrañar el mar, el muelle, los pescadores, si son parte de mis raíces. Me crié viendo a mi padre en la lancha, acompañándolo siempre en sus labores de pesca, viendo a mi abuelo y mis tíos con sus productos del mar. También extraño mi barrio, el pan calientito de la Panadería El Sol, frente a mi casa donde gran parte de mi día lo pasaba junto a ellos que eran como mi familia. Salía a repartir pan con mi amigo Nano; recuerdo a don Fernando que en paz descanse, un gran trabajador y muy preocupado de su familia; cómo olvidar los días antes de Navidad cuando ayudaba a la señora Mónica con su pan de pascua. Esos olores y vivencias están siempre en el inconsciente. También recuerdo los campeonatos de fútbol, las fiestas de Navidad y toda la gente del barrio preocupada de arreglar con guirnaldas de colores las calles que le daban mucha alegría y ambiente navideño. Tengo muchos y hermosos recuerdos de mi puerto.
-¿Algo que quiera decir a su familia y amigos en Chile?
-Quiero decirle a toda la gente de mi puerto querido que se cuiden mucho, que esto no es juego. Nos tocó vivir días difíciles acá, pero ya estamos bien. Sabemos que esto no ha terminado, hay que tener paciencia y serenidad, porque hay mucho tiempo por delante para retomar lo que más nos gusta. Otra cosa, que el consumismo no los desespere, nadie se muere si no puede comprar un par de zapatos, un pantalón, un vestido o una cartera, no tenemos a nadie que presumirle. La vida y la salud son lo más importante.
"Mi mamá fue la primera persona en la casa que dio positivo al contagio de covid-19, pero lo más sorprendente es que su esposo salió negativo",
Hugo Cascad
"Para una pronta y rápida mejoría, desinfectamos todo lo que utilizábamos e hicimos varias cosas que nos recomendaron",
Hugo Cascad