Sanantonino en Nueva York, el epicentro de la pandemia: "Sí, he tenido miedo"
Eduardo Inostroza llamó a tener cuidado con el avance del covid-19 y no "tomárselo como vacaciones".
El sanantonino Eduardo Inostroza (34) llegó a Nueva York, Estados Unidos, mucho antes que apareciera el primer caso confirmado de coronavirus en ese estado.
Arribó al país norteamericano el 10 de febrero, cuando en muchos lugares aún se desestimaba el impacto de la pandemia.
Para entonces, en ese país la mayoría de los casos se concentraban en el estado de Washington, donde se registró el primero, y en San Francisco, California, al otro extremo del país.
"Todos decían que era algo que no llegaría a ser tanto", contó a través de una llamada por WhatsApp con Diario El Líder de San Antonio.
La comunicación se corta, es breve. Sin embargo, alcanza a alertar a la gente de San Antonio, donde "la gente sigue haciendo la vida normal".
Su familia le describe lo que pasa en Chile y él se inquieta. Al estar en el epicentro de la pandemia, donde hay más de 300 mil contagiados y más de 20 mil muertos, tiene razones de sobra para preocuparse de aquellos países que fueron golpeados después por el virus, como Chile, que recién este mes podría alcanzar el peak de contagios de covid-19.
"Esto acá se masificó en marzo, empezaron a cerrar todo. Se tomaron muchas precauciones, mucha gente se encerró y llamó mucho la atención porque se dice que es la ciudad que no duerme y ver vacío el Times Square (famoso paseo peatonal) fue impactante", agregó.
Cuenta que por su trabajo tiene que pasar todos los días por el centro de la ciudad.
"Recién ahora se han flexibilizado más las cosas, pero en un comienzo la gente estaba cerrada totalmente, al igual que las canchas públicas para jugar deportes y los comercios. La gente no salía y los mayores estaban todos en sus casas", describió.
Este mecánico automotriz recuerda que fue a Orlando, en el estado de Florida, un día antes que el parque temático de Walt Disney fuera cerrado para evitar aglomeraciones.
"Ahora lo veo como algo muy significativo porque está cerrado y no se sabe cuándo abren", prosiguió.
Eduardo Inostroza confesó que ha sido una experiencia "muy fuerte".
"Estar lejos de toda mi familia y de mis amigos en medio de todo este caos, que nunca pensé que iba vivir de esta forma, que nadie se imaginó que iba a ocurrir, ha sido una experiencia difícil de explicar", reconoció.
"La gente recién ahora está respirando un poco más tranquila, con algo más de ánimo, pero sigue siendo muy triste, porque se supone que es una ciudad más grande que un país, donde se mueve mucho dinero, en el país más poderoso del mundo y que, según lo que dicen, ni después del atentado a las Torres Gemelas se habían sentido tan mal. Ahora también la cesantía es terrible y ha subido mucho", aseguró.
"Yo le digo a los sanantoninos que se cuiden mucho. Veo imágenes de gente haciendo la vida normal, donde hay mucha gente que está pasando esto como si esto fueran vacaciones cuando en realidad les puede costar la vida", agregó.
-¿Has sentido miedo?
-Sí, he sentido miedo. Ha sido difícil estar tan lejos de todos, sin los amigos, sin la familia, sin saber lo que va a pasar, pero acá he ido poniendo el hombro. No podemos quedarnos así, como buen chileno he soportado terremotos, temporales, maremotos, y creo que eso me hizo estar preparado para la emergencia".
"Eso mismo, la idea de que los chilenos podemos ponernos de pie una y otra vez cuando nos hemos caído, me hace pensar que tenemos que unirnos de verdad, hacer las cosas y evitar este virus. Hay que ganarle porque de lo contrario son vidas las que se pierden", afirmó desde EE.UU.
Epicentro
Desde que se desató la crisis del coronavirus en Estados Unidos, la ciudad de Nueva York se ha convertido en el epicentro mundial de la pandemia. El ayuntamiento de Nueva York ordenará congelar temporalmente los cuerpos de algunas víctimas de covid-19 para reducir la presión sobre hospitales, morgues y funerarias, que cada vez cuentan con menos espacio para preservar los cadáveres de las personas que han fallecido por el virus. Se trata de cuerpos que en su mayoría no han sido identificados o que nadie ha reclamado y se trasladarán desde las morgues a camiones congeladores con el objetivo de que no se descompongan hasta que puedan ser llevados a un lugar definitivo.