Dirigenta social: "San Antonio es un pueblo pobre y la gente lo está pasando muy mal"
Paola Améstica, representante de Llolleo alto, dice que la crisis sanitaria ha dejado a padres de familia sin poder trabajar durante los últimos tres meses y que en su sector hay madres solteras que no tienen cómo alimentar a sus hijos.
La emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus ha desatado también una crisis económica que desde hace semanas golpea a las familias más pobres del país, particularmente a quienes se ganaban el sustento con trabajos informales, con salarios que dependen de lo que cada uno pueda juntar en un día laboral.
Y bajo esa premisa, San Antonio aparece como una de las ciudades más golpeadas, no solamente por el dramático aumento de los contagios, sino también por la severa crisis económica que la estela de la pandemia está dejando y que recién se comienza a observar.
Drama en llolleo alto
Paola Améstica es presidenta de la junta de vecinos Los Aromos de Llolleo alto y, desde su rol de representante social, ha sido testigo de los duros momentos que familias sanantoninas sufren a causa de la crisis económica que está causando la emergencia.
Son relatos que recién se empiezan a conocer y que se repiten por todas las poblaciones del puerto que, como bien dijo esta dirigenta, no es una ciudad de barrios acomodados, sino más bien un pueblo donde los empleos precarios y los trabajos al día son la regla y no la excepción.
"De lo poco y nada que tenemos, tratamos de ayudar a los vecinos que no tienen. Nos toca ver a las vecinas que son temporeras que no han podido salir a trabajar y ahora no tienen nada. Son personas que no tenían un mal pasar, pero ahora con la crisis no han podido trabajar", cuenta la dirigenta para graficar la magnitud el problema.
Améstica afirma que "todos sabemos que San Antonio es un pueblo pobre y la gente lo está pasando muy mal porque esta no es una ciudad de profesionales que se van a la casa tranquilos porque al final del mes van a recibir el sueldo igual. Aquí no somos una ciudad de barrios pudientes, somos puras poblaciones donde la gente que trabaja al día no tiene para comer".
Problema común
Sobre la situación que viven las familias cuyos jefes de hogar no han podido trabajar en los últimos meses producto de las restricciones por el coronavirus, confiesa que "he llorado conversando con otros dirigentes que en sus barrios tienen los mismos problemas que vemos aquí en nuestra población. Son personas que trabajaban para mantener a sus familias y no son los que están acostumbrados a ir a la municipalidad a pedir ayuda. Ellos no piden y no saben qué hacer porque llevan tres meses sin trabajar. En Llolleo alto la gente lo está pasando mal, si tenemos a los esposos de dirigentas vecinales que están sin pega".
Se desató la crisis
Respecto al oscuro momento que están atravesando muchas familias sanantoninas, esta dirigenta poblacional asegura que "llegamos a un punto crítico y nosotros ahora mismo estamos viendo cómo nos organizamos para hacer una olla común porque a los niños uno no les puede decir que no hay. A los niños hay que darles de alguna manera sus comidas y se rompe el alma al saber que hay criaturitas que comen una pura vez al día".
Añadió que "nosotros, en nuestra calidad de dirigentes vecinales, no podemos dejar que esto siga pasando, tenemos que hacer algo y las ayudas que dicen que van a llegar, tienen que llegar ahora mismo".
Al mismo tiempo, la dirigenta Paola Améstica hace una crítica a la clase política local argumentando que "uno quisiera ver a los políticos en la calle y sería ideal que se metan la mano al bolsillo porque ellos están recibiendo sus sueldos enteros. Es urgente que los que fueron elegidos lleguen a los barrios y vean las necesidades que está pasando la gente. San Antonio no es una ciudad de barrios pudientes, somos puras poblaciones, somos puro pueblo de mamás solteras que ahora mismo no tienen como alimentar a sus niños".
Lo más grave de la constatación que hace la dirigenta vecinal Paola Améstica es que los estragos económicos que está dejando la pandemia del coronavirus recién comienzan a notarse, al igual que la crisis de alimentación que sufrirán muchas familias, que puede ser tanto más grave que el mismo virus.
"Nos toca ver a las vecinas que son temporeras que no han podido salir a trabajar y ahora no tienen nada",
Paola Améstica,, dirigenta vecinal
"He llorado conversando con otros dirigentes que en sus barrios tienen los mismos problemas que vemos aquí en nuestra población",
Paola Améstica, dirigenta vecinal