La increíble historia de amor de una sanantonina en el atardecer de su vida
Jéssica Farías, exfuncionaria del municipio sanantonino, conoció inesperadamente a su esposo en Nueva York. A causa de la pandemia, hoy celebran a distancia su primer aniversario, con fe y ganas de reencontrarse.
Tras la muerte de su madre en 2016, la exfuncionaria del municipio sanantonino Jéssica Farías Messina (54) realizó un viaje que cambió sus planes. Se acercaban las fiestas de fin de año y su hermana la invitó a Estados Unidos a pasar las celebraciones con ella y su familia.
"Lo conocí el 1 de enero del 2017 en Nueva York. Lo había visto antes en la misa de Navidad en la iglesia de Queens. Él también me vio ese día. Yo estaba grabando y eso le llamó la atención, me encontró un poco desubicada. A la misa de Año Nuevo nadie pudo acompañarme y a la vuelta decidí venirme por otra calle y nos encontramos. Él iba con su hermano y yo tras ellos... algo me generaba familiaridad", comenta sobre cómo conoció a su esposo.
Jéssica, oriunda de Barrancas, se les adelantó y entró a una tienda para comprar recuerdos. Mientras daba esos pasos, pensaba en los planes para su nueva vida sin su amada madre. En un segundo por su mente pasó la idea "él va a entrar a este negocio".
-¿Y entró al local?
-Sí, me sorprendí cuando lo vi pasando detrás de mí. Yo estaba tratando de explicar con gestos a la dependienta que quería comprar llaveros, pero la mujer no me daba ni boleta y él me dice 'veo que tiene problemas, ¿la puedo ayudar en algo?'. Me doy vuelta y le digo "¿es chileno?", y él me responde que sí.
Después de 15 minutos de conversación, se enteró de que el amable chileno se llamaba René Zelada y llevaba 45 años viviendo en Estados Unidos. Antes de despedirse intercambiaron números de teléfono. "Él me dijo que tenía una caja con recuerdos de Nueva York y me los ofreció. Me quedaba poco tiempo antes de volver a Chile y no alcancé a ir. Lo llamé para avisarle, pero era muy tarde y él no me contestó", comenta.
Larga distancia
La sanantonina guardó el número de René y "para Semana Santa tengo por norma mandar un saludo a todos mis contactos. Él me respondió muy amablemente: 'me imaginé que iba a venir con su familia a buscar los souvenirs, pero de todas maneras para el próximo viaje nunca falta la mano amiga, así que la invitó con su familia a tomar un café'".
Tras esto, comenzaron a conversar a través de WhatsApp. Al principio de vez en cuando, hasta que el contacto se volvió más estrecho. "Coincidimos en todo, porque su familia es de Valparaíso y habíamos tenido la misma crianza, las mismas costumbres. Yo pensaba 'es como estar en familia'. Empezamos a apegarnos y un día salí temprano del aeropuerto y me vine conversando todo el camino con él, no terminábamos, era uno y otro tema y otro", dice animada.
En ese instante, se dio cuenta de sus sentimientos hacia él. "Sentí un apego, una emoción tan grande y lloré".
Vocación religiosa
Toda su vida Jéssica ha sido católica practicante y durante años fue catequista en la parroquia de Barrancas. Incluso, en dos oportunidades estuvo a punto de convertirse en monja. La última vez fue cuando su madre aún vivía.
"Hace unos seis años hice una experiencia de vida en el Monasterio de Clausura de Santiago para realmente quedarme. El padre Javier (Santamaría, párroco de Barrancas) habló con mi mamá para discernir el paso que iba a dar. Yo tenía mi trabajo, pero me llegaba la parte espiritual. Al otro día que acepté el ingreso, noté un chispazo, fui a la capilla y me di cuenta que no iba a ser buena monja y no seguí con eso", rememora.
"Yo no tenía en mi ADN tener hijos, porque siempre fui muy regalona y siempre me creí chica. Nunca pensé en casarme y cuando me preguntaban respondía, 'no, ya no me casé'", expresa.
-¿Había tenido pololos antes?
-Nunca, nunca. Si todo el mundo se sorprendió, don Omar (Vera, alcalde de San Antonio), mi jefe de acá (de Aduana Metropolitana) decía 'hay que conocer al novio'. La verdad es que oportunidades no me faltaron, pero era gente que consideraba oportunista o que quería tener doble vida y yo no estaba para eso. En fin, nunca llegué a nada, solo a una amistad. Les daba la oportunidad de conocerme, pero cuando veía otros intereses yo cortaba.
Primer pololo
Los sentimientos de Jéssica hacia René eran evidentes, sin embargo, no se atrevía a declarar su sentir. Él dio el primer paso: "Me dijo 'usted me interesa'. Yo le dije '¿entonces vamos a pololear?'. Me dijo 'es que esa palabra aquí no existe'", cuenta entre risas.
A sus 52 años Jéssica comenzó su primer pololeo. La pareja se amanecía conversando por teléfono y en cuanto pudo ella viajó a Nueva York. "Me fui por un mes donde mi hermana, para conocerlo más, si la cosa no era tan simple para mí. Conocí su vida allá, sus amistades y quién era él en lo cotidiano".
Tras ese viaje parecía ir todo bien, hasta que la pareja tuvo una diferencia y durante tres largos meses dejaron de hablarse. Hasta que en diciembre del 2018 ella recibió una sorpresa. "Estaba trabajando cuando me llama mi hermano mayor y dice 'adivina quién anda en Chile'. Altiro supe que era René. 'Me va a buscar', pensé".
René llegó hasta el aeropuerto, pero no lograron reconciliarse. Ese mismo día, volvieron a reunirse en el departamento de ella. "Conversamos y yo le dije 'no hay vuelta atrás'. Él se puso a llorar y me dijo 'tuve la valentía, viajé para hablar con usted'. Por dentro me quería morir, porque nunca había sido tan dura con alguien. Luego me dice 'al menos lo intenté' y se para, yo hago que se siente, lo abrazo y le digo no. En ese minuto decido quedarme con él. Él estaba feliz y me dice 'mi amor, ponga la fecha, nos casamos mañana mismo si usted quiere'", expresa conmovida.
Feliz aniversario
El 25 de mayo del año pasado, en la parroquia de Santo Domingo, la pareja contrajo matrimonio en una ceremonia realizada por el párroco Javier Santamaría. Sobre ese día señala que "fue el más feliz de mi vida, un paso importante. Me emociona, considerando que yo le había dado mi corazón a Jesús y ahora se lo estaba dando a un hombre".
"Yo me enamoré de su inteligencia y me encantó cómo él era y cómo veía las cosas, con una visión totalmente distinta, porque él allá manejó taxis por 33 años, es un hombre que ha visitado otros países, un hombre de mundo. Teníamos los mismos valores, mirábamos la vida por el mismo prisma y a mí eso me encantó. Vi en él lo que no había visto nunca en ningún hombre", declara encantada.
El primer año de matrimonio, René ha visitado cuatro veces a su esposa, momentos que ella atesora. "Hay mucha ternura, nosotros no nos vamos a quedar dormidos sin darnos la señal de la cruz y oramos los dos agarrados de la mano, muy juntitos".
Este año la pareja tenía planificado celebrar su aniversario con un viaje a Orlando, Florida, pero la pandemia del covid-19 interfirió en sus planes. Sin embargo, esperan reencontrarse pronto y celebrar.
"Espero cumplir las expectativas que un hombre tiene de una mujer, que lo pueda hacer feliz, que pueda sentirse pleno, que ya en el atardecer de nuestras vidas podamos ser felices. Vivir el amor, el compañerismo. Me siento muy orgullosa del hombre que elegí y que Dios puso en mi camino", expresa emocionada Jéssica sobre el amor de su vida.
"Él me dice 'veo que tiene problemas, ¿la puedo ayudar en algo?'. Me doy vuelta y le digo '¿es chileno?', y él me responde que sí",
Jéssica Farías recordando el momento en que conoció a su esposo
"Fue el (día) más feliz de mi vida, un paso importante. Me emociona, considerando que yo le había dado mi corazón a Jesús y ahora se lo estaba dando a un hombre",
Jéssica Farías sobre su matrimonio