Limpiadoras de pescado recibieron el cariñoso aporte de sanantoninos
Dos particulares que no se conocían entre si llegaron con alimentos para repartir entre el sindicato de fileteadoras de la caleta, que se emocionaron con el gesto solidario.
Aprincipios de esta semana las páginas de nuestro diario relataron las penurias del grupo de 15 mujeres fileteadoras del muelle de la caleta Pacheco Altamirano golpeadas por un severo revés económico, a causa de la emergencia sanitaria, que las dejó sin poder mantener a sus familias.
El caso conmovió los corazones de dos sanantoninos que sin conocerse, ni tener relación alguna decidieron por cuenta propia aportar con alimentos para el Sindicato de Limpiadoras Fuerza de Arauco.
Se trató de un contratista de Llolleo que prefirió permanecer anónimo y de la empresaria del transporte Graciela Trigo, quienes llegaron con sus donaciones hasta e donde fueron recibidos con emoción por las fileteadoras.
Ximena Garay, presidenta del sindicato de limpiadoras, dijo que "es muy bonito ver que la gente reacciona y se acuerda que las limpiadoras existimos, es emocionante el cariño que nos dan porque llegamos a este punto donde tenemos que pedir ayuda porque no podemos trabajar y somos jefas de familia con hijos. Por eso todo lo que nos llegó lo vamos a repartir entre todas las compañeras porque aquí todas somos como una familia".
Sin que le tiemble la voz para decirlo la dirigenta Ximena Garay reclama que "la gente de San Antonio llega con ayuda donde no llegan las autoridades; así que ojalá que los que tienen cargos se acuerden de la gente que lo está pasando mal. Por eso es tan lindo lo que hacen estas personas que sin ninguna obligación nos traen todas estas cosas".
Emoción
Graciela Trigo afirmó que "la verdad es que todo Chile lo está pasando mal y hay personas que podemos ayudar y tenemos que hacerlo, estamos obligados a ayudar a nuestros hermanos sanantoninos y uno aquí ve que el Estado no está llegando con ayuda a la gente que más necesita. Como hermanos que somos los habitantes de este pueblo, si tenemos la posibilidad de ayudar a la gente que necesita tenemos que hacerlo".
Con la emoción en los ojos y el cariño de varias mujeres limpiadoras de pescado que tampoco pudieron ocultar su emoción detrás de las mascarillas esta empresaria sanantonina dijo que "emociona mucho llegar aquí y ver que la necesidad de ellas es grande y que lo poco que uno puede hacer para ellas es mucho porque lo están pasando mal. Eso como que igual lo rompe a uno porque uno trabaja en otra parte y no salimos a este mundo real que es este, el de la gente necesita y que nos necesita".
"Estamos muy contentas con esta ayuda que nos llegó porque hay mucha gente que lo está pasando mal", agregó Eevlyn León, otra de las esforzadas fileteadoras.
15 mujeres forman parte de este sindicado de limpiadoras de pescado.