La familia de "El Parralino" llora la partida de su maestro
Ayer murió Juan Sepúlveda, quien junto a su esposa mantuvo por 25 años este restaurante de comida casera.
Se fue con el penúltimo día de mayo de este año pandémico y cruel. A la edad de 80 años, ayer falleció quien junto a su esposa Julia Rodríguez Sandoval (76) fundara, hace ya 25 años, el restaurante "El Parralino", ubicado en la calle Luis González 450, en Barrancas. Juan Sepúlveda Gutiérrez, nacido en Parral, partió de este mundo y deja hundidos en el dolor a su compañera de vida y a su único hijo, Julio.
El fallecimiento del querido maestro de cocina, famoso por sus chupes de guatita, el insuperable perol de los días viernes, la portentosa cazuela de vacuno y sus exquisitas guatitas a la jardinera, ocurrió ayer. Así lo confirmó su hijo Julio Sepúlveda Rodríguez, quien estaba totalmente schockeado por la triste partida de su padre y no pudo entregar mayores antecedentes a este diario sobre las circunstancias del deceso de su progenitor.
Aunque la causa de su muerte sería un paro cardiaco, será la autopsia que hará el Servicio Médico Legal de San Antonio la que establezca con certeza dicha condición.
Así se marchó uno de los ricos cultores de la gastronomía chilena, un hombre que hasta sus últimos días estuvo cocinando los platos que llevaron a "El Parralino" a transformarse en un clásico e imperdible de San Antonio.
Juan Sepúlveda y su esposa le pusieron siempre amor y mística a sus preparaciones. En su local se respira un ambiente acogedor donde brotan intensos los aromas de la cocina chilena de antaño. El Parralino y sus sencillas mesas de madera, su viejo mesón que es la barra, sus manteles de hule de icónicos diseños de otras décadas, es un lugar para paladares exigentes y de preferencias criollas.
El profesor de Historia y Ciencias Sociales, el sanantonino Jaime Rodríguez Manríquez, visitó muchos veces El Parralino y ayer no quiso restarse para rendir un homenaje a Juan Sepúlveda.
"Don Juan deja un legado que considero un patrimonio de este puerto, las preparaciones del restaurante que mantuvo por años con su esposa, la calidez de su atención, la familiaridad de llegar a un espacio que fue la extensión de su propio hogar y el cariño que le ponía a sus preparaciones, fueron telón de fondo para jornadas inolvidables de conversación y esparcimiento en el local de la calle Luis González", afirmó el docente.
Según Rodríguez, "El Parralino es parte del alma del puerto, así como don Juan y su forma de ser marcó el alma de sus clientes. Hoy solo queda un respetuoso brindis por el descanso eterno y el deseo de paz a su familia. ¡Gracias Juanito, ahora parte de nuestra historia!", agregó Jaime Rodríguez.
Al cierre de esta edición no había información sobre el día y hora del funeral del querido Juan Sepúlveda.