"Adiós Parrita querido"
Con un homenaje de su familia, amigos y clientes despidieron al dueño de "El Parralino".
Frente al recinto donde pasó los últimos 25 años de su existencia, el dueño del restaurante "El Parralino", Juan Sepúlveda Gutiérrez, recibió ayer el homenaje póstumo con que la familia, amigos y comensales del local le brindaron el último adiós.
El hombre, que falleció el sábado a la edad de 80 años, es recordado por su espíritu bondadoso, su amabilidad y ese aire de abuelito querendón que además conjugaba con su habilidad para la cocina y su fanatismo por el club Colo Colo.
Él, junto a su esposa Julia Rodríguez Sandoval (76), construyó una marca en el rubro de la comida casera. A su local llegan comensales de distintos sectores y también de otras ciudades de Chile. Allí comen los pudientes y los que no tienen tanto, pero todos ellos atrapados por ese sabor inconfundible de los productos preparados con cariño y dedicación.
"El Parralino", con dos décadas y media de historia, perdió la mitad de su alma; la otra vive en Julia, la fiel compañera con la que don Juan vivió un matrimonio de 50 años, bodas de oro cumplidas recién en febrero pasado.
Pero la muerte de Juan Sepúlveda, ya dolorosa para su familia, lo fue más todavía debido a que sus seres queridos no pudieron velarlo, pues el médico que confirmó el deceso también dio cuenta de un posible contagio de covid-19. Por eso, en el hospital Claudio Vicuña le tomaron el examen PCR y aplicaron el protocolo de sepultación vigente para estos casos.
"Lamentablemente, por protocolo del hospital, el cual lamento mucho, lamento en el alma y en lo más profundo de mi corazón, no pudimos darle una despedida a mi papá como él se lo hubiera merecido", dijo Julio Sepúlveda, el hijo de Juan y Julia, sobre esta última situación.
Añadió que "mi padre pasó una noche complicada (el viernes), con complicaciones para respirar, las cuales se agudizaron en horas de la mañana (del sábado), luego llamé al Samu, llegó la ambulancia, y cuando eso pasó él ya estaba bien complicado, lo subieron y le practicaron reanimación... Fue un infarto que le dio, pero para descartar le hicieron el examen de PCR".
Por eso, apenas la carroza de la Funeraria Tobar ayer retiró el féretro desde la morgue local, este fue llevado hasta la calle Luis González, justo frente al restaurante "El Parralino".
Las veredas se llenaron de globos blancos y de vecinos que ni con las mascarillas lograron calmar su pena por la partida de don Juan.
Al arribo del cortejo, salió Julia desde el restaurante para llorar su pena junto a quienes conocieron a este hombre nacido en Parral, pero que se transformó en un respetado sanantonino.
La viuda, con la portada de Diario El Líder de ayer en que dimos cuenta del fallecimiento de su esposo, era abrazada por su hijo, mientras sonaban canciones rancheras y el tema "A mi manera" de Frank Sinatra, que fueron interpretadas por músicos de la zona.
"Desde que llegamos a San Antonio conocemos a don Juan, fuimos vecinos de él y siempre fue una persona muy agradable y muy cariñosa, nos acogió muy bien en el barrio...Se siente mucho la pérdida de él", dijo Alejandra Núñez, secretaria de la Cámara de Comercio Detallista de San Antonio.
La garra blanca
Juan Sepúlveda se llevó los aplausos y el amor de sus amigos y clientes, también el homenaje que le ofrecieron los hinchas de la barra de Colo Colo en San Antonio, que llegaron hasta "El Parralino" para realizar un banderazo y lanzar fuegos artificiales en reconocimiento a quien también fue un acérrimo fanático del club albo.
"Parrita, Parrita querido, los garreros jamás te olvidarán... Parrita que te vaya bien...", cantaron los integrantes de la Garra Blanca mientras el estruendo de los fuegos de artificio resonó en la calle donde don Juan recibió, por vez última, el cariño de quienes visitaban su restaurante. Luego, ya entrada la tarde, sus restos fueron sepultados en el Cementerio Parque Mirador, en Bellavista.
Julio Sepúlveda Rodríguez agradeció a todos quienes acompañaron a la familia en este duro momento de la vida, que sin duda, fue más triste aún por las circunstancias en que se efectuó el sepelio.
"Don Juan era una muy buena persona, tranquilo, muy buen vecino, estamos tristes por su muerte",
Olivia García, vecina.