El invisible enemigo que mata
por Milton Egaña, Director médico del IST.
Como ha ocurrido en muchas oportunidades en la historia de la humanidad, hoy nos enfrentamos a un agente infeccioso, que no logramos dimensionar, pero sabemos el daño que puede causarnos desde su invisibilidad mortal.
La Peste negra en el medioevo, o la Gripe española a comienzo del siglo XX son ejemplos que hoy revivimos con pavor. Los cuerpos diezmados, inertes, carcomidos por el oculto enemigo, crean temor, dolor y muerte. Pero más demoledor es el dilema de no saber cómo anularlo y aún peor es la sensación de la incertidumbre de no conocer cuándo acabará. La sensación de inseguridad e incertidumbre se incrementa cuando se siente que las puertas y ventanas cerradas, tampoco dan garantías de control.
Esta pandemia ha puesto en evidencia las injusticias de la iniquidad, de la mala distribución de la riqueza, de la precariedad de los trabajos y la ausencia de derechos sociales y laborales de gran parte de la sociedad. En Chile inicialmente lo vimos en los sectores más pudientes, pero solo por la circunstancia de que ellos son quienes importaron la enfermedad desde aquellos territorios extranjeros en que se encontraban vacacionando. Pero hoy vemos cómo crece sin detenerse en las comunas más pobres, con mayores tasas de hacinamiento, en viviendas pequeñas y con servicios básicos restringidos.
En estos momentos Chile muestra la TASA DE CONTAGIOSIDAD MÁS ALTA DEL MUNDO. Afortunadamente, la tasa de letalidad, es decir cuantos se mueren después de haber contraído la enfermedad, es baja. Chile ronda el 1% a diferencia de países de Europa quienes bordearon el 15%. Esto obedece a que el promedio de edad de los enfermos en Chile es bajo, a diferencia de Europa, Asia y EE.UU., donde el promedio de edad es bastante más elevado. Los jóvenes se enferman pero no se mueren. Afortunadamente en Chile los mayores han sido respetuosos de las indicaciones sanitarias y permanecen encerrados en sus casas. Sin perjuicio de ello, el 80% de los muertos en Chile son mayores.
Otro factor que ha influido ha sido la estructura organizacional del servicio de salud en Chile, junto a la calidad de sus equipos de salud.
San Antonio es un reflejo de lo que pasa en el país pero con cifras peores. Acá la tasa de mortalidad y de letalidad es el doble que en el resto del país. Lamentablemente se han conjugado malas y tardías estrategias del Ministro de Salud, sumado a una gran irresponsabilidad de la población joven.
Espero que esta pandemia pase pronto y solo sea un mal recuerdo.
"Esta pandemia ha puesto en evidencia las injusticias de la iniquidad, de la mala distribución de la riqueza, de la precariedad de los trabajos y de la ausencia de derechos sociales y laborales de gran parte de la sociedad".