Barrios en cuarentena, vecinos cuentan la realidad de las poblaciones de San Antonio
Desde la noche del martes el puerto se encuentra en confinamiento obligado por la emergencia sanitaria y en un recorrido por distintos sectores se pudo apreciar el encierro de la gente.
Las calles de San Antonio lucen prácticamente vacías con la población confinada en sus casas de los barrios del puerto, donde los dirigentes vecinales coinciden en asegurar que la mayoría de los pobladores ha optado por obedecer la cuarentena vigente y aunque nunca faltan los porfiados, en la suma ganan los obedientes.
Al subir hacia el cerro Bellavista, por ejemplo, se nota de inmediato la ausencia de personas en las calles y el tramo de San Antonio de Las Bodegas hasta Villa Holanda y Bruselas se puede hacer casi sin encontrarse vehículos en el camino.
En la parte alta del populoso cerro, Soledad Castillo, dirigenta vecinal de Bruselas, asegura que "son los menos los que salen y les digo a mis vecinos que tienen que pedir el permiso aunque vayan al almacén del barrio, se ve la responsabilidad porque hay poca gente en la calle y aunque nunca faltan los porfiados, esos son los menos".
Sobre la cuarentena, Soledad Castillo, quien además tiene a cargo el Telecentro del sector, explica que en su barrio los vecinos "han pedido los permisos para ir a la feria y ahí yo les digo que lo usen bien porque son solamente tres por semana. También tenemos mucha gente preguntando por las cajas y ahí uno tiene que aclarar que la ayuda va a llegar a todos y que hay que esperar".
En el cerro de al frente, en Placilla, don Juan Álvarez ha decidido no salir de su casa. Desde ahí este dirigente vecinal de la población Quinta Placilla, al final de la calle Gregorio Mira, cuenta que en medio de la cuarentena "ha visto que la gente ha tenido orden y se ha quedado adentro no más, nuestros viejitos todos se han entrado y nos hemos quedado en la casa aunque igual hay unos 'pirujas' por ahí que salen igual. Son algunos vecinos, los menos, que se juntan con las personas de los rucos de aquí cerca para tomar cerveza porque para ellos no hay cuarentena".
Preocupado por la situación sanitaria, Álvarez aprovechó de pedirles a sus vecinos y a los sanantoninos en general "que se queden todos dentro de sus casitas nomás y que la gente no se exponga para que podamos pasar esta pandemia que nos está golpeando".
Un poco más arriba en el mismo cerro Placilla la señora Elena Silva, dirigenta del sector de la Rotonda y de la calle San Miguel, dice con entusiasmo que sus vecinos "se han portado un siete con respetar la cuarentena y tenemos el control justo acá y eso es muy bueno porque son muchos los vehículos que pasan".
Con preocupación, Elena Silva hace un reclamo que es recurrente entre los dirigentes, pues, según ella, "el problema que tenemos es que en este sector no llega la ayuda que se entrega para los poblaciones a pesar que tenemos adultos mayores con problema. Sería muy importante que con urgencia llegara la ayuda porque la están necesitando y por eso esperamos que las autoridades se acuerden de este sector donde también tenemos gente que necesita un apoyo".
Llolleo alto
Al otro lado de la ciudad, Paola Améstica, presidenta de la Junta de Vecinos Los Aromos de Llolleo alto, cuenta a diario El Líder que "en este sector la gente es bien porfiada porque uno ve que se pasean por las calles como si nada y si estamos contagiados es justo porque hay personas muy porfiadas; si desde que partió la cuarentena aquí es como si no estuviera pasando nada, andan por las calles tranquilamente como si fuera mentira lo que está pasando".
Sobre los problemas económicos que trajo la pandemia y que se han visto agravados por la cuarentena, Paola Améstica relata que en Llolleo Alto "la gente está sin trabajo, la ayuda no llega y en nuestra población tenemos hartas mujeres temporeras que trabajaban en el corte de las frutillas, las lechugas, y desde febrero o marzo están sin trabajo y muchas de ellas son madres solteras que son mamá y papá que ahora viven de los familiares o de las colectas que hacemos los vecinos, porque cuando hay niños uno no puede decirles que no hay, así que lo están pasando muy mal aquí los vecinos porque no hay de donde sacar".
Autocuidado
Siempre en Llolleo, pero en la población Las Lomas, el multidirigente social Esteban Contreras, cuenta que con la cuarentena "no se ven muchos vecinos en la calle, se nota que la gente aquí se está quedando en sus casas y de hecho el día de feria que tuvimos no se vio mucha gente pasando. Eso es bueno porque el autocuidado es clave para que podamos superar esta emergencia y estas medidas que se debían haber tomado hace mucho tiempo, aunque lleguen tarde, hay que acatarlas porque es la manera de superar la pandemia".
Contreras reclama por la ayuda que no llega. "Lamentablemente el alcalde ha dicho insistentemente en la prensa que hay un trabajo coordinado con los dirigentes, pero no vemos que sea así ya que nos costó un mundo como dirigentes de Llolleo conseguir una ayuda para los adultos mayores y pasa que, igual que los carabineros, dicen que están todos enfocados en el tema de las cajas de mercadería pero hay otros temas como las familias que tenemos contagiadas en nuestros sectores y no sabemos qué protocolos seguir, a quién recurrir, entonces falta coordinación de la autoridad con los dirigentes y los vecinos".
"el lolerío"
Cerca de la boca del río Maipo, en Tejas Verdes, Elisa Malhue cumple su rol de dirigenta vecinal encerrada tanto como pueda y desde su confinamiento relata que "aquí los vecinos lo están pasando con respeto en sus casas y se ve que la gente sale lo justo y necesario a comprar lo más lejos aquí al Minimarket de Juanito; pero los vecinos se han quedado en la casa, si es más el 'lolerío´el que se ve que sale como si nada".
Igual que sus colegas dirigentes y dirigentas vecinales de San Antonio la señora Elisa quiso "recordarle a los vecinos que no hay que salir, que tenemos que cuidarnos y cuidar a los demás, tratar de no acercarnos, usar las mascarillas y respetar a nuestros vecinos, respetar a las otras personas y quedarse en la casa, porque si no tenemos que salir hay que quedarse en la casa no más".
Y así, tras el recorrido por San Antonio, las nubes de una lluvia que estaba anunciada comenzaron a cubrir las poblaciones del puerto. Hacia el final del día las calles vacías dominaron el paisaje de un pueblo en cuarentena.
"Aquí los vecinos lo están pasando con respeto en sus casas y se ve que la gente sale lo justo y necesario a comprar lo al Minimarket de Juanito",
Elisa Malhue.
"En este sector la gente es bien porfiada porque uno ve que se pasean por las calles como si nada y si estamos contagiados es justo porque hay personas muy porfiadas",
Paola Améstica.