La sanantonina que arrasa con poleras estampadas con potentes mensajes
Ariella Olivares se asoció con una amiga y mantiene su enfoque en productos con frases que apelan a distintas luchas sociales.
Lo que partió como un hobbie con la venta de productos para sus amigos, se convirtió hace poco más de tres años en el trabajo de tiempo completo de la sanantonina Ariella Olivares (32).
Aprendió serigrafía -técnica para realizar estampados- solo por curiosidad y fue así también como una de sus amigas la invitó a participar en una feria de artesanos latinoamericanos en Viña del Mar.
"Todo partió como por hacerle cosas a mis amigas cuando aprendí sobre serigrafía. Cuando una de mis amigas me invitó a la feria de Viña del Mar, la tienda tomó fuerza por completo, porque la gente se enteró de ella y también fueron pasando el dato, algo muy beneficioso. Fue ahí cuando comenzó bien la historia de 'Chincol' como un emprendimiento", cuenta.
La tienda Chincol Serigrafía tiene su mayor movimiento en Instagram, donde se pueden visualizar varios de sus trabajos.
Hace algunos años Ariella Olivares se radicó en Valparaíso por temas de estudio. Previo a la pandemia del covid-19, la emprendedora viajaba constantemente a la comuna para efectuar entregas de los bolsos y poleras que comercializa. Hoy todo se remite a envíos directo a los domicilios.
-¿Cómo confeccionan sus productos?
-Me asocié con una amiga de Valpo, Paula Araya. Ella es artista e ilustradora, entonces todo es un diseño propio. Tenemos ideas y mentalidades parecidas, así que somos un gran apoyo entre nosotras mismas. No siempre pensé en esto como un negocio, pero cuando en esa feria nos fue tan bien, vi una oportunidad.
El mensaje
Una de las primeras ideas que tuvieron fue estampar poleras y ropa de bebé con mensajes potentes y llamativos que encontraron en la misma calle.
"Partimos con la ropa de bebé porque las dos tenemos hijas de siete años y cuando empezamos ellas eran un poco más chicas. Siempre el enfoque de la tienda y sus estampados tuvo que ver con las frases de lucha y reflejarlas, por ejemplo, con una polera. Es algo muy mínimo quizás, pero poderoso", afirma Ariella.
-¿Cómo expandieron el rubro más allá de la ropa de bebés?
-Fue un poco porque muchas familias que nos compraban un producto nos preguntaban si hacíamos poleras para ellos. Inevitablemente teníamos que expandirnos, porque comenzamos a darnos cuenta que estábamos llegando a más gente. De esta forma la red de compradores se iba ampliando y nos hacíamos más conocidas.
-¿Por qué Chincol serigrafía?
-El chincol es un pájaro que silva muy fuerte, es como una analogía en nuestro caso. Los mensajes que buscamos transmitir con nuestras creaciones son de luchas territoriales, derechos fundamentales de las personas, de un sistema anticapitalista e incluso sobre el feminismo, luchas que nosotras mismas tenemos y compartimos. Queremos que dichas luchas y demandas, se escuchen tan fuerte como el silbido del chincol.
Familia y apoyo
A pesar de que Ariella Olivares se radicó hace algunos años en Valparaíso, toda su familia continúa viviendo en Llolleo, lugar en el que residió gran parte de su vida. Por lo mismo, siente que siempre estará ligada a la ciudad.
Por otra parte, ha sido importante durante todo este tiempo, el apoyo que ha recibido por parte de su familia y de sus propios clientes que la han ayudado para que el emprendimiento siga creciendo.
-¿Cómo ve su familia este negocio?
-Se nota que están contentos y comprenden la consigna que seguimos. Siempre he sentido que existen dos clases sociales. Y mi familia en San Antonio y yo siempre hemos pertenecido a aquella que apenas es escuchada y es la misma que debe salir a luchar por sus derechos. Por lo mismo, siempre quisimos estampar la voz de los que muchas veces se callan.
-¿Han tenido más apoyo?
-Sí, y ha sido fundamental en todo sentido. Al principio estampábamos frases que están liberadas. Ahora, en cambio, la mayoría de los diseños los hacemos gracias a los conocimientos de Paula en la ilustración. Sin embargo, igual fuimos puliendo los conocimientos y tomamos clases. Sin duda, el apoyo que más ha servido es el de la misma gente. Muchos nos hablan y nos dicen "vi esto, quizás les podría servir". De los proveedores también hemos aprendido cosas. Siento que todos remamos hacia el mismo lado y eso nos ha ayudado muchísimo, porque notas que todo ha servido de algo y se convierte de alguna forma en un trabajo colectivo. Al final, mi lucha es la lucha de muchos.