La hermandad invencible de dos jóvenes emprendedores
Con la llegada de la pandemia, la cesantía arribó al hogar de los hermanos Nicolás y Constanza Huerta, quienes no tardaron en reponerse y levantar su propio negocio de masitas caseras.
Los tiempos difíciles también tocaron la puerta de Nicolás y Constanza Huerta Pérez. En marzo, los hermanos pasaron a engrosar la alta cifra de desempleo del país, que en el trimestre febrero-abril fue de un 9%, el nivel más alto alcanzado en los últimos 10 años.
"Antes cuidaba a los niños de un matrimonio amigo después de clases. Los iba a buscar al colegio y luego me quedaba con ellos y los ayudaba en las tareas. Ellos dos son profesores, por lo tanto, producto de la pandemia ya no me necesitaban", comenta Constanza, quien tiene 20 años y un hijo de dos años, llamado Daniel Montes.
Lamentablemente, no fue la única de su casa en recibir esa triste noticia. "Tiempo después mi papá también quedó sin trabajo y no le pagaban el finiquito, fue un momento complicado. El Nico igual quedó cesante y ahora hace poco mi papá volvió a trabajar", cuenta la joven.
Manos a la obra
La madre de los jóvenes fue la única del grupo familiar que mantuvo su empleo, por lo que los hermanos decidieron jugársela y levantaron su propio emprendimiento, al que denominaron "Masitas Cony", puesto que ella es el talento detrás de las preparaciones caseras que venden.
"Hace más de un año mi abuela me dio su receta de calzones rotos y empecé a hacerlos. Siempre me decían que podría vender, que me quedaban ricos, que es un buen negocio y a la gente le gusta lo dulce. Hasta que pasó todo esto de la pandemia y bajaron los ingresos. Teníamos que ponernos a hacer algo y fue una buena idea vender calzones rotos", afirma "Cony".
Nicolás (23) cuenta que "nosotros y otros familiares siempre la alentamos a vender. Le decían 'Cony, si vendes te va a ir bien, te quedan ricos, quedan buenos, gorditos'. Con todo esto del covid-19 cachamos que la gente no salía tanto y siempre estaba buscando bajones para comer por internet y ver eso también nos animó a hacer esto".
Hace casi tres meses los jóvenes comenzaron a comercializar calzones rotos, sopaipillas y otros productos en su barrio -Alto Mirador- y alrededores, los que en un principio promocionaban a través de sus redes sociales personales. Ahora crearon una cuenta en Instagram (Masitas.cony), especialmente dedicada a mostrar sus creaciones culinarias y ofertas especiales, como la de una caja de variadas masitas con entrega a domicilio para el Día del Padre.
Vientos de esperanza
Nicolás comenta que "al principio nos compraba poca gente y la mayoría eran conocidos, pero ahora estamos recibiendo muchos pedidos de clientes que no son cercanos".
El talento de Cony rápidamente comenzó a hacerse conocido. "Encuentro que nos ha ido súper. Las primeras semanas que partimos nos fue excelente, teníamos muchos pedidos y ahora siempre tenemos encargos. Nos va bien, se vende harto", reconoce su hermana.
Debido a la positiva respuesta del público sanantonino, los hermanos han ampliado la carta de productos. Hoy también ofrecen pan dulce, bollitos de canela, pie de limón, kuchen de manzana, pan de aceituna, entre otros. Los pedidos los reciben al +569 9194 5133.
Roles
Cony se dedica de lleno a la cocina y Nico, como le ofreció muchas veces antes, hace los repartos, que son los días martes, viernes y domingo. El joven además maneja las redes sociales. "Como que esto explotó. Ahora tenemos gente que nos encarga sin falta y que siempre nos compra las mismas cosas, las mismas cantidades", asevera el hermano.
-Constanza, con estos resultados, ¿ahora te proyectas en este trabajo?
-Sí, ahora me proyecto en esto. Me gustaría hacer un curso de repostería para aprender a hacer tortas y especializarme en otras preparaciones.
Hermanables
Estos hermanos llegaron a la comuna puerto cuando Nico tenía cinco años y Cony, solo dos. Antes vivían en Santiago, pero de eso no quedan imágenes en sus memorias. "Hemos vivido prácticamente toda nuestra vida acá, al menos todos los recuerdos que tenemos son de San Antonio", asegura el primogénito.
Cuando se les pregunta cómo se llevaban cuando niños, responden, al unísono, que bien. "Desde chiquititos nos hemos llevado bien, nunca hemos peleado más allá de discusiones por cosas sin sentido, peleas de hermanos poh. Han pasado varias situaciones que nos han hecho más cercanos, pasar harto tiempo juntos y conocernos bien", valora Nicolás.
"Siempre hemos sido súper unidos, nos tenemos harta confianza", agrega Cony.
-¿Pensaron que iban a tener un emprendimiento juntos?
-Constanza: No, el Nico me decía ´Cony aprovecha, vende y yo voy a repartir´. Siempre he tenido el apoyo de él, pero lo veía lejano, le decía, sí, tal vez.
-Nicolás: Ella pensaba que la gente no iba a comprar, que íbamos a lanzarlo e iba a fallar. Los típicos miedos e inseguridades al empezar algo.
Las palabras de admiración mutua de los hermanos no tardan en llegar. "Es bacán trabajar con ella, es súper ordenada, aperrada, dedicada y constante. De hecho, ese es uno de los significados de su nombre, 'ser constante' y eso se refleja muy bien en ella", revela Nicolás.
Él destaca en su hermana que "a pesar de todo el cansancio que pueda tener, acostándose tarde y levantándose muy temprano, ella igual le da, sigue y lo hace bien. Ojalá este sea un pequeño gran paso para lo que se viene después, que puede ser esto o lo que ella se proponga. Uno nunca sabe, pero de que le va ir bien, le va a ir bien".
"Sin él este negocio no hubiera funcionado porque, como él dice a veces, es la cabeza de este emprendimiento. Espero que el resto de la vida sigamos teniendo la relación que tenemos, de hermanos muy unidos", expresa por su parte Constanza.
La joven valora el espíritu imbatible de su hermano mayor. "A pesar de todo lo que nos ha pasado, hemos salido adelante y el Nico siempre está con una buena cara, mantiene un buen ánimo pese a los problemas. Te sabe animar y acompañar. Él es un gran apoyo para mí y mi familia. Aunque no se lo digo mucho, lo respeto y lo amo mucho", confiesa Constanza, quien señala ser de pocas palabras, pero no se amilana en esta ocasión para expresar sus afectos hacia su hermano mayor.
"Hace más de un año mi abuela me dio su receta de calzones rotos y empecé a hacerlos. Siempre me decían que podría vender, que me quedaban ricos y que es un buen negocio",
Constanza Huerta
"Encuentro que nos ha ido súper. Las primeras semanas que partimos nos fue excelente, teníamos muchos pedidos y ahora siempre tenemos encargos",
Constanza Huerta
"Es bacán trabajar con ella, es súper ordenada, aperrada, dedicada y constante",
Nicolás Huerta, hablando sobre su hermana