Superintendentes cuentan sus historias entre llamas y rescates
En la conmemoración del Día Nacional del Bombero Voluntario, las máximas autoridades de los cuerpos bomberiles de Cartagena y San Antonio relatan por qué decidieron entregar sus vidas al servicio público.
Según la Ley 14.866, decretada en el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez, el 30 de junio de cada año se conmemora el Día Nacional del Bombero Voluntario.
Dicha normativa estableció esa fecha debido a la fundación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Para esa ocasión del año 1962, un grupo de bomberos de San Antonio asistió a un desfile conmemorativo en el Palacio La Moneda, en Santiago.
Entre ellos, se encontraba el voluntario de la Segunda Compañía de Bomberos de la comuna puerto, Sergio Guzmán Martínez (79) quien, hasta hoy, continúa con su oficio bomberil.
"De todos los que fuimos al desfile conmemorativo de ese 30 de junio de 1962, solo quedamos seis. Algunos han fallecido y otros se han retirado de la institución. Yo soy uno de los pocos que sigue activo en el Cuerpo de Bomberos de San Antonio", relata Guzmán, quien en la actualidad ocupa el cargo de superintendente del Cuerpo de Bomberos de San Antonio.
-¿Cómo partió en la institución?
-Soy nieto de uno de los fundadores del Cuerpo de Bomberos de San Antonio, don Ladislao Guzmán Plaza. Mi padre también se hizo parte de la institución. Por un tema de edad, él se retiró y en ese tiempo dieron de baja un carro bomba, que mi padre compró y lo convirtió en un camión normal. Entonces, las raíces con la institución vienen desde varias generaciones, sobre todo de la Segunda Compañía de San Antonio. Yo me convertí en bombero el día 4 de mayo de 1960 y desde ahí sigo activo. Esto a uno lo hace muy feliz, el mismo cariño de la gente es satisfactorio.
Familia bomberil
Para muchos, esta labor, que en nuestro país es completamente voluntaria, se basa en el compromiso y las ganas por querer servir a la comunidad.
Es así también, como en muchos casos, distintas generaciones de una misma familia deciden convertirse en bomberos.
A esas familias pertenece Miguel Rojas Napoli (56), quien hoy se desempeña como superintendente del Cuerpo de Bomberos de Cartagena y también como presidente provincial de Consejo del Cuerpo de Bomberos de la provincia de San Antonio.
"Me hice bombero de la Primera Compañía de Bomberos de Cartagena en 1981. Entré a esa labor porque mi padre era bombero. Él me fue motivando a querer desempeñarme en esto que es un servicio a la comunidad tan noble. La emoción que pensé que me entregaría la institución sigue intacta en cada llamado al que acudimos", confiesa Rojas Napoli, especialista en rescates vehiculares.
Sus dos hijos, Miguel y Antonio Rojas Valdés, también decidieron convertirse en bomberos. Al igual que él, gracias al legado que les ha dejado su padre.
"Soy técnico electricista y con los conocimientos que he adquirido en la institución, siento que también puedo aplicarlos en mi trabajo diario. Sin lugar a dudas, no tengo intención de dejar la institución, yo me voy a morir en este servicio a la comunidad", reconoce el integrante de la Primera Compañía de Bomberos de Cartagena.
Los cambios
Para ambos superintendentes, las funciones que cumplen los voluntarios y también las dinámicas han cambiado con el paso de los años.
Sin embargo, rescatan que, con los nuevos tiempos, los bomberos debieron comenzar a realizar capacitaciones que les permitieran desempeñarse de la mejor forma ante situaciones de riesgo.
-¿Cómo ha cambiado la institución con el paso del tiempo?
-Sergio Guzmán: Cuando entré a Bomberos de Chile, usábamos una casaca de cuero, un casco de cartón piedra y una toalla para el cuello como protección. Esos eran todos nuestros implementos de seguridad ante un incendio. Soy de aquellos de la época romántica de los bomberos y mucho ha cambiado. Ahora incluso somos a lo primero que la gente recurre cuando se encuentran en una situación complicada.
Miguel Rojas: Mi padre fue bombero por más de 50 años, tanto mis hijos como yo seguimos sus pasos. Por lo mismo puedo decir que esto ha cambiado mucho. Ahora las cosas incluso son un poco más complejas y fue el miedo que tuve cuando mis hijos quisieron convertirse en bomberos, porque claro, ahora nosotros somos quienes debemos acudir a otras emergencias. Ya no somos solo los que apagamos incendios.
-¿En qué creen que se ven esos cambios?
-Sergio Guzmán: Tal como mencionaba antes, la figura del bombero se convirtió en algo vital para la comunidad. Estamos cuando el gato se queda atrapado en el árbol, cuando alguien se queda encerrado en su casa y, claro, en los incendios. Esto es algo que se hace con amor, uno paga por ser bombero y comprar cosas, no al revés. Con el paso del tiempo se nos ha pedido que seamos parte de otras labores, por lo mismo es que hemos ido haciendo cursos e incorporando nuevos conocimientos que después se vuelven primordiales.
Miguel Rojas: Con esas tareas más nuevas que ahora desempeñamos es que surge un poco el miedo a veces por parte de las familias, porque uno igual está en riesgo en ocasiones. Sin embargo, este es un trabajo muy lindo, que a todos los que somos parte nos llena mucho. Hay mucha adrenalina y siempre uno está adquiriendo nuevos conocimientos. Hay una preparación constante para todos los voluntarios. Es muy poca la gente, además, que critica nuestra labor o que no la toma bien. Eso se ve muy pocas veces en la provincia de San Antonio, aquí la gente quiere a sus bomberos.
Nuevas generaciones
Las compañías que forman parte del Cuerpo de Bomberos de la comuna de San Antonio cuentan con brigadas juveniles, las cuales preparan a jóvenes de la comuna que no cuentan con la edad reglamentaria para convertirse en bomberos.
Esto también les ha demostrado a los miembros más antiguos que la vocación de muchos jóvenes sigue intacta a pesar del paso de los años .
"Los brigadieres de las distintas compañías son nuestras pequeñas joyas, que cada día pulimos para el futuro. Ellos nos demuestran con su entrega que la vocación sigue intacta y que aún le transmitimos eso a la población. Mi familia, por ejemplo, siente mucho orgullo de que yo a esta edad pueda seguir en mis funciones, incluso en medio de la pandemia como superintendente", expresó Sergio Guzmán Martínez quien, durante esta emergencia sanitaria, ha debido desempeñar sus labores desde su hogar.
"Yo me convertí en bombero el día 4 de mayo de 1960 y desde ahí sigo activo. Esto a uno lo hace muy feliz, el mismo cariño de la gente es satisfactorio",
Sergio Guzmán Martínez, superintendente del Cuerpo de Bomberos de San Antonio
"No tengo intención de dejar la institución, yo me voy a morir en este servicio a la comunidad",
Miguel Rojas Napoli,, superintendente del Cuerpo de Bomberos de Cartagena
"Ahora nosotros somos quienes debemos acudir a otras emergencias. Ya no somos solo los que apagamos incendios",
Miguel Rojas Napoli