La Legión Extranjera en la lucha contra el coronavirus
por Milton Egaña Darricarrere, médico jefe del IST.
A pesar de que Chile tiene la tasa de contagios por corona virus más alta del mundo; afortunadamente, los que contraen la enfermedad y mueren son bajos en relación a otros países. Tantos contagios se explican por una muy mala estrategia al iniciarse la pandemia. No hubo una eficiente identificación, ni aislamiento de los enfermos y sus contactos, lo que determinó que se provocara el incendio.
Sin reconocer los factores sociales que determinan la salud (vivienda, medio ambiente, educación, salario, etc.), el gobierno se preparó para tratar enfermos. El discurso oficialista desde el comienzo puso el énfasis en la llegada de respiradores mecánicos. Esto es totalmente contrario a la máxima que dice: "es mejor prevenir que curar".
Con los enfermos abarrotados en los hospitales la estrategia era tratarlos bien, y aquí podemos encontrar la explicación a la baja letalidad. Un factor no menor es que en Chile los enfermos son mucho más jóvenes que en otras latitudes. En ellos la enfermedad es habitualmente de carácter leve, y se trata con medidas muy básicas, no requiriendo hospitalización.
Afortunadamente, nunca se produjo el colapso completo de los hospitales, como pasó en Europa. La temida "última cama", no llegó nunca y veo difícil que así ocurra. Aquí se debe reconocer la adecuación de los hospitales, cuya infraestructura por sí sola no bastaba. Se requiere además, de personas con sus conocimientos y habilidades para tratar a los enfermos.
El servicio público chileno; no así el privado; presentaba severas deficiencias de profesionales y particularmente especialistas; los cuales, por razones que no analizaré ahora, se concentran en el sector privado.
Esto era particularmente dramático en el hospital de San Antonio, donde no existía la cantidad de médicos para cubrir los cupos en el servicio de urgencia. Otro antiguo dicho proclama: "No hay mal que por bien no venga". En los últimos años llegaron al país muchos profesionales médicos, formados con especialidades, huyendo de dictaduras y/o graves crisis económicas. El servicio público de salud, que presentaba una gran oferta de cupos de trabajo, fue un nicho fértil para estos colegas, que huían con sus conocimientos a cuestas.
Esto ha determinado que en la primera línea del Servicio de Urgencia del hospital de San Antonio, dos de cada tres médicos son extranjeros: 19 venezolanos, 5 colombianos, 2 cubanos, 2 ecuatorianos y solo 14 chilenos. Así, los médicos extranjeros son actores importantes de la salud pública de nuestro país, donde se dedican principalmente a atender a los estratos más pobres de la población, copando el espacio dejado por médicos chilenos.
En virtud de los antecedentes los chilenos debemos agradecer a estos colegas, que al igual que un Simón Bolívar, Francisco de Miranda y José de San Martín, practicaron la fraternidad con sus hermanos americanos defendiendo contra enemigos, sin mirar los límites de las fronteras.
"En la primera línea del Servicio de Urgencia del Hospital de San Antonio, dos de cada tres médicos son extranjeros".