Cómo lo hacen los locales gastronómicos para mantenerse en pie en la pandemia
Luego de permanecer varias semanas con sus puertas cerradas, han debido recurrir al servicio de delivery o entregas a domicilio para generar ingresos en medio de la crisis. Mientras tanto, se están preparando para el regreso.
Complicados, pero con fe. Así están por estos días de pandemia los emprendedores sanantoninos que se dedican al rubro de la gastronomía en la zona.
Debido a la emergencia sanitaria y a la cuarentena que rige sobre la comuna de San Antonio, los restaurantes y otros locales de expendio de comidas han permanecido cerrados hace varias semanas, sin posibilidad alguna de recibir público en sus dependencias.
Ante esta dura e incierta realidad, los comerciantes han tenido que aprender a reinventarse para continuar generando ingresos.
Un ejemplo de aquello es la sanguchería y bar Araukasa, ubicado en avenida Barros Luco 2584 -frente al estadio Municipal-, que se estaba preparando con todo para festejar su primer aniversario, justo cuando la autoridad sanitaria decretó el cierre de estos establecimientos.
"Estábamos listos para nuestro primer aniversario, el 20 de marzo. Sabíamos que esta no era una situación fácil y que íbamos a tener que cerrar como había pasado en otras ciudades. Sin embargo, no esperábamos que fuera tres días antes de nuestra celebración", cuenta Luis Berríos, dueño del local.
Tras la orden de bajar las cortinas a contar del 17 de marzo pasado, la sanguchería permaneció dos meses sin funcionar. Pese a ello, Berríos explica que este tiempo les sirvió para aprender.
"Fueron dos meses en los que no tuvimos actividad alguna, pero pasa el tiempo y se vuelve un poco complicada la parte de los ingresos. Nos acogimos en primera instancia a la Ley de Protección al Empleo y fuimos aprendiendo sobre el tema. Claramente, no somos expertos, pero nos sirvió para ver qué podíamos implementar para de alguna forma seguir funcionando", revela.
-¿Había muchas ideas en mente?
-Más que muchas ideas, tuvimos que ir viendo cómo implementar cosas, cómo reinventarnos en nuestro propio rubro y de alguna forma ir copiando otros modelos. Creo que lo primordial aquí era encontrar la forma de trabajar, pero sin que fuera un riesgo para ninguno de los integrantes de nuestro equipo. Así llegamos al tema delivery.
La "reapertura"
Desde el 12 de mayo, una parte del staff volvió al trabajo para atender a su público con un sistema de reparto a domicilio y con retiro en el local, modalidades que tuvieron un muy buen recibimiento.
"La gente podía hacer su pedido por teléfono y después retirar, u optar por el delivery. Funcionó súper bien y, después, cuando empezó a regir la cuarentena aquí en San Antonio, continuamos funcionando solo con el reparto a domicilio", detalla el propietario de Araukasa.
Hoy, el local de la avenida Barros Luco opera con solo cuatro de sus miembros: un cocinero, un encargado de la barra, una cajera y un repartidor de pedidos.
Ante esta situación, el equipo ha intentado innovar con nuevos productos y formatos.
"Para llegar al público de buena forma y tener un mejor recibimiento, durante los meses que no funcionamos inventamos la Auraukaja (una caja) para que fuera la misma experiencia de estar disfrutando todos los productos en nuestro local, pero en la comodidad del hogar", sostiene Berríos.
Luego de la Araukaja, incorporaron sus característicos tragos, ya que "todos los disfrutaban cuando podían venir. Ahora, para que la experiencia sea completa, los agregamos a la carta en frascos de vidrio de medio y de un litro", añade.
Cambio de comuna
Hace ocho años, el sanantonino Patricio Riquelme y su esposa crearon Jengibre y Canela, una productora de eventos gastronómicos y arriendo de vajilla que se ha hecho muy conocida en la zona.
"Hace dos años abrimos Limón y Canela, un food truck ubicado en el paseo Bellamar, que está enfocado principalmente en el turismo, por lo que ofrece productos del mar y crepería. Hoy ambos locales permanecen cerrados, lo cual es muy lamentable para nosotros", reconoce Riquelme.
Los principales ingresos de este empresario gastronómico provenían de los eventos que organizaba con Jengibre y Canela, sin embargo, todo se vio suspendido por la prohibición de reuniones, sumado al cierre de los locales a partir del 16 de marzo.
"No podemos hacer ningún evento, porque la gente no celebra matrimonios o bautizos, por ejemplo. Algo similar nos ocurrió en octubre. Este año esperábamos reponernos, hasta que ocurrió esto de la pandemia. Si bien todas las áreas comerciales se han visto impactadas, la gastronómica es de las más afectadas, porque sin clientes, cuesta mucho tener ingresos", asegura.
El tercer local
Ante el éxito y la buena acogida que recibían los primeros dos locales, el "Pato" Riquelme se la jugó y el año pasado tomó la concesión del restaurante del Club Santa María del Mar, en Santo Domingo.
Fue en este establecimiento donde vio una oportunidad para continuar generando recursos y pagar el arriendo de los otros locales, además de cubrir otras necesidades, como el sueldo de los trabajadores.
Muy difícil
"El primer mes en que tuvimos todo cerrado, funcionamos bien. Al segundo todo se complicó y tuvimos que acogernos a la Ley de Protección del Empleo, a través de la AFC (Administradora de Fondos de Cesantía). Sin ningún local abierto, es muy difícil continuar, porque por más que uno tenga ahorros, estos se acaban", confiesa el emprendedor.
Hace casi un mes el también chef, en compañía de tres colaboradores, comenzó a trabajar en el restaurant de Santa María del Mar, pero solo dentro de la comuna parque y con un servicio de reparto a domicilio.
"Obviamente no puedo tener a todos los trabajadores en el local, además que no son tantos los pedidos que hacemos, como sí pasaba antes. Adicionalmente, hemos tenido que bajar los precios de nuestros productos para poder llegar a más público", afirma Riquelme.
-¿En algún momento pensó en despidos o en cerrar definitivamente alguno de sus locales?
-Con mucho dolor hemos tenido que desvincular a varios de nuestros trabajadores durante las últimas semanas porque la situación está insostenible. Ellos entienden eso, porque esto para nadie es fácil. Además, nos hemos comprometido con ellos a que cuando volvamos, los reincorporaremos lo antes posible. Para muchos puede ser muy fácil pensar en cerrar el local, pero esto es algo por lo que con mi mujer luchamos y este es el sueño de nuestras vidas.
-¿Y cómo han resultado las estrategias implementadas en las últimas semanas?
-Han funcionado y nos han ayudado mucho. Claramente no nos dan los ingresos que teníamos con los tres locales antes de la pandemia. Si no fuera por el restaurante (de Santa María del Mar) no tendríamos nada, porque hoy es nuestra principal fuente de ingresos. Todo pasa por algo y ese algo fue que tuviéramos la concesión de este local. Cuando todo esto acabe y la gente pueda salir, queremos hacer el llamado a que los clientes vuelvan a creer en los negocios sanantoninos y prefieran los locales de la provincia para así reactivar la economía de la zona.
"Creo que lo primordial aquí era encontrar la forma de trabajar, pero sin que fuera un riesgo para ninguno del equipo",
Luis Berríos,, sanguchería y bar Araukasa
"Si bien todas las áreas comerciales se han visto impactadas, la gastronómica es de las más afectadas, porque sin clientes, cuesta mucho tener ingresos",
Patricio Riquelme,, empresario gastronómico
"No podemos hacer ningún evento, porque la gente no está celebrando matrimonios o bautizos, por ejemplo",
Patricio Riquelme