Toma de Bellavista: mujeres luchan para sacar adelante su olla común
Hasta mil almuerzos a la semana reparten en la Villa La Unión, del cerro Bellavista, donde por estos días necesitan urgente ayuda para mantener activo este comedor solidario.
Por la calle Manuel Bulnes del cerro Bellavista, en el límite poniente de la populosa urbanización, desde fines del año pasado comenzaron a aparecer las primeras casitas de un campamento que ahora ya logró juntar a San Antonio con Cartagena y cuya extensión llega hasta la orilla misma del sector de Pelancura.
En uno de estos emplazamientos denominado "Villa La Unión", hace varias semanas un grupo de aproximadamente 40 familias tuvo que organizarse en una olla común que a duras penas ha logrado mantenerse.
Francisca Ramírez es una de las esforzadas mujeres que, junto a Nicole Campos, dedica sus días a reunir los alimentos que tres a cuatro veces por semana permite dar de comer a unas 250 personas.
"En el momento en que empezamos a quedar cesantes por la pandemia, decidimos ayudar a la gente que vive en esta toma porque muchos a veces no tienen ni un pan para pasar el día. Entonces ahí nos organizamos con los vecinos para ayudar a las familias que estamos aquí en la Villa La Unión", explica Francisca.
Para poder mantener la olla común, lo que hacen estas mujeres es "ir por las distintas casas de acá del campamento y cada familia aporta con lo que tiene o con lo que puede. Después de eso vemos las donaciones y ahí decidimos qué es lo que haremos de almuerzo. Estamos haciendo almuerzos los lunes, miércoles y viernes y fin de semana por medio", añade. Además de eso logran reunir algunas colaboraciones a través de las redes sociales.
Según Francisca Ramírez, "el problema principal es que en esta parte de la toma, donde somos unas cuarenta las familias que estamos viviendo, hay mucha gente que quedó sin trabajo. La emergencia por el covid-19 dejó a muchas familias sin los recursos mínimos para poder vivir. Por eso no nos quedó otra que empezar a organizarnos para hacer esta olla común que cada vez que funciona permite llevar almuerzo a unas 250 personas".
Necesitan ayuda
En vista del importante trabajo solidario que estas mujeres están realizando para compartir unos mil almuerzos cada semana, la ayuda se hace mucho más que necesaria. "Por ahora lo más urgente es juntar los alimentos para que la olla común de la Villa La Unión siga funcionando. Por eso queremos hacer un llamado a la gente que pueda colaborar a que lo haga y nos done alimentos para seguir preparando los almuerzos", solicitó Francisca.
Para aportar solamente hay que llegar a la "toma frente a la población Aguas Saladas, por Manuel Bulnes, y se entra por el paradero que tienen las micros. Ahí nos van a encontrar trabajando por nuestros vecinos, por los niños y por las mujeres que estamos en esta toma tratando de pasar toda esta crisis económica".
A las autoridades
Esta misma pobladora también emplazó a las autoridades de la zona a que "se acuerden que nosotros existimos. No les pedimos que vengan, pero que por lo menos se acuerden que aquí hay niños, adultos mayores y familias completas que lo estamos pasando mal con el barro, la humedad y las lluvias. A eso se suman los problemas económicos que se traducen en que mucha gente no tiene para comer".
Fosas llenas
Nicole Campos también lidera este comedor solidario que desde una modesta vivienda de campamento. "No nos queda otra alternativa que buscar la forma de ayudar a nuestros vecinos con esta olla común que no es el único problema que tenemos, ya que con las últimas lluvias las fosas se llenaron y ahora nosotros y nuestros niños estamos expuestos a infecciones y contagios. Ojalá alguien pudiera ayudarnos con ese problema porque estamos viviendo en peligro".
"Decidimos ayudar a la gente que vive en esta toma porque muchos a veces no tienen ni un pan para pasar el día",
Francisca Ramírez
"El problema principal es que en esta parte de la toma, donde somos unas cuarenta las familias que estamos viviendo, hay mucha gente que quedó sin trabajo",
Francisca Ramírez
250 personas almuerzan cada vez que las mujeres preparan la olla común en la toma.