El drama de la familia de una niña de 11 años que espera una urgente cirugía
Martina Paz Bravo padece una severa escoliosis que le causa problemas en sus órganos internos. Y como se trata de una enfermedad degenerativa, cada día que pasa hace su corta vida un poco más compleja.
El sol lánguido del invierno cae por encima de los techos y abraza los patios y jardines de la amplia avenida Manuel Montt de la Villa Miramar, en la parte alta de Barrancas. Por cada casita de este barrio obrero se tejen las vidas que dan forma a este pueblo y a través de una de las ventanas los ojos de Martina se clavan en la calle con ganas de salir a jugar.
Pero no puede. Es el día 45 de la cuarentena en San Antonio y esta pequeña de 11 años debe cuidarse mucho más que cualquier niña que mira por la ventana con ganas de salir a jugar. Martina Paz Bravo padece una severa escoliosis que le causa problemas en sus órganos internos. Y como se trata de una enfermedad degenerativa, cada día que pasa hace su corta vida un poco más compleja.
La madre de Martina, Violeta Bravo, relata que desde abril pasado su pequeña espera una cirugía que se ha pospuesto porque su necesidad de cuidados intensivos se ha postergado para atender los contagios más graves por covid-19. Con algo de resignación y angustia, cuenta que "la última vez que fuimos al médico, como en marzo, le preguntamos al doctor si había alguna posibilidad de que a la Martina la trasladaran a la Teletón para operarla allá. Nos respondió que la llamarían en abril, pero justo empezó la pandemia".
Urgente
La madre agrega que la postergación se genera porque "ella necesita la cama UCI, pero con el coronavirus se ha hecho muy difícil. Por eso sentimos angustia, porque esperamos que todo esto pase para que a ella la llamen y ojalá que esté en una lista de espera con prioridad, porque cada mes que pasa a ella se le va haciendo más complicado respirar, caminar y desenvolverse por sí misma".
Lo peor es que pasan los meses, los contagios no bajan y la lista de espera para cirugías de mayor complejidad no se mueve. Mientras, Violeta sufre por el deterioro de la salud de su pequeña.
"Ahora yo la meto a la ducha y termina cansada. No puedo echarle su cabecita hacia atrás porque le duele la espalda y le complica mucho hacer todas sus cosas. Los doctores me dicen que no depende de ellos porque hay una lista muy grande y mi preocupación es que pasan los meses y ella necesita su cirugía. Yo no necesito plata ni ayuda económica, lo único que necesito es que la Martina esté en una lista de espera para que la llamen lo antes posible", afirma la progenitora.
Un milagro
Martina ha tenido que sufrir las consecuencias de su enfermedad desde su nacimiento. De hecho, su madre recuerda que "estuvo hospitalizada hasta sus dos añitos y ya tiene nueve cirugías, entonces ha resistido hartas operaciones y ella ahora es como un milagro. Por eso es más que angustia lo que me pasa al verla así, porque sube la escalera de la casa a descansos y le falta el aire para respirar. Pasan los días y veo que se va deteriorando su salud".
Por eso, esta mujer, que también sufre una enfermedad crónica, todos los días mira las noticias "con la esperanza que baje la pandemia, pero no pasa nada y a ella misma no le gusta mirar la tele porque dice: 'no pasa nada con esta cuestión'. Lo único que quiere es salir y volver al colegio, pero no se puede porque no nos podemos exponer, menos como está ella con su condición. No nos queda otra que seguir esperando que pase todo para que Martina pueda tener la operación que necesita".
"Cada mes que pasa a ella se le va haciendo más complicado respirar, caminar y desenvolverse por sí misma",
Violeta Bravo,, madre de Martina