La joven que emprende por amor al medio ambiente y a la mujer
Nataly Orellana comenzó hace unos meses a comercializar toallas higiénicas reutilizables y otros productos pensados especialmente en las necesidades de las damas.
Nataly Orellana Sandoval tenía 10 años cuando nació su amor por el cuidado del medio ambiente. Estudiaba en el colegio Presidente Aguirre Cerda de Cartagena y su hermana mayor se había integrado al Grupo Ecológico Cartagena Joven, que lleva 21 años de trabajo en la comuna. Ella siguió sus pasos y hoy lleva 16 años formando parte de esta organización.
"Desde la básica con mis amigas somos parte del grupo, que ha marcado por completo todas las cosas que hago en mi vida. Estuve casi toda la básica y el liceo participando activamente, haciendo diferentes labores, como limpieza de playas y de quebradas y proyectos documentales. Todo lo que te imagines que hace un grupo ecológico lo hemos hecho", expresa.
Nataly sostiene que "todo lo que sé de medio ambiente ha sido gracias a esta organización. Con ellos también aprendí a comunicarme, porque siempre fui súper tímida para muchas cosas, pero en el grupo me pedían que fuera a entregar panfletos y yo iba. Gracias a ellos siento que he ido desarrollando muchas herramientas necesarias para la vida, no solo en el área ecológica, sino también para enfrentarme a las personas y a exigir mis derechos".
-¿Qué opinas sobre la realidad medioambiental local?
-Siento que la gente tiene poco conocimiento sobre esta temática. Cartagena siempre ha sido tachado de basurero en el verano, se dice que viene gente de afuera a ensuciar. Y es verdad, hay quienes lo hacen, pero también hay mucha gente de aquí que no es consciente. En el invierno vemos que no están ni ahí con las quebradas, tiran la basura donde sea y no les preocupa.
La joven considera que organizaciones como en la que participa son fundamentales en el proceso de concientización de toda la sociedad. "En esos tiempos el municipio no estaba comprometido con el tema de la ecología, la basura y el reciclaje. Nosotros fuimos gestando este bichito en diferentes instituciones, desde las juntas de vecinos hasta los alcaldes, que empezaron a ser partícipes de los programas que hacíamos y de los proyectos que ganábamos. Se podría decir que todo lo que el municipio está haciendo ahora en materia medioambiental es gracias al grupo ecológico".
Vida consciente
Su preocupación por la ecología la ha llevado a tomar diversas medidas en su cotidianidad. Ella y su familia evitan comprar productos envasados en plástico, separan los desechos orgánicos para compost, usan el agua de la lavadora para el riego y, desde antes que fuera obligatorio, ella ocupa bolsas reutilizables para hacer sus compras.
"Lo principal en mi casa es que nada es considerado basura hasta que de verdad no le encontramos una nueva forma útil. Se piensa mil veces antes de botar algo y siempre nos la ingeniamos para darles una nueva vida a los supuestos desechos", comenta.
No más plásticos
La eliminación del consumo de plástico también la llevó a su higiene íntima. Desde hace años dejó de usar toallas higiénicas desechables. "Comencé a utilizar toallas higiénicas reutilizables, en complemento con la copita (menstrual). Ahora en el verano quise volver a adquirir de estas toallitas, pero no encontré chicas acá en el Litoral", comenta.
Ante la falta de oferta en la provincia, empezó a elaborarlas por su cuenta. "Trabajaba como cajera en el supermercado de la plaza, La Unión, y en mis tiempos libres las fabricaba. Comencé a contarles de mi proyecto a amigas cercanas y todas estaban súper motivadas, porque muchas las desconocían. Y pensé que, además de venderlas, podría enseñarles a las chicas las alternativas que tienen en la salud íntima".
"perjudiciales"
"Siempre tuve el conocimiento que las toallas desechables son perjudiciales para el cuerpo. Contarle eso a amigas me abrió un mundo diferente y entendí que no todas lo sabían, y estaban usando productos que les hacían daño a su cuerpo y además al medio ambiente", expresa la cartagenina.
-¿Por qué serían dañinas?
-Los tampones y las toallas higiénicas vienen con diferentes productos tóxicos, que se usan para blanquear el algodón o para que sean más absorbentes. Estos componentes son dañinos para nuestro cuerpo, porque la zona íntima está expuesta a absorberlos.
Como ejemplo, dice que "cuando tu periodo es doloroso puede estar relacionado a que estás en contacto con muchos tóxicos por el uso de estos productos de higiene personal, que pueden provocar desórdenes hormonales y hasta cáncer. Existen muchos estudios al respecto e incluso hay un caso de una modelo (Lauren Wasser), que tuvo síndrome de shock tóxico por el uso de tampón y perdió sus piernas.
Para Nataly este emprendimiento es relevante, además, porque "me he dado cuenta que muchas mujeres viven ajenas a su propia anatomía. Conocerse a una misma tiene mucho valor y enseñarles a las demás chicas a atreverse a hacerlo, siento que es parte de la revolución que estamos viviendo. Y qué mejor que dando herramientas como esta y también enseñar y decirles a las chicas que cualquier consulta que tengan, estoy dispuesta".
La Útera
Tras unos meses trabajando en su emprendimiento y de cajera, Nataly se decidió por "La Útera", como bautizó a su ecológico negocio.
"Tomé la decisión de renunciar y arriesgarme. Apenas entregué la carta de renuncia, me empezaron a llegar muchos pedidos, y así ha sido hasta ahora. Todas las semanas tengo encargos y las chicas han recibido muy bien mis trabajos, me han pedido una vez y después lo vuelven a hacer, y se han pasado el dato. Siento que todo el conocimiento que tengo y el cariño que le entrego a mi trabajo está dando frutos", afirma con orgullo.
Además de las toallas reutilizables (que tienen una duración de hasta cinco años y son fabricadas con telas -diseños a elección- impermeables y de algodón), elabora protectores diarios, absorbentes mamarios, pétalos desmaquillantes y guateros de semillas, entre otros, los que tiene a la venta en su Instagram "La.utera".
Su objetivo es "mostrar que se pueden usar productos reutilizables y que sí puedes aportar de alguna forma con el medio ambiente en tu día a día".
Espíritu colaborativo
Nataly se tituló de Ingeniería Comercial en 2017, pero no pudo encontrar trabajo en su área. "Salí de la 'U' y busqué trabajo en Santiago, pero me fue mal. Me vine a buscar acá y también me fue mal, por lo que terminé como cajera y con varios emprendimientos a medias hasta que salió esto".
Antes de su negocio actual, vendió pie de limón y otras preparaciones, pero no tuvo el éxito que esperaba. También postuló a fondos estatales para levantar un almacén a granel, con las características ecológicas que soñaba, pero ese plan tampoco resultó. La Útera vino a demostrarle que sí podía: "Estoy súper contenta con que esto me haya resultado y más encima en un área que siempre he querido, que es la ecología".
Debido a sus fracasos y logros, se siente motivada para aconsejar. "A las chicas que quieren emprender pero no se atreven, les digo que lo hagan. Si están trabajando, dedíquense a eso al menos en sus tiempitos libres. Mientras lo hagan de corazón y con todas las ganas, lo van a disfrutar caleta, más aún si después les va bien", manifiesta.
"Si quieres buscar cómo hacerlo, está todo en internet, y si me quieren pedir ayuda, también estoy dispuesta a todo. Siento que esto me ha entregado caleta y que tengo mucho para compartir con todas las chicas que quieran", sostiene feliz la emprendedora.
"En el invierno vemos que (algunos vecinos) no están ni ahí con las quebradas, tiran la basura donde sea y no les preocupa",
Nataly Orellana
"Lo principal en mi casa es que nada es considerado basura hasta que de verdad no le encontramos una nueva forma útil",
Nataly Orellana