Juan Gilberto Hernández O.
El pasto verde creció después de la lluvia por todo el frente sur de la calle Luis Reuss en la Villa El Trigal de San Antonio, dándole al paisaje un tono primaveral que contrasta de manera salvaje con el realidad que Abdul Razzak estaba acostumbrado a ver en Arabia Saudita.
Desde 2017 Abdul Razzak, de 48 años, se encuentra viviendo en San Antonio, tras una visita a Chile que terminó transformándose en un viaje sin retorno al lejano Oriente Medio desde donde procede él, su mujer Eman Iskandar y sus tres hijos: Hani, Ayman y la pequeña Yara.
"Ahora vendo por Facebook, Instagram, y caminando hasta el centro; también caminando de Corona hasta el mall, porque antes no podía vender caminando, pero ahora no puedo estar parado", relata Abdul haciéndose entender en un español suficiente como para mantener una conversación. En todo caso, junto a él se sienta su hijo Ayman, que es quien domina mejor el español en esta familia, al punto que su acento se vuelve imperceptible.
Problemas en pandemia
Consultado por los problemas económicos que han derivado de su imposibilidad de trabajar en medio de la emergencia sanitaria, este palestino libanés, que en San Antonio es conocido como "Dulce Árabe" por los pasteles que vende, confiesa que "ahora todo está muy malo para vender, así que yo caminando desde las diez y media hasta las cuatro de la tarde para vender. El otro problema es que todos los precios están arriba, todos los materiales (para sus dulces) están más caros. La azúcar y la miel tienen los precios muy arriba, la margarina y la sémola igual, entonces es muy complicado".
Solidaridad
Claro que el invierno duro que ha golpeado a San Antonio con el zarpazo de la pandemia ha servido para que florezca la solidaridad, que para esta familia se ha convertido en una realidad que no conocían.
"El arriendo puedo pagarlo y mi familia está bien. Con la pandemia la gente nos ayuda. Los vecinos vienen y preguntan, otras personas nos han regalado cajas y eso es muy bonito porque nos tratan con tanto cariño", relata con un tono de agradecimiento que lo lleva de manera inconsciente a juntar las palmas frente a su pecho cada vez que da las gracias por la ayuda que ha recibido.
Sobre este invierno crudo que ha vivido en San Antonio con su esposa y sus hijos, el querido "Dulce Árabe" dice, con ese tono tan característico suyo, que "la lluvia es mucha y me gusta porque allá en Arabia Saudita -país donde vivió cerca de 40 años- no hay lluvia y estaba con cincuenta grados. Acá hay mucho frío y no me gusta el frío, pero la lluvia es muy linda"
Explosión en El Líbano
Una brutal explosión en una zona donde se almacenaba material altamente explosivo en el puerto de Beirut sacudió el martes la capital libanesa. Según el último balance dado por el Ministerio de Salud libanés, hay 137 muertos y más de 5 mil heridos de diversa consideración, además de "muchos desaparecidos" e incalculables daños estructurales por toda la ciudad.
Abdul cuenta que un "sobrino sufrió una grave herida en uno de sus brazos y es triste ver lo que pasó porque mucha gente está sufriendo". Y hace silencio mirando un televisor que en árabe está precisamente transmitiendo las impactantes noticias que en este hogar duelen tanto.
Pero claro, para Abdul Razzak y su familia hoy es más importante dar las gracias por la ayuda que han recibido y, por eso, insiste en "agradecer a los vecinos que preguntan cómo estamos y nos traen cajas (con mercadería), y nos ven por Facebook y nos piden para que vamos a repartir por todas las poblaciones".
Claro, porque esta familia que sabe de dolores ha encontrado en este lejano pueblo un pequeño oasis que con todas sus calamidades no se parece ni de cerca a los horrores que ha dejado la guerra en esas lejanas tierras que decidieron dejar atrás para conquistar estas latitudes con sus ancestrales recetas y sus apetecidos dulces árabes.