El drama de las familias detrás del voraz incendio en Llolleo
Una casa totalmente destruida donde vivían una abuela con sus tres nietos y severos daños en la vivienda contigua causó el fuego
Por todo el frente de las dos viviendas afectadas se acumulan los enseres chamuscados por el fuego que la tarde del viernes comenzó en la casa signada con el 1481 de la avenida José Miguel Carrera, en Llolleo alto.
Desde la otra vereda la señora María Salas Carrasco (74) mira llorando los escombros que se van juntando mientras una cadena de jóvenes termina de desarmar lo que el fuego no alcanzó a consumir.
La luminosidad del día soleado contrasta con la pena negra de esta mujer que lo perdió todo en cuestión de minutos, cuando su nieto de 10 años inició, accidentalmente, el fuego al manipular una caja de fósforos.
"No me voy a perdonar nunca lo que pasó, perdimos todo porque el niño dijo que iba a poner la tetera y el fósforo saltó al sillón donde estaban los cuadernos y se prendió todo. A Francisco (13 años) lo tuvimos que sacar desmayado de su pieza porque el humo ya se había metido por todos lados y cuando salimos, el vecino puso una manguera para tirar agua. Fue entonces cuando se inflamó todo y ya no pudimos apagarlo", cuenta doña María a a Diario El Líder.
En la vivienda, que resultó totalmente destruida por la acción del fuego, esta mujer vive con sus tres nietos, Francisco (13) Jorge (11) y José (10), a quienes ha criado como sus propios hijos. Uno de los niños es cadete del club deportivo Juan Aspeé y fueron precisamente los socios de esta querida institución los primeros en organizarse para llegar con ayuda solidaria.
La señora María confirma que "se han portado muy bien de parte del club Juan Aspeé porque altiro se organizaron para ayudarnos y también los vecinos han estado preocupados. Estoy muy agradecida de todas las personas que han venido a ayudarnos y de quienes nos han traído cosas".
Pero el drama de esta abuela y sus nietos no es el único que desató el feroz incendio del viernes por la tarde, ya que la casa contigua también resultó severamente dañada.
Indignado
Con evidente indignación, el dueño de la casa contigua al inmueble en que se inició el fuego, Hernán Vielma, dijo a Diario El Líder que "nosotros también somos víctimas de lo que pasó porque vamos a tener que desarmar prácticamente la mitad de la casa y nadie se hace cargo de esto. Imagínese que por culpa de esos niños se quemó todo esto y aquí desde hace tiempo los vecinos sabemos que la señora no es capaz de hacerse cargo de sus nietos que hacen lo que quieren. Usted sabe que en estas casas pareadas se escucha todo y ojalá que esto sirva para que alguna institución se haga cargo de los niños porque quedó demostrado que ella no los puede controlar".
En la residencia de Vielma, el fuego destruyó una pared a lo largo y las llamas también alcanzaron parte del techo y un segundo piso donde habita un adulto mayor. Además el agua dañó los electrodomésticos y las piezas que deslindan con la casa que se quemó por completo.
Sobre los daños en su casa, Hernán Vielma afirmó que "vinieron de la municipalidad y me dijeron que me podían pasar unas planchas, pero yo con eso no arreglo mi casa porque tampoco tengo la plata como para ponerme a desarmar y reconstruir todo lo que se destruyó. Lo que da más impotencia y rabia es que nadie se hace cargo de todo este daño".
Durante la jornada de ayer, personal de la Municipalidad de San Antonio hizo un catastro de los daños en ambos inmuebles para llegar con ayuda de contención al drama que sufren estas dos familias tras el voraz incendio causado por el descuido de un niño de 10 años.
"Vinieron de la municipalidad y me dijeron que me podían pasar unas planchas, pero yo con eso no arreglo mi casa porque tampoco tengo la plata",
Hernán Vielma.