Dos emprendedoras de la belleza cuentan cómo ha sido el regreso a la nueva normalidad
Los expertos en esta área volvieron a trabajar en San Antonio después de un largo período sin actividad producto de la pandemia. Ahora están aplicando exigentes medidas de seguridad para evitar contagios.
Mientras muchos rubros, como el turístico y el gastronómico, continúan afectados por el confinamiento y la pandemia del covid-19, otros buscan cómo generar ingresos y así mantenerse en pie.
Dentro de estos últimos está el de la estética, donde los clientes casi siempre tienen un estrecho contacto con los trabajadores que ofrecen el servicio. Durante la cuarentena, en San Antonio los salones de belleza que realizan trabajos de manicura o de lifting de pestañas -tratamiento que alarga y crea una ligera curva hacia arriba de manera natural y duradera- permanecieron cerrados. Y reabrieron, en su mayoría, hace dos semanas, cuando se levantó el confinamiento obligatorio de lunes a viernes.
Nueva normalidad
El regreso a la "nueva normalidad" de estos locales se ha realizado siguiendo extremas medidas de seguridad, tanto para proteger a los clientes como a los propios trabajadores de eventuales contagios.
"En nuestro salón trabajamos cuatro chicas de distintas áreas, como masajes, cuidado capilar, pestañas y manicura, que es lo que yo hago. Cuando comenzó el tema de la pandemia nos vimos afectadas de inmediato, y la cuarentena no hizo más que confirmarlo, ya que tuvimos que cerrar por un tiempo", explica Christ Quiroz, manicurista en Wild Nails, un espacio en Casa Echaurren.
Casa Echaurren está ubicada en la calle del mismo nombre en Llolleo. Desde su creación, hace más de un año, muchos sanantoninos acudían solicitando atención en alguna de las especialidades.
Desde que el local cerró sus cortinas por la crisis sanitaria, el equipo de emprendedoras comenzó a capacitarse para adquirir nuevas técnicas de bioseguridad y así entregar una mejor atención cuando volvieran a abrir sus puertas.
"Hicimos varios cursos de protocolos covid y bioseguridad. Pese a que sabíamos que tendríamos que implementar nuevas técnicas y cuidados para atender, debíamos aprender bien, porque ya llevábamos mucho tiempo sin generar ingresos ninguna de nosotras", agrega Quiroz.
-¿Qué tan difícil fue en el tema económico?
-Muchísimo. Estamos hablando de que este es nuestro sustento laboral y claramente ganamos por los trabajos que realizamos. Durante la cuarentena no podíamos hacer atención y estuvimos sin ingreso alguno. Detrás de nosotras hay una familia a la que tenemos que mantener y esto nos golpeó de frente.
Desafío
El volver a trabajar representa un gran desafío para el equipo, ya que si bien estas cuatro mujeres necesitan atender y lo tienen permitido, saben que continúan corriendo riesgos. Y las medidas de seguridad que implementaron para evitar contagios acortaron sus cargas laborales.
"Ahora estamos atendiendo a menos clientes, todos con una hora agendada previamente. En mi caso, solo atiendo una clienta en la mañana y otra en la tarde para que así me dé tiempo de limpiar y sanitizar antes de la llegada de la próxima clienta", expone la manicurista.
Reinventarse
Para Christ Quiroz, esta pandemia ha generado un constante proceso de reinvención, sobre todo en su caso y en el de sus compañeras. "Pese a tener menos ingresos, siempre buscamos cómo ir innovando para salir adelante. He comenzado con el servicio press on, que es una modalidad en que todo se envía a pedido de la clienta y ella se pone las uñas en su casa".
Otra de las áreas donde han puesto sus cartas en Casa Echaurren corresponde a los cursos online para sus clientas.
Servicio en casa
Stephany Guevara Reyes es técnico en uñas y arribó a Chile hace cuatro años junto a su familia, desde Venezuela. Desde que era adolescente se dedica al cuidado y arreglo de las uñas, que se conoce como manicura.
"Si bien soy venezolana, mi padre es chileno, por lo que realicé todos los trámites para mi nacionalidad y emigré para acá. Cuando llegué a Chile, trabajé como recepcionista cuatro meses para generar capital y establecerme en este país con mi servicio de manicura y pedicura, desde ahí no me detuve", admite Guevara.
Tras casi dos meses sin trabajar, esta emprendedora volvió a recibir a sus clientas en su domicilio de Alto Mirador con estrictas medidas de cuidado.
"Las clientas vienen con una hora y media o dos horas de diferencia para sanitizar entre cada atención y limpiar todos los espacios. También les pido que entren a la casa sin zapatos como una manera de protección", sostiene.
-¿Por qué realiza los trabajos solo en su casa?
-Porque si yo me traslado tendría un riesgo más grande. Tengo una hija de 12 años a la que también debo proteger, por lo mismo, ella no sale de su pieza cuando yo estoy atendiendo.
Clientas
El emprendimiento de Stephany Guevara se llama Taty Style y reconoce que ha tenido que adecuar las tarifas por la pandemia.
"La gente lo está pasando mal porque muchos han perdido su fuente laboral, por lo mismo, he hecho muchas promociones. En este momento solo estoy cobrando el material invertido", asegura.
"Algunas clientas tienen depresión y en muchos casos estos cuadros se han intensificado con el encierro. Cuando vienen a atenderse, a hacerse un cariñito como me dicen ellas, cuentan que esta es su terapia. Algunas se sienten más lindas e incluso les sube la autoestima. Por eso y porque tengo que generar ingresos sigo en pie", agrega esta venezolana.
Nueva normalidad
Ambas emprendedoras coinciden en que los protocolos de seguridad se mantendrán más allá de la actual pandemia para evitar el contagio de otras enfermedades.
"El autocuidado y el compromiso por parte de los clientes es vital para que podamos seguir trabajando. Cuando todo esto pase, rubros como este se reactivarán, porque la gente ya no tendrá temor a la hora de salir", detalla Christ Quiroz, mientras que Stephany Guevara asegura que "este es el momento para apreciar las pequeñas cosas que, aunque no lo notemos, nos hacen tener una buena vida, como el trabajo".
"Cuando comenzó el tema de la pandemia nos vimos afectadas de inmediato, y la cuarentena no hizo más que confirmarlo, ya que tuvimos que cerrar por un tiempo",
Christ Quiroz,, manicurista
"Cuando llegué a Chile, trabajé como recepcionista cuatro meses para generar capital y establecerme en este país con mi servicio de manicura y pedicura",
Stephany Guevara