Delincuentes sin piedad robaron el fondo de la olla común pero los vecinos siguen en pie
En el comedor solidario de la toma "Mirando el Mar" las vecinas tienen que poner sus propias ollas para no abandonar el almuerzo que cada sábado brindan a unas 80 personas.
""Aquí lo importante no es que nos robaron las cosas, para nosotros ese no es el tema porque sabemos que donde vivimos hay personas con problemas de adicción. El tema aquí es que a pesar de eso seguimos haciendo los almuerzos como podemos y se nos hace cada vez más difícil cocinar".
Damaris González hace estas declaraciones con naturalidad, comprensión de su entorno y hasta con cariño, porque ella igual que las otras mujeres de la olla común de la "Villa Mirando el Mar" no cargan con el sesgo ni el prejuicio que suele caer sobre los villorrios más desposeídos. Estas mujeres no están para juzgar a nadie, sino por el contrario para tender una mano o dos si es necesario.
"Lo importante es seguir con los almuerzos que hacemos una vez a la semana", dice Damaris, sacando de inmediato el foco sobre el robo que sufrieron hace algunos días y que ha obligado al grupo de mujeres de la olla común de la toma junto a la cancha de Lauro Barros en Bellavista a ser creativas para organizar el menú que cada sábado entregan a unas 80 personas.
"Lo que estamos haciendo es levantarnos más temprano y empezar a cocinar en varias ollas a eso de las ocho de la mañana. Varias vecinas prestan sus ollas, nos conseguimos el gas y con fogón que pasa un vecino hacemos el almuerzo para más de veinte familia de las toma", explica esta mujer criada en el cerro Bellavista, que ahora ve en este campamento su oportunidad para tener una casa propia.
Sobre la olla común que lidera junto a otras mujeres en la toma, Damaris González explica que "se nos hace súper complicado cocinar lo que sea porque vamos preparando una olla a la vez, luego la otra y así hasta completar lo que tengamos para dar de almuerzo. Y es triste porque damos solamente eso, un plato de comida; no damos pan, ni damos ensaladas, tampoco damos jugo porque no tenemos, pero así y todo la gente agradece mucho el almuerzo que hacemos".
El fondo que alguien les había prestado, pero que fue robado con otros utensilios de la olla común facilitaba mucho la tarea de tener que cocinar para tanta gente. Pero como la propia Damaris relata, para ella y el grupo de mujeres del campamento "Mirando el Mar", el robo no es lo importante "porque se entiende que vivimos en un lugar con gente que tiene muchas necesidades y a veces la desesperación o la misma adicción puede llevar a hacer estas cosas. Nosotras lo entendemos y por eso no nos rendimos y vamos a seguir haciendo los almuerzos con lo que tengamos, con lo que podamos conseguir para preparar la comida y con las mismas ollas que entre todas juntamos".
Esperan donación
Por esta situación entonces es que para estas mujeres se hace urgente recibir alguna donación de implementos de cocina que les permita hacer más llevadero el trabajo en el comedor solidario que ellas mismas crearon y que no piensan dejar de lado.
"Pensábamos que con el retiro del 10% íbamos a tener menos gente pero eso no pasó. De hecho el último sábado nos alcanzaron justo los 86 almuerzos que hicimos y para poder hacerlos es fundamental la ayuda que hemos recibido de la señora Anita Becerra de la Fundación por la Memoria, porque la verdad es que sin ella sencillamente no tendríamos que preparar ya que no nos ha llegado ayuda de ninguna otra parte", relata Damaris.
Del mismo modo, la joven pobladora explicó que "en nuestra olla tenemos hartos extranjeros, familias de haitianos que no lo están pasando bien y se han apegado a nosotros porque saben que por lo menos el sábado el almuerzo lo haremos las vecinas de la toma. Para esas personas y para nuestros propios vecinos es que sería muy bueno contar con los implementos para poder cocinar mejor; como un fondo, cucharones, algunas pailas, no sé, todo lo que se necesita para hacer un almuerzo para ochenta personas porque a veces nos pasa que ni el gas tenemos".
Quienes puedan colaborar con esta olla común del cerro Bellavista, ya sea con alimentos para la elaboración de los almuerzos; o bien con utensilios para equipar a las cocineras pueden contactarse al celular +569 6800 72.
"Se entiende que vivimos en un lugar con gente que tiene muchas necesidades y a veces la desesperación o la misma adicción puede llevar a hacer estas cosas",
Damaris González.